“Intentaremos solucionarlo... Sin necesidad de acudir a los RRMM (Reyes Magos)”. El ministro español de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, se comprometió así, a través de un tuit lanzado el 6 de enero, a mediar directamente en el caso de un alumno de la Universidad de Granada que por un laberinto burocrático se había quedado sin beca. En febrero, un segundo mensaje de @IMendezdeVigo le confirmabapetición de ayuda al estudio había sido aceptada.

Antonio Ruiz es un estudiante de tercer curso de Relaciones Laborales que es huérfano absoluto (padre y madre fallecidos) y no tiene recursos económicos. Siempre ha dependido de las becas del Ministerio de Educación para poder continuar con sus estudios, pero este curso su solicitud vino denegada. El afectado cuenta que, según le explicaron, al aparecer en la petición de beca que sus ingresos económicos son de cero euros, el sistema detecta un fallo y por eso ha sido rechazada.

El estudiante de la Universidad de Granada presentó alegaciones y se dispuso a esperar. Hasta ahí podría ser un caso parecido al de muchos otros, pero en el tiempo de espera Antonio recibió una pequeña sorpresa: la intervención del propio ministro de Educación, Cultura y Deporte, y además a través de Twitter, un medio muy natural para Antonio pero que no lo parece tanto para una gestión ministerial.

Antonio Ruiz es uno de esos jóvenes con una actividad constante en redes sociales. A través de ellas contaba día a día su angustia y preocupación por no saber si iba a disponer de beca este año, lo que supondría para él un vuelco absoluto en su vida y, probablemente, el fin de sus estudios universitarios.

Muy activo en todos los foros donde miles de alumnos de toda España cuentan sus problemas e inquietudes con las becas y sus retrasos, la noche de Reyes, el 5 de enero, decidió escribir en su cuenta de Twitter,  @Antonio_sunrise, su particular carta a los Reyes Magos: “No quiero regalos, simplemente me conformo con recibir aquello que como becario del Ministerio de Educación y de la Universidad de Granada me gano con mi esfuerzo y trabajo cada día, cada mañana, cada tarde y cada noche sin dormir. (...) Llegado a este punto sólo puedo desear que esta pesadilla acabe pronto”.

Antonio se acostó pensando que poco podrían hacer por él los Reyes Magos, pero al día siguiente descubrió que el propio ministro de Educación, Íñigo Méndez de Lugo y Montojo, había contestado a su mensaje en Twitter: “¿Puedes contarme en un email lo que te sucede?”, le proponía.

El estudiante se puso en contacto directo con el ministro y éste le envió a través de su Iphone una respuesta por correo electrónico en la que le decía que se ocuparía de su caso “mañana mismo” y le deseaba “un buen día de Reyes”. El ministro tranquilizaba así al estudiante: “Encontraremos una solución porque nadie en España debe dejar de estudiar por razones económicas”.

Y al cabo de unos días Antonio recibió una llamada del Ministerio, de “un señor que debía de ser importante porque tenía secretaria”, en la que le explicaron cuáles debían de haber sido los problemas en su caso, que tenían que solicitar datos a Hacienda y le instaron a esperar una respuesta.

Pero esa contestación tardó en llegar y Antonio Ruiz volvió a impacientarse. El 15 de febrero el periódico Granada Hoy daba a conocer su historia y su inquietud. Hasta entonces había aguantado a duras penas con los ahorros de la beca del curso pasado y  una ayuda de la Universidad de Granada que le da acceso diario a los comedores de la institución académica. Pocas horas después de difundirse el artículo, le llegaba al alumno de Relaciones Laborales de la Universidad de Granada el segundo tuit del ministro para confirmarle que tendría beca y la recibiría en 20 ó 25 días, como efectivamente ha sido.