UNIVERSIDAD DE SEVILLA

El Laboratorio de Biología Marina investigará en el acuario

  • Los expertos universitarios disponen de 250 metros en los que se están instalando equipos únicos para el estudio de la turbidez del agua con los que se podrá medir cómo influye en la supervivencia de las especies.

El catedrático de la Universidad de Sevilla José Carlos García-Gómez, responsable del proyecto.

El Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Sevilla, en el marco de un convenio impulsado por la Autoridad Portuaria de Sevilla, Aquagestión Sur y la Universidad de Sevilla, contará con un espacio reservado para la investigación en el nuevo Acuario de Sevilla. Unos 250 metros cuadrados divididos en varios espacios y unidades periféricas, donde se están instalando equipos únicos en el mundo para el estudio de la turbidez del agua.

La empresa andaluza Innovaqua, formada por alumnos egresados de la Universidad de Sevilla, ha sido la encargada de desarrollar esta tecnología pionera a nivel internacional con la que los expertos monitorizarán el parámetro de turbidez en el acuario para establecer el límite de referencia máximo para especies sensibles, como pueden ser las crías del boquerón o de la lubina del estuario del Guadalquivir.

Aunque aún se encuentra en fase experimental, está previsto que este nuevo espacio de investigación se inaugure en febrero de 2015, para convertirse en un referente internacional destinado al estudio de turbidez en sistemas controlados.

“Estudiaremos cómo reaccionan los animales (especies no protegidas) a distintos niveles de turbidez con el objetivo de poder controlar este parámetro en obras que puedan afectar a la supervivencia de las especies”, explica el responsable de este proyecto, el catedrático de la Universidad de Sevilla José Carlos García-Gómez.

Las unidades de investigación de Bentos, Plancton, Análisis de Imagen y Buceo Ambiental están directamente relacionadas con estudios ecológicos del estuario del Guadalquivir, para contribuir en el futuro a mejorar su gestión y a predecir y evaluar impactos ambientales, especialmente de origen antrópico. Junto a los equipos de monitorización, se están instalando varios acuarios con simulador de mareas y sistemas de filtración de última generación, en los que se desarrollarán estudios de especies protegidas y en peligro crítico de extinción. 

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