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Un viaje al siglo de las Luces a través de la Universidad de Sevilla

  • La Hispalense revisa la Sevilla de la Ilustración, entre la decadencia económica y el despertar cultural, a través de una exposición en su Centro de Iniciativas Culturales

El Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (CICUS) acoge hasta el 23 de junio la exposición Sevilla en el siglo de la Ilustración. Cultura, ciencia y arte en la ciudad del XVIII, un un viaje en el tiempo por ese siglo tan desconocido en la historiografía sevillana. La Universidad de Sevilla rescata, de este modo, los tesoros menos conocidos de su patrimonio histórico-artístico, que normalmente permanecen guardados, para narrar la historia cultural de la Ilustración.

La exposición reúne un total de 92 piezas para reivindicar un tiempo aún ignorado. Entre los fondos expuestos destacan la puerta de un sagrario o una escultura de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen Niña. La mayoría de las piezas expuestas pertenecen a la Universidad de Sevilla. El resto (35 en total) proviene de una docena de instituciones, todas ellas sevillanas menos el Real Instituto y Observatorio de la Armada (San Fernando, Cádiz). Con esta muestra “se pretende dar valor al importante patrimonio que la ciudad alberga gracias a distintas entidades”, apuntan desde la Universidad. El Ayuntamiento de Sevilla, la Biblioteca Capitular y Colombina, la Escuela de Arte, la Fundación Focus, el Museo Naval Torre del Oro, el Museo Arqueológico, las Reales Academias de Medicina, de Buenas Letras y de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y el Teatro de la Maestranza y Salas del Arenal son algunas de las instituciones que han cedido algunas de sus obras para la exposición.

Con estas piezas se pretende ofrecer al visitante un recorrido por el siglo XVIII sevillano, un periodo que protagonizaron personajes como el asistente Olavide, el coleccionista de antigüedades Francisco de Bruna, el viajero y científico Antonio de Ulloa o el escritor Blanco White y la segunda escuela poética de sevillana con Alberto Lista o Arjona. “Un siglo en el que, a pesar de que la ciudad pierde el monopolio del comercio con América con el traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz en 1717, Sevilla sigue siendo punto de partida de expediciones científicas, de reformas urbanísticas y educativas; alberga la corte con el traslado de Felipe V y su familia en el llamado Lustro Real; y se convierte en sede de las empresas nacionales de Tabacos, Artillería o la Sal”, recuerda la institución académica.

Los planos que marcaron el futuro de la ciudad

La muestra se divide en distintas secciones. En la primera parte se aborda la idea de gran metrópoli que sigue siendo Sevilla con la exposición del famoso plano de Olavide de 1771 que marca el futuro de la ciudad. A continuación, la exposición presenta la capital como importante escenario de la corte con la estancia en Sevilla de Felipe V (y la exhibición de retratos del monarca y de María Amalia de Sajonia) y las visitas de Fernando VI y de Carlos III, además de resaltar a uno de los personaje más notorio de este siglo, el asistente Pablo de Olavide y su intento de reformas de la ciudad, desde la reforma universitaria hasta la urbanística, pasando por el mundo de las cofradías, ambiente con el que choca y que le obliga a desistir.

Entre las curiosidades de la muestra destaca un libro en el que se detalla un caso de corrupción por contrabando de tabaco en el que estuvo implicado el responsable de la fábrica y en la que intervino como oyente de la Audiencia Francisco de Bruna.

La muestra continúa su paseo por el XVIII con un repaso a la vida cotidiana a través de la religión y la fiesta. Se exponen grabados de Tortolero, el gran cronista de la época con escenas del Corpus y de otros festejos, además de detalles como abanicos o trajes de época.

De conquistadores de ultramar y otras pericias

El siguiente apartado de la muestra traslada al visitante a ultramar, a grandes viajes oceánicos, a astrolabios y cartas de marear. Destacan los comerciantes y militares como López Pintado, del que se muestra un retrato del Museo Naval de la Torre del Oro, o científicos como Antonio de Ulloa que junto a Jorge Juan protagoniza la gran expedición del meridiano. La Universidad saca a la luz los tesoros bibliográficos de estos marinos que guarda en sus fondos, como la carta esférica del globo terráqueo o elementos de navegación que proceden del Real Observatorio de Marina de San Fernando.

Documentos científicos y creatividad artística 

En el ámbito científico, la muestra recoge herbarios e ilustraciones anatómicas que pertenecen a la Real Academia de Medicina, la más antigua de España, creada en 1700 por Carlos II, y singulares libros de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras o la Sociedad Patriótica de Sevilla. Se han rescatado de la Real Academia de Medicina para la exposición tres láminas de anatomía francesas de finales del XVIII que muestran el sistema venoso, el óseo y una anatomía femenina frontal.

La siguiente sección está dedicada a las artes y el gusto del neoclasicismo que triunfa en el XVIII. En este apartado se muestran las obras sobre el nuevo canon del alemán Johann Joachin Winckelmann y la labor de las academias artísticas y de personajes como el pintor de cámara Antonio Rafael Mengs. En Sevilla sobresale la escuela de Tres Nobles Artes, donde se formaban los artistas en el nuevo canon artístico copiando las esculturas romanas a partir de vaciados en yeso o estampas. La muestra también repasa por último la arqueología clásica en la España ilustrada a través de la mirada de viajeros y estudiosos españoles y extranjeros, como Antonio Ponz y el padre Flórez y Zevallos o la inglesa Elisha Kirkal.

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