La Universidad de Málaga ha captado 6,1 millones de euros netos a través de 13 proyectos de investigación financiados por la Unión Europea a través del programa Horizonte 2020, el brazo tecnológico de Bruselas a través del que se articulan las políticas científicas y de innovación desde 2014. Los recursos europeos se han convertido en una alternativa compleja pero eficaz para paliar las severas restricciones presupuestarias para ciencia existentes en España.

Málaga ha conseguido un avance significativo en la carrera por los recursos europeos. Solo hay que tener en cuenta que en los seis años transcurridos entre 2007 y 2013 los grupos de investigación lograron apoyo económico para 16 investigaciones, mientras que solo 2014 lograron apoyo para siete proyectos.

La Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI) ha articulado un plan para mejorar el posicionamiento de los grupos que trabajan en el ámbito de las tecnologías orientadas a las ciudades (smart cities) y bio (biotecnología y biomedicina), porque el éxito de los fondos europeos no solo depende de la calidad de los proyectos, sino de las relaciones previas que mantienen los equipos científicos o su participación en determinados cluster. “Hay convocatorias continuas de proyectos europeos, pero son difíciles de conseguir porque cada uno depende de una organización europea diferente que trabaja con criterios propios”, indican fuentes oficiales de la OTRI de la Universidad de Málaga. Desde este punto de vista, los contactos con otros equipos internacionales y la experiencia acumulada en la competición europea son un plus.

Por otra parte, los grupos científicos de la Universidad de Málaga cerraron el año pasado 490 contratos con entidades y empresas por un importe global de seis millones de euros. Estos datos se interpretan como una consecuencia inmediata de las dificultades que tienen las empresas para acometer inversiones en innovación y tecnología. Mantienen la tónica general que se ha registrado desde que la crisis económica estalló: muchos contratos, pero importes muy modestos. “Las empresas invierten en I+D con mucha cautela y a muy corto plazo”, explican desde la OTRI.

Los 490 contratos de investigación (artículo 83 Ley Orgánica de Universidades) suscritos el año pasado suponen un aumento del 44% respecto a 2008. Aquel año se rubricaron 339 acuerdos para hacer I+D a medida de las empresas. Sin embargo, el importe ha caído a la mitad, desde los 12,2 millones a 6,1. Es decir, antes de la crisis el importe medio de los proyectos era de 35.693 euros y ahora se sitúa en 12.448 euros.