El presupuesto universitario ha caído en 100 millones de euros durante la crisis, a pesar de que la aportación de los alumnos ha aumentado en 30 millones de euros. Las estadísticas sobre estructura universitaria en Andalucía correspondientes al periodo comprendido entre 2007 y 2014 desvelan que los ingresos liquidados por las instituciones académicas han retrocedido de 1.748 millones de euros a 1.643. En este mismo intervalo de tiempo las tasas académicas que desembolsan los estudiantes han pasado de 264,7 millones a 294,8. Esta evolución se ha registrado a pesar de que en este periodo solo hay 13.000 alumnos más y de que el coste de la matrícula en primera matrícula no se ha tocado en Andalucía desde 2012.

Las tasas académicas experimentaron en 2012 un significativo cambio al abrir el Ministerio de Educación la horquilla de precios que pueden fijar las comunidades autónomas. Andalucía, junto con Galicia, ha optado por mantenerse en el límite inferior. En la actualidad el precio de un crédito en primera matrícula asciende a 12,62 euros en todas las titulaciones y áreas de conocimiento, frente, por ejemplo, a los casi 40 euros que se pagan en Cataluña en carreras como Medicina o las ingenierías.

Pese a todo, el balance final que ha arrojado indica que son los alumnos los que han realizado más esfuerzo a lo largo de todo este periodo para sostener los presupuestos universitarios.

Las transferencias corrientes es el capítulo que formalmente se ha resentido más. El presupuesto de universidades liquidado en 2007 indicaba que el capítulo de gastos corrientes, es decir, aportaciones económicas realizadas fundamentalmente por la Junta de Andalucía para sostener el funcionamiento de las instituciones académicas, ha pasado de 1.132 millones de euros a 870. No obstante, este dato es reflejo de nuevos criterios contables porque desde 2012 la Junta de Andalucía ha pasado a contabilizar parte del dinero que destina a investigación como inversión en lugar de gasto, según explica desde la Universidad de Jaén el profesor de Economía Juan Hernández Armenteros, experto en financiación universitaria y asesor de la Conferencia de Rectores de las Universidades de España (CRUE). El resultado es que la cantidad que se destina a gasto e inversión ha registrado cambios de poco calado, sin embargo, si parte del dinero que antes se contabilizaba como transferencias corrientes ahora se anota como transferencia de capital se consigue proyectar la imagen de que se recorta el gasto de funcionamiento mientras se mejora la inversión.