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La gran arqueología internacional se asfixia

  • El Ministerio de Hacienda bloquea el pago de 108.000 euros aprobados por Cultura para financiar ocho excavaciones dirigidas por universidades andaluzas en Pompeya, Roma, Egipto, Sicilia, Marruecos, Túnez y Portugal La retirada de los fondos pone en peligro los derechos sobre las concesiones y el prestigio internacional de la comunidad científica andaluza

El profesor de Historia Antigua de la Universidad de Jaén Alejandro Jiménez Serrano comenzó el 19 de enero la quinta campaña de excavaciones en la necrópolis Qubbet el-Hawa, en la ciudad egipcia de Asuán. Cuando partió de Jaén, al frente de 18 científicos, se acababan de volatilizar los 18.000 euros comprometidos por el Ministerio de Cultura, que representaban el 55% de un presupuesto cofinanciado por entidades privadas. “Espero no tener que aportar mi dinero personal para pagar a los trabajadores o la comida de los investigadores”, decía días antes de concluir los trabajos. Reconocía entonces que durante las seis semanas de excavaciones había abundado la pasta y la sopa de sobre en el menú de sus expertos y que a muchos de ellos "les cuesta dinero estar aquí porque no podemos cubrir todas las necesidades, con mi consiguiente sonrojo casi diario".

Hacienda ha decidido bloquear los fondos aprobados en 2012 por el Ministerio de Cultura para financiar proyectos arqueológicos en el exterior. La razón reside en que las comunidades autónomas a las que pertenecen los investigadores superaron el déficit previsto para 2011. En realidad ninguna comunidad autónoma logró ese ejercicio mantener sus números rojos por debajo del 1,3% que estableció el Gobierno.

Los arqueólogos de las universidades andaluzas no salen de su asombro. Jamás intuyeron que se pudiera retirar un dinero aprobado después de pasar por un proceso competitivo. Y menos aún por motivos que no estaban en sus manos. “Para eso mejor que no se hubieran convocado las ayudas”, exhorta Darío Bernal, catedrático de la Universidad de Cádiz que investiga en Pompeya y Herculano la fabricación del garum y la actividad pesquera en la sociedad romana.

Pero lo que todavía enerva más a la comunidad científica es la desproporción porque los ocho proyectos capitaneados por arqueólogos andaluces sólo cuestan 108.000 euros.

La pérdida de este puñado de euros pone en riesgo la posición de los investigadores andaluces en la arqueología internacional y hace peligrar los derechos de excavación en algunos de los enclaves históricos más codiciados: Villa Adriana en Roma, la necrópolis Qubbet el-Hawa de Egipto, Pompeya y Herculano en Italia o el norte de Marruecos.

El catedrático Juan Campos debería estar ahora mismo excavando en la ciudad romana de Tamuda, en Marruecos, y no en su despacho de la Universidad de Huelva. Los 18.000 euros que el Ministerio de Cultura le había prometido para su proyecto se acaban de evaporar. Darío Fernández tampoco ha podido ir a Pompeya y Herculano para concluir sus investigaciones sobre la elaboración del garum y la actividad pesquera en la Roma antigua porque no tiene los 20.000 euros comprometidos. Además, ha dejado plantados a sus socios de la Universidad Ca´ Foscari de Venecia en este proyecto. El catedrático gaditano no sabe ni siquiera cómo financiar la publicación de las conclusiones científicas.

Estas mismas incertidumbres también las sufre el catedrático de Prehistoria de Cádiz José Ramos en sus prospecciones orientadas a establecer cómo eran las relaciones entre ambas orillas del Estrecho durante el paleolítico y el neolítico y las actividades de pesca y marisqueo de unas sociedades que hasta ahora sólo se pensaba que eran recolectoras y cazadoras. Lamenta no disponer de los 10.000 euros que le aprobó el Gobierno, pero sobre todo teme los efectos que un parón en el proyecto pueda tener en las relaciones instituciones. Coincide con su colega onubense Juan Campos en subrayar las dificultades que entraña un derecho de excavación porque es necesario primero ganarse la confianza de las autoridades del país y esa es una tarea tan complicada como frágil.

Alejandro Jiménez recuerda por correo electrónico desde Asuán que, tras volver a España en 2004, invirtió sus primeros viajes a Egipto en contactar con la autoridades del Ministerio de Antigüedades. “Fue un trabajo personal duro para convencerles que podíamos desarrollar el proyecto. En 2006 pudimos visitar la necrópolis y buscar una tumba prometedora”, hasta que por fin en 2008 inició las excavaciones. El año pasado el Museo Egipcio de Berlín solicitó a las autoridades de El Cairo permiso para trabajar en la zona y no lo obtuvo precisamente porque en la necrópolis ya trabajaba el equipo jienense. “La posibilidad de la pérdida de la concesión es evidente”, subraya el director del proyecto.

Esta inquietud también asalta a Rafael Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y único español en toda la historia que ha tenido permiso para excavar en Villa Adriana, la ciudad palaciega en la que el emperador Adriano instaló su residencia y corte. El equipo de Hidalgo concluyó el año pasado el trabajo que desarrollaba en el teatro greco de este complejo y el Ministerio de Cultura Italiano le ha autorizado a excavar el palacio imperial, la primera zona residencial levantada por el emperador sevillano en este enclave declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad. El bloqueo de los 10.000 euros autorizados por el Gobierno pone en jaque la presencia española en Villa Adriano porque no sólo se pierde la financiación para excavar, también se pierde “el apoyo institucional”, elemento clave para recabar el respaldo econonómico de la entidades privadas y aval ante las autoridades académicas y administrativas de otros países.

“La credibilidad del país queda por los suelos”, sentencia Juan Campos, en alusión al efecto que esta medida tiene sobre la tan cacareada marca España. Darío Bernal coincide en lamentar el daño “a la credibilidad institucional” que este tipo de episodios provocan, mientras que José Ramos critica que se desprecie el prestigio científico de la arqueología española en el exterior “que cuesta tan poco dinero” al tiempo que se movilizan recursos para proyectar una imagen del país “con todos los tópicos”.

El bloqueo impuesto por el departamento que dirige el ministro Cristóbal Montoro afecta en conjunto a 30 proyectos de universidades españolas y el importe global de la financiación paralizada asciende a 495.000 euros. “La labor que hacen esos proyectos para la promoción de España, teniendo en cuenta lo que cuestan, es excepcional”, recalca Rafael Hidalgo. “En Villa Adriana hemos ido en cada campaña entre 15 y 40 profesores y alumnos. Hemos trabajado desde las 7:30 de la mañana hasta las 19:30 de la tarde. Se ha realizado una labor que todos consideran modélica. ¿Qué mejor difusión hay de la marca España?”.

“Nosotros somos la imagen de España en Egipto”, concluye Alejandro Jiménez Serrano. “Conocen nuestra crisis económica y saben que lo estamos pasando mal, pero si continuamos trabajando se convencerán de que existen recursos para la investigación y que España es un país fuerte”.

Nuestro trabajo es mucho más que investigación”, indica José María Martín Civantos, profesor de la Universidad de Granada que investiga en Trapani (Italia) cómo ha influyó la actividad humana en el paisaje en la Sicilia islámica de los siglos IX y X, así como las similitudes que guarda con Al-Ándalus. “Nuestra actividad es la proyección de España en ese territorio”, insiste el investigador que este año deberá detener el trabajo de campo y reducir la actividad al estudio de materiales, publicación de trabajos y dirección de tesis. 

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