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Los mejores alumnos, diez años después

  • Emigrados en Yale o en el Max Planck, a punto de entrar a trabajar en Google o expectantes ante el rumbo del empleo y la inversión pública: el presente de los estudiantes que llegaron a la universidad con más nota

La Universidad estadounidense de Yale y el Max Planck Institute de Alemania fichan a dos de los investigadores jóvenes de Andalucía con una trayectoria científica más potente: el granadino Enrique Jiménez se encargará de realizar una edición digital de los textos mesopotámicos que se conservan para la Universidad de Yale, mientras que el malagueño Eugenio Olmedo analizará la concentración de las compañías aéreas desde la perspectiva del Derecho de la competencia para el Max Planck, en Alemania. Ambos recibieron el premio nacional de Bachillerato el mismo año y ambos también son ahora son exponentes de la nueva generación de emigrantes.

Saber Universidad ha buscado algunos de los mejores alumnos que acabaron el Bachillerato hace 10 años para descubrir que un buen expediente protege de las adversidades, aunque no evite todas las incertidumbres ni salve del exilio profesional.

Tres de aquellos alumnos de talento (Isabel Bravo, de Córdoba, Miguel Ángel Cornejo, de Cádiz, y el sevillano Francisco Blanco) estudiaron Medicina y ahora observan con estupor cómo aquella carrera que otras veces era garantía de seguridad laboral y de posición social también empieza a verse dañada por el fin de la oferta de empleo público y los recortes en sanidad. Los tres esperan con los dedos cruzados que el día que concluyan el MIR el escenario se haya despejado.

Mientras, el talento de Jesús Casal y Purificación Parrado no ha pasado desapercibido en sus universidades. Ambos disfrutan en la actualidad de contratos para formarse como docentes y científicos. Él en el área de Física Nuclear de Sevillla y ella en Administración y Dirección de Empresas de Jaén. Pero también están sujetos a los vaivenes. Sus becas son a cuatro años. Concluyen entre 2015 y 2016 y la única certeza que tienen ahora es que vienen tiempos difíciles.

El almeriense Miguel Villalobos estudia un MBA en el MIT y un máster en Administración Pública en Harvard y en junio se incorporará a Google como jefe de producto.  Él no se siente un cerebro en fuga. Es más afirma que su recorrido académico por Estados Unidos y, con anterioridad, su trabajo en Oracle no se entienden sin tener en cuenta cuál es su objetivo "Regresar a Andalucía". Finalmente, la onubense María José Domínguez también optó por la empresa privada y admite que su puesto como en el área de control financiero en la filial de la multinacional sueca Assa Abloy está a la altura de sus expectativas. La clave es, dice, en “no cerrar nunca ninguna puerta”. 

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