LAS CUENTAS PARA 2015

Las universidades pierden 186 millones desde 2011

  • Los ajustes han provocado un retroceso medio del 10% en los recursos · Los presupuestos académicos crecen en 2015 por primera vez en los últimos cuatro años · El personal universitario recupera la nómina que tenía en 2010.

El presupuesto de las universidades andaluzas crece por primera después de cuatro años de ajustes en los que han perdido en conjunto 186 millones de euros. Es decir, en el trayecto que separa 2011 de 2015 han perdido el 10% de sus ingresos globales. La suma de los presupuestos académicos de 2011 en Andalucía ascendía a 1.814 millones. En 2015 esta cifra se sitúa 1.628 millones de euros.

Juan Ignacio Ferraro, gerente de la Universidad de Sevilla, subraya que el grueso del ajuste se ha dirigido al capítulo de personal, puesto que el Gobierno central suprimió una paga extraordinaria en 2011 y 2012, y a continuación la Junta redujo las nóminas de los empleados públicos un 5% en 2013 y 2014. Además durante los dos últimos años las universidades solo han podido sustituir a uno de cada diez profesores que se jubilaban y a ningún miembro de la plantilla administrativa. El impacto de estas medidas tiene especial relevancia desde el momento en que las nóminas representan el 70% del presupuesto universitario.

El ajuste de cinturón ha supuesto, por ejemplo, en las universidad de Sevilla, Málaga y Huelva que sus ingresos hayan caído desde 2011 más de un 12%, Granada, a pesar de los recursos captados durante los últimos años en convocatorias competitivas, también ha sufrido un retroceso del 6%, porcentaje que en Almería y Córdoba ha sido del 10%, el presupuesto de Cádiz descendió el 13%, el de Jaén un 5%, la Universidad Pablo de Olavide ha afrontado una caída de ingresos del 4% y en la Universidad Internacional de Andalucía ha sido del 20%.

El grueso de los ingresos universitarios proceden de transferencias de la Junta de Andalucía (70% del total), las matrículas generan en torno al 20% y el 10% restante es financiación obtenida en convocatorias competitivas de I+D o para infraestructuras científicas de la Junta, el Gobierno central o la Unión Europea.

Durante este periodo, los ingresos proporcionados por las tasas académicas han experimentado pocos cambios, puesto que en Andalucía prácticamente se han mantenido en los mismos niveles en la primera y segunda matrícula, aplicándose la subida a partir de la tercera, “pero los estudiantes se han matriculado en menos asignaturas. Han optado por las que sabían que podían abarcar”, explica JuanIgnacio Ferraro.

En el apartado de gasto corriente se han tratado de hacer también cambios para ahorrar. “En la Universidad de Sevilla, por ejemplo, hemos tratado de involucrar a todo el personal en el uso racional de los recursos, se han renegociado contratos como los de seguridad y limpieza o se han centralizado compras que nos permiten obtener significativos descuentos y rápeles”. El resultado es que en esta institución el presupuesto de gasto corriente ha pasado de 59 millones en 2011 a 49,8 millones en 2015, es decir se ha recortado un 15,5%.

El incremento que experimentan los presupuestos universitarios en 2015 se mueven en la franja comprendida entre el 6,7% de la Universidad de Córdoba y el 2,5% de la Universidad de Almería. Únicamente Granada registra una ligera caída (1,7%) que se explica por los 70 millones captados en convocatorias competitivas que captó el año pasado.

Esta inyección de oxígeno se dirigirá también en gran medida al personal desde el momento en el que se le devuelve el 5% de los ingresos perdidos y recuperan los salarios que tenían en 2010. Por ejemplo, el presupuesto de la Universidad de Sevilla aumenta un 5,11% este año porque las transferencias de la Junta de Andalucía pasan de 273 a 289 millones de euros. De estos 16 millones de euros más, 14 se destinarán a la plantilla docente y administrativa.

El coste de este peregrinaje por la austeridad lo explicó con claridad el rector de la Universidad Pablo de Olavide, Vicente Guzmán, en diciembre, tras aprobar las cuentas para 2015. Reconoció que se había alcanzado el equilibrio presupuestario pero a costa de quedar “exhaustos”. Aludió al “esfuerzo” y “sacrificio” realizados para demandar a la Junta de Andalucía que inyecte “oxígeno”.

Juan Ignacio Ferraro recuerda el “gran esfuerzo” que ha hecho el personal universitario para “no poner en riesgo el servicio” a pesar de haber sido el que ha tenido que hacer frente a los recortes. “Se ha mantenido la docencia y la investigación pero con un gran esfuerzo de todos”, dice al recordar también los cambios imprimidos a la dedicación de los docentes que han pasado de 24 a 32 horas semanales de clase si no tienen sexenios activos de actividad científica.

No obstante, aprecia que no todos los riesgos han concluido. En este sentido llama la atención sobre el impacto a medio plazo de los límites para incorporar a nuevos docentes e investigadores. En una Universidad como la de Sevilla con una plantilla docente de 4.200 personas se jubilan cada año medio centenar. Por cada 50 únicamente se han podido reponer durante los últimos años cinco. Para este año el Gobierno ha aflojado algo el cinturón y se podrá reponer la mitad de las jubilaciones.

Esto significa una progresiva descapitalización del cuerpo científico. “Las universidades necesitan renovación, es imprescindible. Durante los últimos años se ha interrumpido la incorporación de jóvenes a los grupos científicos. Estos límites sí implican riesgos serios”.

Durante este periodo de ajustes las universidades han intentado ofrecer curados paliativos en el ámbito de la I+D. A pesar de los recortes, todas han reforzado sus planes propios de investigación para tratar de compensar los recortes en ciencia. En este sentido, la Universidad de Sevilla ha aumentado su programa propio un 50% en 2015, de modo que pasa de los cinco millones del año pasado a 7,6.

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