Un profesor vigila el desarrollo de unos exámenes de Selectividad en la Universidad de Córdoba. / BARRIONUEVO

Tres exámenes de tipo test con 350 preguntas serán la puerta de acceso a los títulos de secundaria y bachillerato a partir de 2017. El Ministerio de Educación presentó en abril a las comunidades autónomas el borrador del real decreto sobre las evaluaciones que se realizarán a los estudiantes al final de cada ciclo educativo. Salvo en educación primaria, etapa en la que las pruebas servirá de termómetro para medir el nivel educativo de los niños en cada centro y poder adoptar medidas correctivas, serán requisito esencial para acceder a los títulos oficiales. 

De acuerdo con la propuesta del Gobierno, las evaluaciones tanto para secundaria como bachillerato constan de un primer examen de 200 preguntas referidas a cuatro asignaturas troncales. El segundo incluye 150 preguntas de dos asignaturas troncales y optativas. La tercera prueba consta de 50 cuestiones de las materias específicas que haya estudiado el alumno salvo Educación Física, Religión o su alternativa.

Para presentarse a la evaluación final los estudiantes de bachillerato tienen que tener aprobadas todas las materias sin excepción, mientras que los de secundaria podrán someterse al examen teniendo dos suspensos, siempre y cuando no sean ambos Matemáticas y Lengua.

Una vez superadas las tres pruebas de la evaluación final con al menos cinco puntos sobre 10, la nota final en el caso de secundaria se calculará con las calificaciones de cada materia cursada durante la ESO, que pesará un 70%, y las notas obtenidas en la evaluación final, que representarán el otro 30%. En el caso del bachillerato, las notas de los dos cursos anteriores supondrán el 60% del expediente y la prueba final el 40%.

Los exámenes tipo test, con cuatro respuestas posibles, pretenden evaluar las competencias en comunicación lingüística, incluido un idioma extranjero, las competencias matemáticas, conocimientos en ciencia y tecnología y habilidades sociales y cívicas, con especial énfasis “el sentido iniciativa y espíritu emprendedor”, según recoge el proyecto.

El Ministerio de Educación se reserva la competencia para confeccionar los exámenes que serán corregidos por profesores sin relación con los centros a los que pertenecen los alumnos que evalúan.

El Gobierno tiene previsto que se apliquen los cambios que recoge el proyecto de real decretos en el curso 2016 / 2017. Es decir, las primeras evaluaciones finales de ESO y bachillerato se realizarán al final de ese curso. En el caso de secundaria se llevará a cabo una única convocatoria que no tendrá efectos académicos. Es decir, los estudiantes que ese año suspendan las pruebas finales pero hayan aprobado cuarto de ESO podrán acceder a su título, circunstancia que ya no ocurrirá los años siguientes. En el caso de bachillerato en 2017 se realizarán dos convocatorias. Los exámenes de ese año, con carácter excepcional, no será necesario superarlos para acceder al título de bachillerato pero sí para acceder a la universidad.

A partir de ese momento la Selectividad desaparece. A partir de ahí la Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) da vía libre a las universidades para que establezcan sistemas complementarios para seleccionar a los estudiantes que llegan a sus aulas. Es decir, cabe la posibilidad de que las universidades fijen los procedimientos de admisión de acuerdo con las notas finales del bachillerato, si bien, adicionalmente, pueden articular sistemas complementarios, nunca alternativos, para valorar las materias cursadas en el bachillerato en relación con la titulación a la que aspiran, las calificaciones obtenidas en esas materias, la formación académica o profesional complementaria o estudios superiores realizados con anterioridad.

Solo de forma excepcional, de acuerdo con el artículo 38 de la Lomce, las universidades pueden establecer evaluaciones específicas para valorar conocimientos o competencias de los estudiantes de nuevo ingreso. En cualquier caso, la nota final de bachillerato tiene que representar al menos 60% de la calificación que se utilice para seleccionar a los alumnos.

La Lomce también contempla que se realicen pruebas finales a los estudiantes que concluyen educación primaria, si bien en este caso los resultados no son selectivos y no se tienen en cuenta para pasar a secundaria ni para obtener el título académico. Los primeros exámenes a estos niños se acaban de realizar, aunque no en todas las comunidades autónomas. Andalucía, por ejemplo, figura entre las que no los ha llevado a cabo.

El proyecto de real decreto que el departamento que dirige José Ignacio Wert ha puesto en conocimiento de las comunidades no es tan preciso al determinar quién elabora y corrige en estas pruebas. Sí recoge expresamente que las “administraciones educativas podrán establecer planes específicos de mejora en aquellos centros públicos cuyos resultados sean inferiores a los valores” establecidos. 

La primera reunión para exponer el proyecto de real decreto a las comunidades autónomas cosechó pocos resultados. Consejeros y representantes de gobiernos Andalucía (PSOE), Asturias (PSOE), Canarias (CC- PSOE), Cataluña (CiU) y País Vasco (PNV) leyeron antes de que comenzara la Conferencia Sectorial de Educación un comunicado  en el que exigieron la retirada de este decreto y cambios en el actual sistema de becas.