MARÍA DEL MAR DÍAZ REQUEJO

Medicinas, adhesivos y otras sorpresas de los hidrocarburos

  • Química de la Universidad de Huelva, desarrolla nuevos catalizadores que permiten obtener adhesivos, fármacos o insecticidas a partir de moléculas orgánicas procedentes de los hidrocarburos.

La experta del Centro de Investigación en Química Sostenible de Huelva María del Mar Díaz Requejo.

María del Mar Díaz Requejo pertenece al equipo del Centro de Investigación en Química Sostenible de la Universidad de Huelva que desarrolla nuevos catalizadores que permitan transformaciones tan sorprendentes como obtener adhesivos, fibras, fármacos o insecticidas a partir de moléculas orgánicas, abundantes y baratas procedentes de los hidrocarburos. En 2003 se reincorporó a la Universidad de Huelva, tras una estancia posdoctoral en la Universidad del Carolina del Norte. Volvió de la mano del programa Ramón y Cajal, en el que quedó en el primer puesto nacional de la convocatoria de aquel año en el área de química. De vuelta a la universidad donde años antes había logrado el premio de doctorado en el área tecnológica, se integró en el grupo Compuestos de coordinación y organometálicos: aplicaciones catalíticas, bajo la dirección de Pedro J. Pérez.

Durante estos años ha publicado 72 artículos científicos, ha participado en 17 proyectos de investigación, en uno de los cuales ha sido investigadora principal, es coautora de cuatro patentes, codirectora de cinco tesis y ha participado en actividades de transferencia a través de contratos de I+D con las compañías Cepsa y Repsol. Desde 2009 y 2011 fue directora de la OTRI de Huelva. En una reseña de su currículum subraya la “consideración” de sus alumnos, que le han concedido el premio a la mejor profesora de la titulación de Química en la Universidad de Huelva.

Afirma, a través de correo electrónico, que nunca ha sentido “un trato especial por ser mujer. Ni en positivo ni en negativo. Ni como investigadora, ni como docente. He tenido que competir en las convocatorias públicas siempre en igualdad de condiciones con el resto de los investigadores. No he advertido trabas de género ni he notado diferencias a la hora de evaluar un trabajo científico o de defender una oposición”, explica. Afirma que es “una suerte que la mujer pueda desempeñar en práctica igualdad que los hombres la carrera docente e investigadora”, si bien matiza que “otra cosa son los asuntos domésticos, donde probablemente esta equiparación aún diste de ser tan equilibrada, en perjuicio de la mujer”.

Finalmente, desde su punto de vista la crisis económica no ha implicado involución en los derechos y oportunidades de las mujeres en el ámbito científico universitario. Advierte que la caída del número de becas y ayudas pre y posdoctorales, así como el retroceso de la financiación para I+D ha afectado “gravemente” en términos generales, aunque en el caso específico de su grupo de investigación “no ha sido especialmente grave”. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios