INVESTIGAR EN JAÉN

El genoma del olivo, al descubierto

  • El equipo del catedrático Francisco Luque aborda la secuenciación completa del genoma de este árbol emblemático de Andalucía del que se conocían hasta ahora solo los transcriptomas o partes del genoma vinculados a los genes que regulan su tamaño, entrada en producción y maduración de la fruta · La Diputación de Jaén financia con 192.000 euros el proyecto, en el que colaboran expertos de la Universidad de Málaga, del Ifapa y de Virginia Tech.

El catedrático Francisco Luque (tercero por la izquierda) con investigadores de su equipo, aunque no todos están involucrados en el proyecto del genoma del olivo.

La Universidad de Jaén aborda la primera secuenciación completa que se realiza en el mundo del genoma del olivo. El proyecto se desarrollará durante dos años y lo financia la Diputación jienense algo más de 190.000 euros. España lidera la investigación genética en torno al olivo desde que en 2009 la fundación Genoma promovió la secuenciación de los genes relacionados con el tamaño del árbol, su entrada en producción y la maduración de la fruta. Después italianos y turcos hicieron trabajos en este campo, pero nunca se ha abordado el estudio al completo. Esta circunstancia en gran medida está relacionada con la juventud de un área que hasta hace un lustro daba por sentado que toda aquella parte de la cadena genética que no era un gen era mero ADN basura. 

En septiembre de 2012 las revistas Nature, Genome Research y Genome Biology publicaron de forma simultánea los resultados del proyecto internacional Encode que revolucionaba el conocimiento existente hasta el momento. Más de un millón y medio de experimentos ponían de manifiesto que lo que hasta entonces se había considerado basura en realidad regula la expresión de los genes porque funciona como un interruptor que los apaga o enciende.

El proyecto que ahora arranca el catedrático Francisco Luque, investigador principal de la secuenciación del genoma completo del olivo en la Universidad de Jaén, ya ha realizado varios trabajos que también ponen de manifiesto cómo en aquel supuesto ADN basura se encierran claves para comprender cómo es y cómo se comporta el olivo. Ha trabajado por ejemplo con árboles estresados porque han tenido que hacer frente a plagas o condiciones atmosféricas adversas para comprobar cómo no son los mismos genes los que están expresados en unos y otros casos. Luque subraya, por ejemplo, cómo hay genes que están expresados en las variedades de olivos resistentes a la enfermedad verticilosis y, sin embargo, permanecen silenciados en aquellos ejemplares que son sensibles a este hongo.

El proyecto que lidera Luque pretende abordar el genoma al completo identificando “las secuencias implicadas en todo el funcionamiento porque hasta ahora no existe ninguna secuenciación con suficiente resolución para que sea publicada y prooporcione información de base a la comunidad científica”. Tener “razonablemente bien definido el genoma es una herramienta muy útil para posteriores proyectos de biotecnología y la mejora de variedades. Es ciencia básica con una aplicación muy directa”, concluye el catedrático.

La invstigación corre a cargo de especialistas del grupo Regulación de la Expresión Génica en Eucariotas que lidera en la Universidad de Jaén Francisco Luque, si bien cuenta con la colaboración de investigadores de la Universidad de Málaga, del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) y de Virgia Tech, centro universitario estadounidense donde el equipo dispone de un equipo de súper computación a su servicio para realizar los análisis bioinformáticos. Entre los colaboradores que el grupo de Luque figura el malagueño Aureliano Bombarely, investigador y profesor del Departamento de Horticultura de Virginia Tech.

Francisco Luque encuadra el convenio entre la Universidad de Jaén y la Diputación Provincial “en el objetivo de situarnos en una posición de liderazgo en un tema tan importante para Andalucía como es el sector del olivo y del aceite”. En este sentido, subraya la escasa atención que la ciencia ha prestado hasta ahora al olivo. “Es un cultivo emblemático del que se sabe muy poco, mientras que de otros como puede ser el tomate, en cambio, se sabe mucho”.

De partida, los investigadores trabajarán con la variedad picual para secuenciar y ensamblar el genoma del olivo. Posteriormente se validará ese genoma con la resecuenciación de otros seis invididuos: tres acebuches y tres de variedades cultivadas de relevación económica como son frantoio, arbequina y royal.

El proyecto se llevara a cabo en el Centro de Estudios Avanzados en Olivar y Aceite de Oliva de la Universidad de Jaén, ubicado en el parque tecnológico Geolit. 

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