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Los universitarios minimizan el terrorismo yihadista en España

  • Un estudio con 3.000 alumnos civiles y militares devela cómo los jóvenes consideran el islamismo radical y violento un fenómeno lejano y ajeno · Los autores de la investigación advierten del peligro de este desconocimiento que conduce a "despreciar los riesgos".

El profesor de Periodismo de Salamanca Pablo Rey, Juan Manuel Rodríguez González, profesor de Psicología de Sevilla, María del Pilar Ceballos, de la Facultad de Psicología de Sevilla, y el teniente coronel de la Academia de Artillería Pedro Álvarez.

Los universitarios no interpretan el terrorismo yihadista como un problema próximo ni doméstico. Consideran que puede ser una cuestión europea de gravedad relativa y solo alcanza a sus ojos la calificación de muy grave en los países de Oriente Medio. Esta es una de las conclusiones alcanzada en una investigación coordinada por el profesor de la Universidad de Sevilla José Manuel Rodríguez González, que ha analizado la percepción y conocimiento que tienen los alumnos del terrorismo.

El responsable de la investigación subraya su sorpresa porque en un país que sufrió los atentados del 11-M y en el que, según el Ministerio de Interior, han sido detenidas 626 personas desde 2004 por vínculos con organizaciones yihadistas, este asunto aparezca tan difuso precisamente entre la juventud mejor formada. “Hay una falta de concienciación muy marcada entre los que serán los profesionales de dentro de cuatro o cinco años”, puntualiza. De acuerdo con su argumentación el desconocimiento es peligroso porque conduce a despreciar los riesgos y hasta a justificar acciones terroristas.

“España es el país europeo en el que se han producido más detenciones”, el nivel de riesgo de atentados es alto y, sin embargo, el terrorismo islamista “no aparece como un problema emergente”, sino como algo “que sucede lejos”. No obstante, José Manuel Rodríguez González recuerda que el punto de vista que expresan los jóvenes está en sintonía con la opinión general que periódicamente recogen las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en las que el yihadismo tampoco figura entre las principales preocupaciones de los españoles.

El coordinador del trabajo pone el acento en las dificultades, por ejemplo, que tiene una sociedad que no aprecia el terrorismo yihadista como un problema para comprender por qué hay misiones militares españolas desplegadas en Malí o, hasta hace unos días, en Afganistán.

El trabajo se ha realizado a partir de encuestas a 1.500 alumnos de Psicología, Periodismo, Ciencias Políticas y Educación de Sevilla, Granada, Salamanca y Huelva, y a otros 1.500 de la academia militar general de Zaragoza y de las de artillería, caballería y logística. El trabajo de campo ha puesto de manifiesto que no existen grandes diferencias entre los estudiantes civiles y militares respecto al terrorismo islamista. Unos y otros observan este asunto como una cuestión lejana. El nivel de conciencia, sin embargo, crece entre los estudiantes de las academias militares de especialización

El trabajo, en el que han participado el teniente coronel Pedro Álvarez, de la Academia de Artillería, el profesor de Periodismo de la Universidad Pontificia de Salamanca, Pablo Rey, y María del Pilar Ceballos, de la Facultad de Psicología de Sevilla, ha abordado a través de un cuestionario con 40 preguntas, unas abiertas y otras cerradas, tanto el conocimiento y la opinión que muestran los alumnos sobre el terrorismo, como los métodos para hacerle frente.

En este sentido, se proponía a los alumnos, por ejemplo, que citaran una organización terrorista española. Los encuestados respondían esta pregunta sin dificultades: ETA. Sin embargo, solo la mitad eran capaces de mencionar otro grupo con actividad en España.

¿Por qué esta falta de conocimiento y desapego? José Manuel Rodríguez González no duda en atribuir una buena dosis de responsabilidad a los medios de comunicación. En otro trabajo desarrollado ha estudiado las noticias publicadas desde 2002 sobre la misión española en Afganistán en los periódicos El País y El Mundo en las que aparecía el término ISAF ([Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad, nombre con el que se denominó la misión de la OTAN]. En 2002, año en el que llegaron las primeras tropas españolas a aquel país “El País publicó 22 noticias” que cumplieran ese criterio. “Este año han sido tres”. No obstante, el estudio también desvela que los estudiantes, en términos generales, no se informan a través de la prensa escrita, ni impresa ni digital. Estos asuntos les llegan a través de la televisión “o sea, ven unas imágenes durante un par de minutos y se acabó. Sin profundizar más”.

La cuestión no es solo la cantidad, sino también el contenido. En este sentido, el profesor de la Universidad de Sevilla puntualiza que las noticias publicadas aluden a atentados, ataques, muertos y otros episodios de estas características, “cuando allí se ha ido a hacer mucho más, a ayudar a la población civil, se ha educado a niños, se ha educado en género y tantas otras cosas que no se dicen”.

En relación con las vías para abordar los fenómenos terroristas los investigadores han apreciado diferencias sustanciales entre los alumnos civiles y militares. A todos se les planteaban cuatro opciones: actuación policial, intervención militar, negociación y apoyo económico a los países en los que emergen estas organizaciones. Los estudiantes de las academias se decantan por las soluciones negociadas y el diálogo. De alguna manera observan el terrorismo como una cuestión que debe resolverse en el ámbito político. Los alumnos civiles, en cambio, proponen las actuaciones policiales y militares para afrontar las amenazas.

La investigación comenzó en 2012 y aunque desde entonces ha permitido la publicación de varios artículos, el equipo aún está en fase de procesamiento de datos. En cualquier caso, José Manuel Rodríguez considera que este es el punto de partida para trabajar en los fenómenos de autoradicalización de jóvenes a través de las redes sociales. El profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla y de la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía reconoce la “increíble” eficacia de la propaganda extremista en la red. Subraya la capacidad para captar jóvenes con perfiles disruptivos y problemas de identidad, así como la manera que por ejemplo la organización terrorista Daesh recubre con una pátina de normalidad la vida en el denominado Estado Islámico, territorio entre Siria e Irak en el que han impuesto la Sharía. “En las últimas campañas han aparecido coches fantásticos, chocolatinas y, en definitiva, multitud de escenas como si la vida fuese allí normal y no pasara nada”. 

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