calle rioja

La Abeja Reina y la Monarca Mariposa

  • Lecturas. Un viaje sin salir de los libros por animales, países y películas, del escarabajo pelotero a la mantis religiosa, y de Hitchcock, el rey del suspense, al español Luis Buñuel

Fachada de La Casa del Libro, en la calle Velázquez.

Fachada de La Casa del Libro, en la calle Velázquez. / josé ángel garcía

El sábado decidí hacer un viaje con mi hijo por la historia de la realeza. Así fue como descubrimos los secretos de la Libélula Emperador, la Abeja Reina y la Mariposa Monarca. La primera tiene un ojo con treinta mil cristalinos, la segunda aparece junto al zángano y la obrera y la tercera cruza la frontera entre Estados Unidos y México sin tener que pedirle ningún permiso a Donald Trump, porque las mariposas monarcas no se llevan demasiado bien con los botarates republicanos.

Son tres de las muchas especies que aparecen en el libro Animales (DK), escrito por Jon Woodward. El subtítulo, por si algún padre lo quiere comprobar, no es nada exagerado: El reino animal como nunca antes lo habías visto. Un mundo lleno de sorpresas cuya lectura nos permitió regalos como la risa, la adquisición de conocimientos o aprender que hay 350.000 tipos diferentes de escarabajos. Incluido el escarabajo pelotero que buscamos cada verano el primer día que ponemos los pies en la playa de Punta del Moral.

La superficie de una nube de langostas equivale a 600 veces la del principado de Mónaco

Pocas veces he disfrutado tanto con un libro. Cuando leímos que una nube de langostas puede cubrir una superficie de 1.200 kilómetros cuadrados, cogí una guía de países del Atlas Mundial para descubrir qué países podían ser inferiores a una nube con tintes de plaga bíblica. La guía va desde Angola hasta las Islas Vírgenes Británicas, de la que cabrían ocho archipiélagos como él en ese conglomerado de langostas.

Descubrimos con sorpresa la igualdad en superficie de países como Canadá, Estados Unidos y China (ninguno de los tres llega a los diez millones de kilómetros cuadrados) y las abismales diferencias demográficas entre ellos. En un espacio similar, a un canadiense le corresponden cincuenta chinos. La nube de langostas equivaldría a seiscientas veces la superficie de Mónaco; seiscientos príncipes, seiscientas Carolinas, la musa de Moncho Alpuente, y un futbolista por el que piden un precio sideral. Lo más balompédico del libro Animales es el ciempiés, que por cierto sólo tiene 46. Los 54 restantes, en el argot balompédico, se los llevará Hacienda.

De Mónaco me fui a La enciclopedia del cine, una joya del francés Roger Boussinot que compré hace muchos años en Padilla. Busco para mi hijo la referencia de Grace Kelly, la actriz de la que Rainiero de Mónaco se enamoró cuando rodaba con Hitchcock una película en la Costa Azul. Le cuento que se casaron el mismo año 1957 que nací yo, perteneciente a la especie de los mamíferos bípedos igualmente óseos y cartilaginosos.

Le cuento que Hitchcock fue el rey del suspense y cojo otro libro de la estantería. Me lo regaló mi amigo José María Llamas, el ortodoncista, y se titula El banquete de los genios. Lo escribió Manuel Hidalgo y es una crónica deliciosa del homenaje que una serie de cineastas de Hollywood le dieron a Luis Buñuel en la casa de George Cukor. Hitchcock está sentado junto al cineasta aragonés muy cerca de Billy Wilder, a quien le debo, le cuento a mi hijo, algunos de mis mejores momentos como espectador de cine. También le digo que siempre lloro al final de El apartamento.

Volvemos al libro de los animales. Lo estamos pasando en grande. Lo curioso es que un par de horas antes vimos en televisión la película en la que Eddie Murphy encarnaba al doctor Doolittle. Mantis religiosa es el nombre científico de la Santa Teresa. Y todavía no hemos pasado de los insectos. El Sacro Imperio de la Libélula Emperador, la Mariposa Monarca y la Abeja Reina. Para escribir una novela con tinta de calamar. La reina y la obrera. Esto no se lo conté a mi hijo, pero pensaba en esa foto de la reina Letizia y Susana Díaz, la hija del fontanero, inaugurando en Málaga el encuentro de directores de institutos Cervantes.

Animales. Mapas. Películas. ¿Quién da más sin salirse de las páginas de un libro? Un manual que empieza con la ortiga del Pacífico y termina con un delfín llamado Calderón de Aleta Larga. De Cervantes a Calderón saltando de Rocinante a Moby Dick.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios