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La tercera mujer

  • Elsa Artadi, doctorada en Harvard, 'yogui' y creadora de la Grossa, puede ser la sustituta de Puigdemont si éste no consigue ser 'presidente wifi'

Elsa Artadi, de amarillo, el día de las elecciones.

Elsa Artadi, de amarillo, el día de las elecciones. / EFE

Inés Arrimadas, Marta Rovira y… Elsa Artadi. Esta puede ser la tercera mujer, y es una de las posibles candidatas a relevar a Carles Puigdemont si no puede ser investido president a causa de su fuga en Bruselas y su situación procesal. Los independentistas están acostumbrados a tirar de soluciones imaginativas para suplir su falta de planes más allá de la semana siguiente. Puigdemont es el candidato de su lista, Juntos por Cataluña (JxCAT), que es una mezcla del PDeCAT y de independientes buscados por él; Esquerra le apoya, y tendría una mayoría suficiente si los de la CUP se abstienen, pero no puede regresar a España. Bueno, puede, pero sería detenido por orden del juez del Supremo que instruye la rebelión catalana. Puigdemont no va a volver para ingresar en prisión, así que hay dos opciones. La última, un tanto cubista, es reformar el reglamento del Parlamento, para que el candidato a presidente no tenga la obligación de comparecer ante la Cámara y leer su discurso de investidura. Puigdemont sería un presidente wifi, se comunicaría con el Parlamento y su Govern por bluetooth.

Licenciada en Económicas, se doctoró en Harvard y ha sido profesora en Milán

Sí sería un poco grotesco, pero de todo ha sido capaz este Parlamento autonómico. Aunque modificase su reglamento, hay serias dudas jurídicas de que un escapado de la Justicia pueda ocupar un puesto institucional en España. Una cosa es que encarcelado en situación provisional, como Junqueras o Jordi Sánchez, mantenga el derecho de ser parlamentario electo e, incluso, asistir a algunos plenos, y otra que un fugado sea presidente de una comunidad. Así que la segunda opción de Puigdemont es que deje correr la lista de JxC y deje que otra persona sea elegido presidente, aunque él le tutele desde Bruselas, desde donde reclamaría el título de legítimo líder. ¿Quién? En JxCAT se barajan tres nombres: Jordi Sànchez, el ex líder de la Asamblea Nacional, que está en Estremeras; el ex consejero Jordi Turull y Elsa Artadi, que ha sido la jefa de campaña de Puigdemont.

Elsa Artadi fue quien protagonizó en Barcelona la noche electoral de la lista de Puigdemont. Su perfil responde al arquetipo de una joven nacionalista, brillante y formada, fruto de lo mejor de la burguesía cosmopolita catalana. Artadi (Barcelona 1976) es licenciada en Económicas en la Pompeu Fabra, discípula del ex consejero Andreu Mas-Collel, cerebro de las balanzas fiscales e hipotético Nobel de Economía que se quedó a las puertas de la academia sueca. Artadi se doctoró en Harvard, ha sido profesora en la Bocconi de Milán y ha dado clases en China, un cerebrito según quienes la conocen, una chica que equilibra su hiperactividad con el ejercicio del yoga, costumbre que le queda de su estancia en Nueva York.

En Cataluña es un rostro popular, siempre ha estado en la sombra de los despachos, pero como responsable de Hacienda fue ella quien puso rostro a la campaña de comunicación de la Grossa, la lotería de la Generalitat que quiso sustituir sin éxito al Gordo de Navidad. Artur Mas también se fijó en ella, pero desde 2016 fue la directora interdepartamental de la Generalitat; es decir, la mujer que coordinaba los distintos consejeros de ERC y de JxCAT con el presidente de la Generalitat. Era ella a quien temían los cargos republicanos que, según revelan las conversaciones telefónicas, escondían que no habían planificado la implantación de la república: ni hacienda ni fronteras ni reconocimiento internacional.

Cuando Puigdemont huyó a Bruselas, dejando atrás su proclamada república e incluso su familia, nombró a Elsa Artadi coordinadora de su campaña. Buena parte de este tipo de personas, si no todas, no es conocida, van detrás de los candidatos, mandan, pero se mantienen lejos de los focos. No es el caso de Artadi, de ahí que se suponga que pueda ser una sustituta.

El otro, más mediático por su condición, es Jordi Sánchez, uno de los tres encarcelados por el juez Lamela. Viene de la Esquerra más radical, la que flirteaba con una parte de Batasuna, y sustituyó a Carme Forcadell al frente de la Asamblea Nacional de Cataluña. A diferencia de Puigdemont, Sànchez sí puede votar y comparecer en el Parlamento en una sesión de investidura si el juez se lo autorizase, aunque tendría que ejercer el cargo desde prisión. Cosas tan extrañas se han visto.

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