Sistema

Un 4-6-0 que cerró bocas

  • La brillante final de España corrobora la apuesta de Vicente del Bosque por jugar sin delantero puro · La ausencia de Villa, punto de partida de una decisión acertada

La final de la Eurocopa cerró el debate generado por el innovador sistema de juego ideado en la selección española por Vicente del Bosque: el 4-6-0 funciona.

"Hemos hecho bien las tres cuestiones del fútbol: presión, posesión y profundidad", explicó sencillamente Del Bosque tras el 4-0 ante Italia, el mejor partido de España en una Eurocopa en la que se había dicho que el campeón aburría y que caía en la "masturbación táctica", como definió el diario italiano La Gazzetta dello Sport el ensimismamiento con mucha posesión y pocos goles.

El ex jugador francés Bixente Lizarazu también fue ingenioso al decir que a España "le sobra amor pero le falta sexo". Y en España, el debate sobre el nueve derrochó ríos de tinta. "No soy un recién llegado al fútbol, ha sido un debate futbolístico y no me sorprende, es opinión y nada más. Yo tomo la decisión, lo demás son opiniones", aceptó Del Bosque la discusión sin dejar de confiar en lo que creía mejor para su equipo.

Del Bosque, de 61 años, detesta lo que llama "ataques de entrenador", pero la ausencia por lesión de David Villa, el máximo goleador de la historia de la selección y culminación del juego de toque en los títulos de 2008 y 2010, le llevó a innovar.

Siguiendo los tres pilares de los que habla Del Bosque, el equipo llegó a la final apoyado en dos: el control y la posesión. La cuestión era la profundidad, la tarea más difícil para Cesc Fábregas -el falso delantero-, David Silva y Andrés Iniesta, que fueron los tres jugadores más ofensivos la mayor parte de los minutos.

A Del Bosque, que el domingo igualó al alemán Helmut Schoen como técnico ganador de un Mundial y una Eurocopa de naciones y que es el único que a esos títulos con la selección suma la Liga de Campeones, el mayor cetro europeo de clubes, le gusta buscar el espacio, igual que a Josep Guardiola, el muñidor del Barcelona reciente, otro equipo histórico.

"No hay un fútbol único. Para nosotros es más importante llegar que estar. Tenemos gente muy inteligente, un equipo equilibrado con jugadores que dan seguridad y con diferentes atacantes. En esta ocasión hemos elegido a unos que entran más que otros, y no nos ha ido mal", afirmó el domingo sobre su táctica de juego sin delantero puro, un sistema 4-6-0 modificable luego con la entrada de Torres, Pedro o Negredo.

"No nos ha ido mal". Así definió Del Bosque el título de la Eurocopa. Pura modestia para un técnico que, atento a todos los detalles, dio los únicos minutos del torneo en la final a Juan Mata, estrella del Chelsea e invisible en la selección.

Porque Del Bosque sabe que tan importantes son los 11 que juegan como los 12 que esperan. "Tenemos una convivencia perfecta, idílica. No nos podemos quejar pese a tener marginado a algún jugador. Han sido buenos compañeros de los que están en el campo", valoró.

El seleccionador español aglutina en torno a sí a un grupo que le agradece lo que él mismo denomina "autoridad compartida".

"Es la mejor forma de ejercerla, compartiendo con los propios jugadores ideas, conceptos de juego. No es una debilidad, al contrario, se gana fortaleza al compartir con ellos todo esto", aseguró antes del partido de cuartos de final ante Francia. Luego, en la tanda de penaltis de semifinales ante Portugal, lo demostró al aceptar que Fábregas lanzara el quinto y no el segundo porque el jugador había tenido una "intuición".

Un técnico que comparte porque, como humano que es, titubea. "Malo de aquel que no tenga dudas. El debate interno es sano, no tenemos la verdad absoluta", dijo con esa normalidad que lo convierte en líder pese a no poseer el atractivo y el carisma de José Mourinho o de Guardiola, referencias mundiales de gran palmarés a nivel de clubes pero que salen perdiendo en la comparación con un Del Bosque nada mediático.

El seleccionador seguirá con España al menos hasta Brasil 2014, cuando seguramente ponga fin a su etapa que entiende como continuidad de la iniciada por Luis Aragonés y antecedente de la que vendrá.

"El camino de la selección está marcado con nosotros o con otro entrenador más allá del Mundial de Brasil. El equipo seguirá en esta misma línea", dijo Del Bosque sereno, sin darse importancia a pesar de que entrará en los libros de historia por sus conquistas y quizás por jugar sin delanteros. "Es el fútbol moderno", lo definió su homólogo italiano, Cesare Prandelli.

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