Universidad de córdoba

El Centro Andaluz de Apicultura, una década de I+D a medida para el sector

  • El centro tiene contacto directo con los productores de Andalucía, comunidad que lidera la producción de miel en España, junto a Extremadura y la Comunidad Valenciana.

España es el país de la Unión Europea (UE) que más apicultores profesionales tiene, mientras que Andalucía, Extremadura y Valencia son las comunidades autónomas españolas que lideran este sector. Ya sea por la bondad de sus climas, la variedad de la flora o la disponibilidad que las abejas encuentran en sus campos, sólo en Córdoba el sector apícola genera alrededor de 1,2 millones de euros y son unas 250 familias las que viven de sus productos cada año. Según los datos de la última edición de la feria Expomiel que se celebró en Córdoba, en la provincia hay más de 43.000 colmenas, que producen unas 675 toneladas de miel.

Así las cosas, el de la apicultura es uno de esos sectores que generan numerosos puestos de trabajo y dejan un gran valor añadido en las tierras que se producen. Sin embargo, es también un campo muy complejo que depende de las condiciones de producción de las abejas y de otros numerosos factores. Para un mejor funcionamiento y una mejor relación entre los productores y la comunidad académica, la Universidad de Córdoba (UCO) acoge el Centro de Andaluz de Apicultura Ecológica, un espacio que lleva una década en funcionamiento. Francisco Puerta, profesor titular de Zoología, es su máximo responsable y recuerda que este centro surgió porque “había una serie de personas en la Universidad que trabajaban con abejas y los apicultores”.

En un principio, continúa, “les dábamos un servicio y la puesta en marcha del centro regularizó la situación”. A su juicio, el inicio de la actividad del centro sirvió para aunar investigación y desarrollo en el sector de la apicultura de toda Andalucía. Este espacio, ubicado en la colonia San José del Campus de Rabanales, se desarrolla la investigación de manera principal, mientras que son cinco técnicos (uno por cada dos provincias) los que se encargan del trabajo de primera mano con los apicultores. Estos son los que presentan sus dudas o comentan los problemas que tienen con sus colmenas y los técnicos se encargan, siempre que pueden, de solucionar cada caso. En último extremo, es decir, cuando son incapaces de encontrar una solución, toman muestras y las remiten al citado centro. “Cuando hay un tipo de problema, encontramos la solución”, resume el profesor.

Al respecto, Puertas explica que uno de los programas sanitarios que desarrollan se centra en conocer el estado del parásito varroa en Andalucía, que es “el principal problema sanitario actual” de las abejas. Añade que este parásito “se reproduce en las colmenas” y alerta que ante su irrupción “las puede destruir”. Otro punto al que alude Puertas es al hecho de que las propias abejas “no están adaptadas” a ese parásito, por lo que “si no se interviene, se hace un tratamiento o se controla” en un par de años puede desaparecer”.

La formación es muy importante para este centro y ya ha ofrecido diversos cursos, como con un monográfico sobre el control sostenible de enfermedades en las colmenas como un método para mejorar la calidad de la miel. En el citado seminario se explicó explicar a los ganaderos cómo evitar las patologías más comunes a través de un manejo adecuado de los colmenares.  

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