INVESTIGAR EN CÓRDOBA

Descubren propiedades quimiopreventivas en la borraja

  • Una investigación del Instituto de Agricultura Sostenible y las universidades de Córdoba y Cádiz corrobora en el laboratorio la capacidad de esta planta tan poco valorada para destruir células tumorales de forma selectiva.

De izda. a dcha.: María Dolores Lozano, Antonio de Haro y María de los Ángeles Alonso-Moraga.

Adiós a la creencia popular de que la borraja no sirve para nada. Esta planta tiene propiedades, no para quedarse embarazada como se creía antiguamente, sino medicinales. La ciencia ha demostrado que ha llegado el momento de olvidar la expresión de que algo queda en agua de borrajas porque investigadores cordobeses han comprobado que tiene propiedades quimiopreventivas.

Esta afirmación es el resultado de un largo proyecto de excelencia de la Junta de Andalucía que ha llevado a cabo el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) del CSIC en Córdoba, además de las universidades de Cádiz y Córdoba. El coordinador del proyecto es el profesor del IAS-CSIC del departamento de Mejora Genética Vegetal en Córdoba, Antonio de Haro, que se ha encargado del plan de mejora genética. Los expertos del IAS han seleccionado el material vegetal, lo han sembrado y, posteriormente, han recogido “las partes verdes de la borraja que se van a utilizar en el ensayo, además de coger las semillas”. En este punto entra la Universidad de Cádiz y su grupo Análisis y diseño de procesos con fluidos supercríticos del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología de Alimentos, que se ha ocupado de extraer el aceite de la planta borraja de forma tradicional y en condiciones de fluidos supercríticos. Poseriormente, especialistas de la Universidad de Córdoba (UCO) han estudiado “las propiedades quimiopreventivas de las partes verdes de la borraja” y del ácido gamma linolénico.

La responsable del grupo de Genotoxicología y antigenotoxicología de alimentos y directora del Departamento de Genética de la UCO, María de los Ángeles Alonso-Moraga, también ha participado en este proyecto y detalla que la actividad biológica que se ha llevado a cabo está “enfocada siempre en las propiedades quimiopreventivas”. “Primero se ve la seguridad, es decir, que no es malo, ni tóxico”, anota y añade que posteriormente se comprueba “si puede ser tóxico para las células tumorales, o antioxidante o alargar la vida en los organismos modelos”.

La idea del estudio surgió durante una estancia de Antonio de Haro en Francia, país en el que ya se desarrollaba una investigación sobre la borraja “fundamentalmente por el contenido en el aceite de la semilla, no para consumir en verde”, apunta. Esa idea hizo que cuando regresó a España comenzara a trabajar en la misma idea. “Si la borraja aquí se ve como una mala hierba y se da en cualquier campo, por qué no vamos a introducir el cultivo de la borraja como oleaginosa”. Ésta fue la pregunta sobre la que se originó el proyecto. Así De Haro se puso en contacto con investigadores del Valle del Ebro que “utilizaban la borraja como hortícolas, me mandaron semillas -también desde Europa- y empezamos a estudiar la borraja como oleaginosa”, recuerda. En este punto, matiza que  “ha sido una planta que siempre se ha utilizado como medicinal” y que buena prueba de ello es su existencia en los monasterios. Sin embargo “cayó en desuso, aunque en el Valle del Ebro es la hortícola más consumida y utilizada”. Esta planta “es muy importante como oleaginosa y es fuente de un ácido graso –el gamma-linoleico- que existe en muy pocas especies vegetales”, destaca y subraya que ese ácido graso “se utiliza ya en productos de farmacia por sus propiedades cosméticas”.

Alonso-Moraga, por su parte, reconoce la borraja es un “cultivo que está casi olvidado e infrautilizado”. Sin embargo, destaca sus propiedades quimiopreventivas, tal y como han demostrado los estudios que han llevado a cabo en la Universidad de Córdoba, que ponen de manifiesto que “elimina las células tumorales de manera selectiva”. La catedrática asegura también que hay estudios epidemiológicos publicados que aseguran que “en la zona donde consumen mucha borraja hay una incidencia más baja de cáncer”."Hemos estudiado y hemos hecho ensayos en vivo con la grosofila y también in-vitro con células tumorales” a través de experimentos realizados por María Dolores Lozano-Baena, junto a Inmaculada Tasset. “Hemos estudiado tanto el aceite como la planta de borraja y algunos de sus componentes químicos". La conclusión que han alcanzado precisa “que no todas sus moléculas bioactivas son buenas, pero algunas de ellas sí que mimetizan la actividad que hemos observado en la planta o en el aceite”. Eso sí, advierte de que “siempre es mejor consumir la planta o el aceite y no la molécula que es infinitamente más cara porque hay que obtenerla”. En este caso, la forma de introducir la borraja en la dieta sería a través de los productos nutraceúticos, algo que ya se hace con otras plantas.

Hay que tener en cuenta, según anota De Haro, que el estudio de las propiedades quimiopreventivas de los productos vegetales utiliza ensayos in vitro y ensayos in vivo para poner en evidencia la capacidad de las partes verdes de borraja y aceite de semillas de borraja “para protegernos frente al daño genético oxidativo, carcinogenicidad, teratogenicidad o envejecimiento”. Este tipo de estudios supone una batería de pruebas y de análisis: en primer lugar estudiar si el producto no es tóxico, estudiar las propiedades antioxidantes, después hacer estudio de longevidad para ver cómo afecta la alimentación con este producto a la vida de las moscas de Drosophila, entre otras pruebas que también incluyen el test in vitro con líneas de células de cáncer de leucemia (HL-60) que son tratadas con estos productos para determinar si el tratamiento es capaz de provocar la muerte de células cancerosas en fase de crecimiento.

Lo que se ha querido demostrar con este estudio, según el investigador del IAS-CSIC es que “mientras la borraja ha sido una planta que normalmente en Andalucía se ha minusvalorado y ha tenido el sambenito del agua de borrajas, se ha demostrado que tiene propiedades quimiopreventivas”. Por ello, insiste, lo que “proponemos es que se estimule su consumo, tanto como planta verde como en su aceite”. Como ejemplo, De Haro alude a la existencia de productos farmacéuticos en el mercado con aceite de borraja y también en productos cosméticos. “Se vende como complemento para cremas, pero el aceite de borraja se puede consumir por sus propiedades quimiopreventivas”, subraya.

Acabado el proyecto se abren nuevas perspectivas de trabajo. Al respecto, De Haro anota que la borraja “no es la única borrajinácea que existe en Andalucía, sino que hay otras de la misma familia”. “Hemos hecho estudios preliminares de que existen otras plantas de la misma familia que tienen este ácido grado y tienen este componente y sería interesante estudiar otras plantas para ver si tienen las mismas propiedades”, concluye.

 

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