INVESTIGAR EN LA PABLO DE OLAVIDE

Dieta y ejercicio, ¿milagro antiedad?

  • Experimentos con ratones demuestran que los mecanismos antioxidantes de los músculos responden mejor con animales más viejos

La dieta y el ejercicio físico previenen mejor el daño oxidativo de las células en los organismos viejos que en los jóvenes. Una investigación desarrollada en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD), centro mixto de la Universidad Pablo de Olavide, el Centro Superior de Investigaciones Científicas y la Junta de Andalucía, ha estudiado en ratones el efecto que tiene el deporte y la disminución de la ingesta de calorías en el daño oxidativo  y en la capacidad antioxidante del músculo. La principal conclusión es que el impacto mejora con el paso del tiempo.

Los investigadores han analizado cómo la dieta y la actividad física influyen en los mecanismos antioxidantes dependientes de la coenzima Q en los músculos de animales jóvenes (siete meses) y viejos (17 meses). Han encontrado que la respuesta depende de la edad del individuo: los animales jóvenes presentan un pequeño aumento en el daño oxidativo en músculo, mientras que en los mayores ese daño es mucho menor. Por otro lado, la restricción calórica disminuyó muy significativamente el daño oxidativo en ambos grupos.

El aspecto más interesante de la investigación está relacionado con los niveles de coenzima Q en músculo y su actividad antioxidante. El equipo ha comprobado que, mientras que los ratones jóvenes no sufrieron ningún cambio en estos niveles, los viejos mostraron un incremento en los niveles de coenzima Q especialmente cuando se sometieron a restricción calórica. “El coenzima Q es un componente esencial en la actividad de las mitocondrias para producir energía y también en la protección antioxidante de las membranas celulares frente a la oxidación de los lípidos. De esta manera, el coenzima Q actúa de forma esencial para el mantenimiento de la capacidad energética celular y de la integridad estructural de las membranas celulares, y por tanto, de la capacidad general de las células musculares”, indica Guillermo López-Lluch, investigador principal. 

También se ha podido comprobar que una enzima antioxidante esencial en la prevención del daño oxidativo en las membranas celulares, la citocromo b5 reductasa, disminuía sus niveles con el envejecimiento. No obstante, la restricción calórica y el ejercicio incrementaron esta enzima y otra relacionada, la NQO1, en los animales viejos sin mostrar grandes cambios en los animales jóvenes.

De acuerdo con estos resultados, “la respuesta fisiológica general de estos ratones depende de la edad del organismo de manera que en organismos viejos, la necesidad de responder de una manera más efectiva frente al daño oxidativo hace que tanto la restricción calórica como el ejercicio físico sean más efectivos”, indica Elisabeth Rodríguez Bies, profesora del Área de Educación Física y Deportiva de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.  

López-Lluch incide en el hecho de que este estudio y otros anteriores “demuestran que la práctica de ejercicio físico y una dieta equilibrada que permita una disminución en la ingesta de calorías o se base en una dieta mediterránea rica en productos vegetales y con calorías de lenta incorporación influyen de forma importante en la prevención del daño oxidativo y en el mantenimiento de la capacidad de diferentes órganos siendo este efecto mucho más efectivo en organismos viejos que en los jóvenes”. 

El estudio, según Rodríguez Bies, demuestra la importancia que los mecanismos antioxidantes dependientes de coenzima Q tienen en la protección del músculo frente al daño oxidativo. Teniendo en cuenta el descenso en la capacidad muscular que se produce a edades avanzadas como la sarcopenia, este estudio apunta a que “el mantenimiento de la actividad física durante esta edad puede ser esencial en la prevención del daño oxidativo y, además, en la capacidad energética de las células musculares permitiendo así mayor fuerza, agilidad y una menor fragilidad a estas edades. Otros estudios han demostrado el paralelismo entre lo que ocurre en estos animales y el ser humano por lo que podemos presumir que estos mecanismos están directamente relacionados con una mayor capacidad muscular en personas que muestren una mayor actividad física frente a aquellos más sedentarios”. 

Los resultados del proyecto, financiado con cargo al plan nacional de I+D, se han publicado en la revista Journal of Gerontology Series A: Biological Sciences

 

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