INVESTIGAR EN CÓRDOBA

'Drones' equipados con infrarrojos afinan la precisión de los riegos

  • El grupo de Agronomía del Instituto de Agricultura Sostenible y la Universidad de California experimenta con estos sistemas de teledetección en una finca con 40.000 árboles pistacheros · Los ensayos recogen un ahorro de hasta el 15% en los costes derivados del consumo de agua.

El catedrático Elías Fererer, vinculado al Instituto de Agricultura Sostenible. / JOSÉ MARTÍNEZ

Las universidades de Córdoba y California trabajan en un sistema de mejora del regadío de precisión mediante el uso de drones con cámaras térmicas que obtienen imágenes de los cultivos a través de infrarrojos. Los investigadores han comprobado la efectividad de este sistema en una finca de más de 22.000 hectáreas con árboles pistacheros en California y han demostrado que la teledetección de alta resolución es una herramienta útil para aumentar la eficiencia en el uso del agua en los regadíos. Consiguen ahorros de hasta un 15% en los costes derivados del agua.

El catedrático Elías Fererer explica que el proyecto comenzó hace más de diez años con la llegada del doctor Pablo Zarco Tejada al grupo de Agronomía del Instituto de Agricultura Sostenible, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Córdoba. Zarco, que acumulaba una trayectoria de casi diez años de experiencia en teledetección en centros de Escocia, Canadá y EEUU, se hizo responsable del desarrollo de los dispositivos de captura de imágenes térmicas instaladas sobre vehículos aéreos no tripulados (UAV). Al mismo tiempo, se ponía en marcha en españa el Programa Integral de Ahorro y Mejora de la Productividad del Agua de Riego en la Horticultura Española (Rideco), financiado a cargo de la iniciativa Consolider, que agrupaba a cinco de los principales grupos de investigación del país en este área, bajo la coordinación del profesor Fererer. El proyecto pretendía dar  "un salto cualitativo en la investigación sobre riegos en España”.  “Consolider fue una fuente de financiación clave para el desarrollo de la idea de utilizar UAV en la programación de los riegos”, asegura el catedrático.

El científico de la UCO recuerda también que el proyecto Rideco “tenía como principal objetivo la puesta a punto de estrategias de riego en árboles frutales y viñedo que permitieran reducir el consumo de agua de la agricultura de regadío y mejorar su productividad”. En este punto, señala que los sistemas de teledetección desarrollados por el equipo del doctor Zarco “permiten conocer el estado hídrico de los árboles y estimar sus necesidades de riego, lo que permitirá a los agricultores conocer en tiempo real la dosis de riego a escala de parcela o incluso de árbol individual, incrementando la precisión del riego”. El proyecto Rideco “ fue pionero en estas técnicas ya que permitió, por primera vez, evaluar su uso en diversos cultivos (pistacho, almendro y vid) en experimentos que se realizaron hace cinco años en fincas de California, en cooperación con la Universidad de California, en Davis.

Fererer apunta también que en los últimos años, estos sistemas de teledetección de alta resolución se han perfeccionado y pueden usarse con éxito, ya sea a bordo de drones o en pequeños aviones tripulados. “Se ha comprobado su validez en condiciones de fincas comerciales y ya pueden encontrarse actualmente en el mercado, donde varias empresas, en España y en California, están ya comercializando este tipo de productos y servicios”, subraya

Según la información facilitada por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad de Córdoba, para comprobar su efectividad, los científicos emplearon drones equipados con cámaras térmicas de alta resolución en un rancho de dos mil hectáreas de alfóncigos, los árboles que producen pistachos, en el condado de Madera. La finca estaba dotada con riego por microaspersión. Escogieron dos parcelas de 130 hectáreas cada una. En cada uno de estos dos campos de experimentación había unos 40.000 árboles productores, divididos en cuatro bloques de 10.000. En uno de los dos terrenos mantuvieron el sistema de riego que empleaban los propietarios. El sistema consistía en distribuir la distribución de agua en diez unidades de gestión en cada uno de los cuatro bloques. Mientras, en el segundo se introdujeron modificaciones. Allí, los árboles recibían los recursos hídricos con una frecuencia de riego de hasta veinte días. Según los mismos datos, posteriormente, se midieron de forma aérea las temperaturas de los alfóncigos. Las copas de los árboles que estaban en el campo con un intervalo de riego mayor presentaba generalmente colores más rojos en las imágenes térmicas. Determinaron entonces el índice de estrés hídrico del cultivo en unidades de gestión de hasta 175 árboles y lo relacionaron con los días que habían pasado sin ser regados. Esta información se empleó para calcular la desviación de cada riego respecto al establecido en el campo de control.

Al tomar imágenes termales de alta resolución sobrevolando los árboles, los investigadores comprobaron que éstas eran útiles para integrar un sistema de irrigación variable en este tipo de cultivos. Este tipo de control por medio de vehículos aéreos no tripulados útiles podría proporcionar recomendaciones a los productores en cuando al momento de irrigar sus campos para hacer un aprovechamiento más efectivo del agua.

De este modo, los trabajos de correlación entre el estrés hídrico de las plantas y las imágenes termales de alta resolución son capaces de determinar el momento óptimo de irrigación. Estos cálculos, además, permiten evaluar los posibles beneficios de un riego de precisión, en vez de uno fijo, como se emplea de manera convencional. Los investigadores estimaron que cambiando el sistema fijo de riego por otro variable puede suponer el ahorro de hasta el 15% de los costes asociados al consumo de agua.

 

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