INVESTIGAR EN HUELVA

Mayor productividad a menor coste en el campo de las microalgas

  • El Ciderta alberga cuatro proyectos europeos en los que se desarrollan herramientas para mejorar la producción de microalgas destinadas a obtener combustibles ecológicos, plásticos biológicos y sistemas de depuración de aguas residuales · El objetivo general es lograr grandes producciones, sin daño ambiental y a precios muy asequibles.

Investigadores del grupo Biotecnología de Algas de la Universidad de Huelva. / ALBERTO DOMÍNGUEZ

Es un micromundo que cada vez cuenta con un protagonismo mayor. La Universidad de Huelva (UHU) lleva 20 años dedicada a la investigación de las microalgas.Cuenta con un equipo entusiasta que encabeza Carlos Vílchez e incluye profesores, doctorandos e investigadores en el Grupo de Biotecnología de Algas, adscrito a la Facultad de Experimentales y que desde hace una año cuenta con la mayoría de su personal y equipamiento en las instalaciones del Ciderta (Centro de Investigación y Desarrollo de Recursos y Tecnologías Agroalimentarias), permitiéndoles en la actualidad mayores posibilidades.

Veinte años de investigación no han pasado en balde. El esfuerzo de este tiempo ha cosechado el reconocimiento internacional de la Universidad de Huelva, que participa en tres proyectos europeos financiados por el VII Programa Marco de I+D: Miracles, Splash, Algaenet, así como Fuel4me, todos en el área de las microalgas. Los cuatro se desarrollan en el Ciderta, donde también se prestan servicios cualificados y están presentes empresas de base tecnológica como  Norsker Inv. y BIOT, que también participan en investigaciones apoyadas económicamente por la Unión europea. 

Miracles cuenta con la participación de distintas universidades europeas, el CSIC y varias empresas de ámbito internacional. Tiene como objetivo la caracterización de varias especies de microalgas para su cultivo óptimo, el desarrollo de un proceso integrado de biorrefinería para la obtención de fracciones enriquecidas en compuestos bioactivos de diversa índole y el desarrollo de especialidades a partir de dichas fracciones, como alimentos funcionales, ingredientes para acuicultura o ingredientes para cosméticos o polímeros. Según explicó la investigadora María Cuaresma, que coordina en la UHU el desarrollo de la investigación de Miracles y Splash, “dentro del objetivo de conseguir de las microalgas productos de alto valor añadido”, la aportación de la Universidad de Huelva es “diseñar un novedoso sistema de cultivo distinto al habitual, sustituyendo el medio de cultivo líquido en el que crecen las microalgas por una espuma, con lo que se espera obtener una mayor productividad a menor coste”. El cometido por lo tanto, de la Onubense, es diseñar “procedimientos y sistemas que permitan un mejor uso de la luz y del CO2”, elementos con los que estos organismos unicelulares realizan su fotosíntesis.

Preguntados sobre el porqué del boom en la investigación de las microalgas, la profesora titular de la UHU y responsable científica de Splash, Inés Garbayo, explicó que “tienen un amplio campo de aplicaciones que pueden llevarnos a la implantación de una bioeconomía sostenible. Surgen como alternativa al uso de los recursos fósiles que son contaminantes y que terminarán por acabarse”. Precisamente, la Universidad de Huelva inició la investigación en microalgas con el propósito de utilizarlas para eliminar contaminantes nitrogenados y metales pesados de las aguas de riego, ámbito en el que continúa investigando dentro del proyecto Algaenet.

El proyecto Splash tiene como objetivo generar el conocimiento, las herramientas y las tecnologías necesarias para el establecimiento de un nuevo sector de la industria: la biotecnología industrial con algas para la fabricación de biopolímeros a partir de azúcares (polisacáridos) e hidrocarburos que producen ciertas especies de microalgas. Dichos biopolímeros pueden ser usados en la industria química como sustitutos de derivados del petróleo en la producción de bioplásticos y fibras, entre otros. Y precisamente la actividad de la UHU en este proyecto es mejorar esa producción de materia prima, las microalgas, de la cual se extraen los azúcares e hidrocarburos. Para ello, en Splash se trabaja con una especie concreta de microalga, Botryococcusbraunii, y mediante el uso de la fisiología, la bioquímica y la ingeniería -condiciones y sistemas de cultivo idóneos, y metabolismo celular estimulado- se pretende esa mejora de la producción.

Tanto Garbayo como Cuaresma incidieron en otra ventaja del uso de las microalgas. No solo se trata de un ámbito ecológico y más 'limpio' que el tradicional , sino que “también presentan ventajas en relación a la utilización para los mismos fines de los cultivos agrícolas tradicionales. En este sentido, las microalgas no precisan de terrenos cultivables ya que los sistemas de producción pueden localizarse incluso en zonas marginales, y por tanto no compiten con los recursos agrícolas tradicionales por el espacio. Y también pueden crecer en agua salada, por lo que tampoco hay competencia con el agua para riego o de consumo humano. De hecho, y el centro Ciderta de la UHU es un ejemplo de ello, “se puede tener una elevada productividad y optimizar el espacio usando fotobiorreactores tubulares en vertical”.

Otros dos investigadores del grupo son Zaida Montero y Juan Luis Fuentes. La primera desarrolla su tesis doctoral dentro de un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, coordinado por la Universidad de Alicante y en el que participa la Universidad de Huelva, en el que se propone utilizar bacterias de ambiente extremo en lugar de microalgas para la obtención de bioplásticos y otros compuestos antioxidantes. Se trata de una bacteria que no realiza la  fotosíntesis y crece en un ambiente con un elevado nivel de salinidad, lo cual reduce el problema de la contaminación por otros microorganismos. Fuentes, por su parte, trabaja con una microalga descubierta por el grupo en la cuenca del río Tinto, una auténtica campeona en el mundo de la supervivencia por las condiciones tan extremas que se dan en ese enclave onubense. El objetivo de su trabajo de tesis doctoral, financiado por un contrato predoctoral de Ceimar (Campus de Excelencia Internacional del Mar) y con el apoyo de Ifapa de Huelva, se encamina a la acuicultura y más en concreto a la biorrecuperación de las aguas residuales para esa actividad. “No solo se puede incluso volver a usar parte de esas aguas sino además los residuos son convertidos por las microalgas en compuestos de interés industrial”. De esta forma nos encaminamos hacia una acuicultura más sostenible y que puede encontrar además un valor añadido en la producción de las microalgas.  

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