INVESTIGAR EN MÁLAGA

Preguntas y respuestas en Las Galápagos 180 años después de Darwin

  • María del Mar Trigo, experta en pólenes de la Universidad de Málaga, sigue el rastro a los flujos génicos que han hecho de estas islas ecuatorianas el gran laboratorio para comprender la adaptabilidad y selección natural de las especies

El 27 de diciembre de 1831 Charles Darwin, con 22 años y recién concluidos sus estudios de teología en Cambridge, partía del Puerto de Plymouth, al suroeste de Inglaterra, para dar la vuelta al mundo a bordo del HMS Beagle. 

El almirantazgo británico fletaba la nave con la misión de que topografiara territorios de Patagonia y Tierra de Fuego, hiciera el trazado de las costas de Chile, Perú y algunas islas del pacífico y realizara mediciones cronométricas alrededor del mundo.

Darwin era el naturalista de la expedición, una vocación que había empezado a sospechar cuando acudía como voluntario a las clases de botánica y entomología de John Henslow en Cambridge. De hecho, fue este reverendo protestante quien hizo posible que se enrolara en el Beagle con el capitán Robert Fitzroy. Lo que en aquel momento nadie podía ni siquiera sospechar es que aquellos cinco años de viaje iban a dar la vuelta al conocimiento con su teoría sobre la evolución de las especies para explicar el origen de la vida.

El 15 de septiembre de 1835 Darwin y la tripulación del Beagle llegaban a las islas Galápagos. Allí el gran naturalista inglés observó que había especies nunca vistas con anterioridad. Es más, apreció que algunas de ellas existían en algunas islas del archipiélago pero no en otras.

Ciento setenta y ocho años después las Galápagos no han perdido un sólo ápice de interés para los naturalistas. La palinóloga de la Universidad de Málaga María del Mar Trigo estudia el flujo génico de las especies vegetales del archipiélago desde 2004, después de que contactaran con ella precisamente por su especialización en pólenes.

Puesto que estas islas son de origen volcánico, las primeras plantas tuvieron que llegar desde el continente, adaptarse al hábitat y generar nuevas especies. La investigadora malagueña trata de establecer si son los animales, el agua o el viento los responsables en primera instancia de ese flujo génico originado gracias al transporte de pólenes y semillas.

“El polen es una partícula fundamental en el cruzamiento de especies, ya sea por la acción de los animales que lo transportan en el pico y las pata, o por el viento. Mi interés está en ver cómo se hace, en analizar esos hábitos de polinización”, explica María del Mar Trigo.

Las islas Galápagos son un  laboratorio natural para comprender los procesos de adaptabilidad y selección natural de las especies tanto vegetales como animales. Por una parte su aislamiento geográfico que hace que “el pool genético de partida sea muy reducido” y, por otra, la adaptación al hábitat explican la existencia de especies endémicas que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo”.

Posiblemente la tortuga gigante sea la especie más popular y emblemática de las Galápagos, sin embargo, en las investigaciones de María del Mar Trigo tienen mucha importancia otras también endémicas como el pinzón de Darwin o el abejorro de Darwin. “Son agentes polinizadores importantes”. Desde el punto de vista vegetal en el archipiélago se localizan cerca de 200 variedades autóctonas que no se encuentran en ningún otro punto del planeta. Ese es el caso de la scalesia, una margarita autóctona de la que existen 17 variedades , aunque sólo se localiza en cuatro islas, o el algodón de Darwin.  

María del Mar comenzó en 2004 a colaborar con la fundación Darwin a través de la investigadora ecuatoriana Patricia Jaramillo. Desde entonces ha desarrollado varios proyectos, el último coordinado por Pablo Vargas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y financiado con cargo al plan nacional de I+D+I del Ministerio de Economía y Competitividad. En la actualidad, se están tomando muestras de los picos y patas de los pájaros, así como de las trompas de mariposas en esta búsqueda de los canales por los que han discurrido los flujos génicos en las islas.

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