INVESTIGAR EN CÓRDOBA

Utilizan moléculas derivadas del cannabis para mejorar la cicatrización de úlceras

  • Simula una hipoxia o falta de oxígeno en el tejido que le hace reaccionar mejorando la vascularización en úlceras diabéticas y cutáneas difíciles de tratar.

El profesor de Inmunología responsable del proyecto, Eduardo Muñoz. / ALEX GALLEGOS

Un equipo de científicos de la Universidad de Córdoba (UCO) trabaja en la mejora de la vascularización y cicatrización de tejido. Se trata del proyecto denominado Actividad hipoximimética de nuevos derivados del Cannabidiol. Implicaciones terapéuticas, prolongación de la línea de investigación en cannabinoides que lleva en activo ya más de 10 años y cuyo principal responsable es el profesor de Inmunología Eduardo Muñoz. La investigación se centra en “un grupo de moléculas sintéticas derivadas del cannabidiol capaces de simular la hipoxia en tejidos (ausencia de oxígeno), de ahí el nombre de hipoximiméticos”. Estos compuestos pueden ser desarrollados para un posible tratamiento de las úlceras diabéticas y otras úlceras cutáneas difíciles de tratar. El profesor especifica que se trata de simular una hipoxia farmacológica para que el tejido reaccione con una mejor vascularización y cicatrización.

El proyecto tiene una duración de tres años y una financiación de 120.000 euros. En este momento, apunta Muñoz, “nos encontramos esperando la resolución definitiva de la convocatoria y que llegue el dinero”. No obstante, reconoce que “es una línea prioritaria en el laboratorio e intentamos que no esté parada financiándola con otros fondos del grupo”.

Por el momento, la Universidad de Córdoba es la única institución académica que desarrolla este proyecto. No obstante, Muñoz asegura que en Andalucía hay otros grupos de investigación en Málaga y Sevilla que han hecho o están haciendo “un trabajo muy interesante en Cannabinoides endógenos pero no están trabajando en desarrollo de nuevos derivados de fitocannabinoides, los cuales son aislados de la planta Cannabis sativa y posteriormente modificados químicamente para mejorar su bioactividad y potencial farmacológico”.

Ante los estudios de universidades internacionales que han utilizado los derivados del cannabidiol para tratar la psicosis asociada que sufren muchos de los enfermos, sin que se multipliquen sus temblores en casos de Parkinson, el profesor incide en que en realidad “lo que hay son muchos estudios sobre el uso terapeútico del cannabidiol y no de sus derivados”. Así, detalla que el cannabidiol tiene un gran potencial clínico en diferentes patologías, pero especialmente para el tratamiento del síndrome de Dravet, una forma de epilepsia infantil muy agresiva, actualmente la empresa GW Pharmaceutical (UK) está realizando un estudio clínico de fase III y seguramente este fármaco estará en el mercado en los próximos dos o tres años. Además de en esta enfermedad, subraya, “hay buenas perspectivas para su uso en otras patologías como el parkinson, la esclerosis múltiple y la hipoxia neonatal entre otras aplicaciones”.

A pesar del avance de las investigaciones que se llevan a cabo, los productos aún no han llegado a los pacientes. Al respecto, Muñoz indica que en el caso de “nuestros compuestos derivados de cannabidiol nosotros colaboramos muy estrechamente con VivaCell. Se trata de una empresa biotecnológica de Córdoba que él mismo profesor fundó en 2003, junto a los docentes Giovanni Appendino (Italia) y Bernd Fiebich (Alemania) y que se encuentra ubicada en el parque científico-tecnológico Rabanales 21. Muñoz detalla que “mientras que en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica “estamos haciendo la investigación básica y estudios de eficacia, la empresa está centrada en el desarrollo preclínico regulatorio de fármacos”. Avanza que espera iniciar la fase clínica en un par años, “luego si todas las fases clínicas se superan estaríamos en el mercado en cuatro o cinco años”.

 

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