El granadino Pedro Medina trabajó cinco años en la Universidad de Yale (Estados Unidos) hasta que en enero de 2012 hizo las maletas para volver a Granada. La decisión le costó rechazar una oferta del MD Anderson Cancer Center de la Universidad de Texas, que estaba dispuesto a pagarle el salario medio de un científico español multiplicado porcuatro, según contó aquel año a www.saberuniversidad.es También le dijo no al Instituto Karolinska de Suecia. “No volver ahora significaba no hacerlo nunca”. El interés por criar a su hijo en su ciudad natal fue el argumento definitivo para convencerlo.

Poco después de aterrizar en España recibió el premio al mejor investigador joven (menos de 35 años) de España y Portugal y logró el primer puesto, entre 230 aspirantes, en el programa Miguel Servet de Investigadores del Sistema Nacional de Salud. Medina es uno de los pocos investigadores jóvenes que ha publicado en Nature.

Llegó acogido al programa Ramón y Cajal para incorporarse al Genyo, el centro de investigación genómica y oncológica creado por la Universidad de Granada con la empresa Pfizer y la Junta de Andalucía.

Tras su aterrizaje consiguió poner en marcha su laboratorio sobre la reuglación de la expresión génica en el cáncer gracias a fondos proporcionados por la Comisión Europea, que le concedió 100.000 euros con cargo al programa Carrier Integration Grant previsto para favorecer el regreso a Europa de investigadores de primer nivel que están en otros puntos del planeta. También logró apoyo económico de la fundación Josep Carreras para un segundo proyecto. Finalmente, en la última convocatoria de proyectos de excelencia de la Junta de Andalucía consiguió 167.000 euros más para avanzar en la investigación de los sistemas que regulan la expresión génica del cáncer.