UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE ANDALUCÍA

La industria farmacéutica pierde interés en los antibióticos contra bacterias resistentes

  • Expertos mundiales en los mecanismos moleculares que favorecen la adaptación de los patógenos advierten, durante un encuentro promovido por la UNIA en Baeza (Jaén), de la escasa investigación en nuevos fármacos y vacunas, mientras crecen enfermedades originadas por microorganismos multirresistentes.

Placa de petri con una muestra de bacterias. / ANDREAS REH - GETTY IMAGES

Los avances médicos de las últimas décadas no han sido suficientes para evitar que desde principios de los 90 se registre un “incremento significativo” de enfermedades originadas por bacterias resistentes a los antibióticos mientras que, prácticamente en paralelo, la industria farmacéutica ha comenzado a perder interés en desarrollar nuevos fármacos y vacunas capaces de hacer frente a esos patógenos.

La bióloga del área de genética de la Universidad de Málaga, Carmen Beuzón, señala tres organismos bacterianos al alza: Mycobacterium, responsable de la tuberculosis, Salmonella, que provoca salmonelosis y fiebres tifoideas, Listeria, vinculada a infecciones extremadamente graves para embarazadas, recién nacidos y adultos mayores o enfermos, y Pseudomonas, que ataca organismos debilitados por otras enfermedades, con especial incidencia en pacientes de fibrosis quística.

Coorganizadora del encuentro científico de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) que ha reunido en Baeza (Jaén) a la flor y nata mundial en el estudio de los mecanismos moleculares que favorecen la adaptación y resistencia de las bacterias, Carmen Beuzón subraya el desafío que estos patógenos representan para la comunidad científica porque han puesto en entredicho “la eficacia de los métodos terapéuticos”, o sea, las vacunas y antibióticos disponibles.

“Han surgido variantes resistentes a una gran variedad de compuestos antimicrobianos para el tratamiento de seres humanos, y que por tanto constituyen una amenaza grave para la salud pública”. Destaca la frecuencia de las variantes microbianas multirresistentes, incluso frente a algunos de los denominados antibióticos de tercera generación (fluoroquinolonas y cefalosporinas), “lo que limita severamente” su eficacia.

La aparición de patógenos multirresistentes ha llevado aparejada otra consecuencia no menos inquietante: el desinterés de la industria farmacéutica por buscar nuevos antibióticos y vacunas. Desarrollar nuevos medicamentos es un proceso “largo y costoso, cuyo beneficio económico queda severamente limitado cuando aparecen resistencias que restringen su eficacia terapéutica”. “Si observamos las gráficas de la evolución de las vacunas, podemos ver cómo ha caído el número de proyectos desde los años 90. De hecho, los científicos que han participado en el workshop solo tenían conocimiento de un único programa de desarrollo de nuevos antibióticos en este momento”, indica la coorganizadora del encuentro.

Desde este punto de vista es perentorio crear nuevos medicamentos eficaces contra la resistencia que muestran las bacterias a los tratamientos clásicos, así como “nuevas estrategias y aproximaciones” para generar antibióticos y agentes terapéuticos “que limiten el riesgo de aparición de nuevas resistencias”. Es decir, hacen falta nuevos fármacos o, al menos, soluciones que en solitario o combinadas, frenen la adaptación de las bacterias y reduzcan su capacidad para colonizar el organismo enfermo. La comunidad científica también coincide en señalar la necesidad de nuevas vacunas contra enfermedades de origen bacteriano para las que todavía no existen métodos preventivos y avanzar en la búsqueda de alternativas que permitan salvar los obstáculos que han surgido durante el desarrollo de vacunas contra algunos de estos microorganismos resistentes.

Para afrontar estos desafíos hace falta una visión multidisciplinar que permita comprender los mecanismos moleculares que despliegan las bacterias para adaptarse a su entorno, “a los diferentes tejidos del huésped o a nichos alternativos que favorezcan su persistencia y propagación, como sucede en el caso de los huéspedes vegetales”. También es preciso conocer los cómo y por qué esos patógenos son capaces de vencer los mecanismos de defensa que interpone el organismo al que atacan. Determinar cómo compiten “con la microbiota se ha convertido en un área de trabajo de importancia primordial”.

Con este escenario como telón de fondo, el taller de trabajo desarrollado en el Campus Antonio Machado (Baeza, Jaén) de la Universidad Internacional de Andalucía a finales de octubre tenía como objetivo “promover avances en nuestro conocimiento, que permitan identificar nuevas dianas terapéuticas para el desarrollo de tratamientos de control innovadores y más eficaces”.

Coorganizado por Carmen Beuzón, Pascale Cossart (Instituto Pasteur de París), y Laurent Aussel (Universidad de Aix Marsella), la jornada científica ha contado con Soeren Molin, experto en ecosistemas microbianos (biofilms) de la Universidad Técnica de Dinamarca, David Low, especialista de la Universidad de California en interacciones entre bacterias y en los procesos que silencian o expresan los genes, Josep Casadesús, del Departamento de Genética de la Universidad de Sevilla, y David Holden, del Imperial College de Londres que lidera la investigación en los mecanismos intracelulares de la bacteria Salmonella.

Carmen Beuzón, Pascale Cossart y Laurent Aussel, coorganizadores del 'workshop' sobre biomedicina.

También han participado David Russell, que desde la Universidad de Cornell destaca en la investigación de Mycobacterium y Leishmania, y Andreas Baumler, que dirige en la Universidad de California Davis un grupo que investiga la interacción de la bacteria Salmonella con la mucosa y la microbiota intestinal. El panel de personalidades científicas lo completaron Stephane Genin, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y experto en el patógeno Ralstonia Solanacearum, agente causante de enfermedades graves en más de 200 especies de plantas, y Adam Schikora, de la Universidad Justus Liebig de Giessen (Alemania), conocido por ser uno de los primeros en caracterizar la interacción de un patógeno de humanos con las plantas, dando lugar a que estas sean consideradas huéspedes alternativos.

Carmen Beuzón destaca que la “originalidad del taller” ha sido, precisamente, “reunir a expertos en los diferentes aspectos implicados en los mecanismos moleculares que conducen a la adaptación bacteriana” tanto al hombre, como a las plantas. Desde este punto de vista recalca cómo las plantas funcionan en ocasiones como “huéspedes alternativos” de patógenos humanos, de ahí que sean una “fuente de infección frecuente en brotes epidémicos”. También pone de relieve que se haya integrado en el estudio de estos mecanismos moleculares, los sistemas de cooperación y competencia que desarrollan los patógenos entre sí y frente a otros miembros de la microbiota. “Este elemento distintivo ha representado una oportunidad única de reunir bajo un mismo techo a los expertos mundiales de comunidades científicas normalmente con poca o ninguna interacción entre sí, pero que tienen un fuerte potencial de complementariedad, y paralelismos de enfoque y metodología”, concluye. 

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