INVESTIGAR EN CÓRDOBA

El proyecto Prometeo aplica la teledetección a la lucha contra los incendios forestales

  • El equipo científico que dirige Rafael Navarro, experto en cambio climático, ha desarrollado un sistema único en España para obtener información en tiempo real de la evolución de un fuego en el monte.

En la Universidad de Córdoba (UCO) también se lucha contra el cambio climático desde el grupo de Evaluación y Restauración de Sistemas Agrícolas y Forestales, un equipo que comenzó a trabajar en 2005. Los trabajos de investigación se orientan a generar conocimiento sobre la estructura, biodiversidad y gestión de ecosistemas forestales, a distintas escalas, orientados a su conservación y a la planificación de su uso sostenible, según explica el director de este equipo científico, el profesor Rafael Navarro, quien añade que estos objetivos se logran a través del desarrollo de líneas de investigación relativas a los procesos de degradación y restauración de áreas naturales y cultivadas, ecofisiología forestal, teledetección forestal y Sistemas de Información Geográfica, y cambio global.

El cambio climático centra buena parte del trabajo del grupo. Para Navarro, representa un gran reto en España que, además, “requiere del esfuerzo compartido de numerosas instituciones científicas y de participación social, para entender y actuar frente a las diversas áreas que comprende: ciencias atmosféricas y ambientales, geofísica, ecología. ingeniería, biología, geografía, matemáticas y estadística y economía”. Este profesor de la UCO insiste en la necesidad de que existan grupos de investigación dedicados a la lucha contra el cambio climático para “afrontar este problema con las mínimas garantías de éxito”.

Otro de los proyectos en los que trabaja este equipo de investigadores cordobeses se centra en las tecnologías para el combate integral de los incendios forestales. La iniciativa, denomina Prometeo, es “el mayor proyecto de investigación aplicada concedido a un consorcio empresarial en nuestro país en materia de lucha contra incendios forestales y cuenta con la participación activa de las administraciones públicas autonómicas y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino”, subraya. Navarro destaca que los objetivos principales de esta iniciativa “son optimizar los recursos de que disponen las administraciones públicas para minimizar el riesgo ante incendios forestales y mitigar los daños medioambientales en caso de incendio, así como reducir el número y la magnitud de los grandes incendios forestales, minimizando los riesgos de los dispositivos de extinción”.

Al detalle, el profesor señala que la parte específica que su grupo lleva a cabo dentro de Prometeo está orientada a la investigación del uso de la teledetección (sensores multiespectrales, térmico y láser) para el combate integral contra incendios forestales y para la restauración de áreas afectadas por grandes incendios. Hasta el momento se ha diseñado, junto a la empresa Inaer, un equipo único en España para la obtención a tiempo real de información relacionada con la evolución del incendio, así como para la adquisición de información fundamental (carga y humedad de los combustibles y estructura de la vegetación) para poder simular el comportamiento de grandes incendios a corto plazo. Explica también que este verano se han realizado los primeros vuelos en Andalucía, unos trabajos que han permitido obtener “información muy relevante para la calibración y la aplicación operativa de la metodología”. Navarro sostiene que esta información “se puede utilizar para desarrollar nuevas alternativas orientadas a la recuperación de áreas degradas por incendios forestales”.

Aunque este verano no se han registrado graves incendios forestales en Andalucía, Navarro considera que estos siniestros “van a formar parte de nuestra realidad ambiental”. El profesor lamenta que estos incendios “suelen ser cada vez mas frecuentes y de mayor severidad, lo que produce un gran impacto en distintos sistemas forestales y agrícolas”. “Es cierto que cualquier gran incendio va a suponer una perturbación importante de los ecosistemas afectado, que puede ir desde la práctica desaparición de la vegetación, como en un abetal joven, hasta un impacto limitado y de fácil recuperación, como un incendio de superficie en una dehesa.

Eso sí, reconoce que el problema en la rapidez o el éxito para recuperar la zona dañada por las llamas “posiblemente viene en la forma en cómo se acometen las labores de restauración de estas zonas”. “En muchas ocasiones hemos visto como después de un incendio se desata una tormenta mediática, donde unos y otros se distribuyen responsabilidades y buenas voluntades, que normalmente se apagan al llegar el invierno”, considera. El docente de la Universidad de Córdoba añade que “la sociedad, pero sobre todo los afectados y las administraciones con competencia en la materia, deben plantear programas realistas para la restauración de las zonas afectadas”.

En este punto, Navarro recuerda que la Universidad de Córdoba "trabaja desde hace mas de diez años en la evaluación del impacto de grandes incendios y el desarrollo de alternativas de restauración en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente” y apunta que, además, “hay una amplia red de investigadores (Fuegored) que contribuye a nivel nacional a encontrar soluciones compartidas junto a gestores forestales”. 

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