INVESTIGAR EN ALMERÍA

La universidad atesora en su herbario la riqueza vegetal de la provincia

  • El servicio cumple 24 años con una colección compuesta por más de 30.000 plantas recogidas, clasificadas y estudiadas para apoyar la docencia y la investigación

Desde 1989, hace ya 24 años (justo el momento de la implantación de los estudios de Ingeniería Técnica Agrícola) la Universidad de Almería cuenta con un espacio que guarda toda la diversidad de plantas que se localizan en la provincia y muchas de las existentes en zonas colindantes. El espacio, situado en la planta baja del edificio CITE II-B, cuenta con una colección de más de 30.000 plantas. Se trata de una recopilación de muestras que se encuentran incluidas en una base de datos y a disposición de aquellos científicos que necesiten el acceso a esa información para multitud de operaciones en el campo de la medicina o de la historia de las especies.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Almería se encarga de ampliar los registros con el objetivo final de convertirlos en un referente en la recopilación de plantas. Miguel Cueto Romero dirige parte de este trabajo y explica la función que cumple dentro de las labores de docencia y, de forma muy importante, en el mundo de la investigación, como puede ser la eliminación de plagas.

Dentro del proceso, hay diferentes partes. Cueto explica que el primer paso es la herborización. Consiste en recoger o buscar hierbas y plantas para estudiarlas. En esta tarea participan los miembros que trabajan en este servicio, pero también cuentan con aficionados a la botánica que les hacen llegar sus muestras. Entre esos aficionados, hay un grupo formado por Luis Posadas Fernández, Andrés Ivorra Jiménez, José Miguel García Torres y Pedro Soria Estevan con el que el Herbario de la Universidad de Almería mantiene una estrecha relación.

Con las muestras en el centro comienza el trabajo de clasificación. El primer paso consiste en la preparación del material que comienza con el prensado, aclara el investigador, que añade: "Es muy importante preparar el material que debemos secar. Para ello, se utiliza papel de periódico y almohadillas, dos materiales que ayudan en el proceso de absorción del contenido líquido de las plantas". Según el tipo de planta y la estación del año, el proceso es más corto o largo. "Las plantas crasas, como la chumbera, necesitan de un prensado especial", aclara Cueto.

Cuando las plantas están disponibles tras el prensado comienza la identificación y estudio para su determinación taxonómica, es decir, su clasificación. Aquí entra en juego muchas veces un manual llamado Claves de la flora vascular de Andaluca oriental, un libro de más de 1.700 páginas editado por las Universidades de Almería, Granada, Jaén y Málaga en 2011. El siguiente paso es la inclusión de la identificación en la base de datos. Tras ello, se realiza el montaje definitivo y el proceso termina con la inclusión de la muestra en el herbario, según indica Miguel Cueto Romero.

Algunas de las 30.000 muestras que contiene este herabario han servido para reproducción. Por ejemplo, el saramago pudo vovler a introducirse en la isla de Alborán de donde había desaparecido gracias a las semillas que se conservaban en la Universidad de Almería. Esta es una de las labores de este servicio universitario que gracias a sus estudios e investigaciones ayudan a campos tan diversos como la medicina o la agricultura. 

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