Écija

El Cristo de la Salud es repuesto al culto tras su restauración

  • La venerada imagen, realizada a principios del XVI, ha recuperado la policromía original que ocultaban los repintes y la suciedad.

El Cristo de la Salud tras la restauración.

El Cristo de la Salud tras la restauración. / M. G.

El Señor de Écija regresó esplendoroso en la noche viernes a la parroquia de San Gil tras el complejo proceso de restauración al que ha sido sometido en los últimos meses por la restauradora Carmen Bahima. Los fieles y devotos de este Crucificado gótico, realizado en el primer cuarto del siglo XVI, se han reencontrado con una imagen que ha recuperado prácticamente la totalidad de su policromía, que estaba oculta bajo una gruesa capa de suciedad, repintes y barnices oxidados. Especialmente llamativa es la del sudario, que se encontraba totalmente oscurecido y repintado que ocultaba el aspecto primitivo. El Cristo, uno de los que atesora más devoción en Écija, ha sido restaurado en las dependencias propias de la hermandad y regresó a su parroquia durante el transcurso de una misa de acción de gracias. La ultima vez que se intervino fue a mediados de los ochenta y desde entonces no se habían realizado tareas de conservación, por lo que presentaba importantes problemas. 

La restauradora, Carmen Bahima, durante la intervención. La restauradora, Carmen Bahima, durante la intervención.

La restauradora, Carmen Bahima, durante la intervención. / M. G.

“Nos encontramos con una imagen con un preocupante estado de conservación. Estaba muy oscurecida por el paso de los años y con los repintes y barnices totalmente oxidados”, explicó Carmen Bahima a este periódico. En el rostro de la imagen, por ejemplo, apenas se diferenciaban los rasgos, ya que toda la superficie poseía casi el mismo tono. En primer lugar se le realizaron unas pruebas radiológicas y, una vez analizados los resultados, se empezó a intervenir, fijándose las múltiples zonas con peligro de desprendimiento. Tras determinar el grado de limpieza y el nivel al que se debía llegar, se procedió a la retirada de los repintes. “Nos encontramos con una policromía en buen estado en mas de un 80%. Parte de ella estaba oculta bajo los repintes, pero en perfecto estado”. Lo mas llamativo ha sido la recuperación de la policromía del sudario, que estaba totalmente oscurecido y repintado en un color que nada se parecía al primitivo que ahora se vuelve a ver. También se han sustituido las cogidas a la cruz.

“Profesionalmente ha sido un trabajo muy importante, un reto recuperar el esplendor de una imagen de esa calidad artística y sobre todo de esa carga devocional”, agregó la restauradora. La intervención ha estado tutelada por una comisión formada por miembros de la actual junta de gobierno y antiguos hermanos mayores. 

La imagen del Cristo de San Gil cuenta con una cruz plana tallada, que personaliza el estilo del XVIII ecijano. Procesiona el Miércoles Santo en un serio y austero paso neobarroco en madera de caoba en su color, tallado por Antonio Martín y con carpintería del ebanista ecijano José M. Martín. Posee en su camarín una magnifica peana dorada con pan de oro y dosel ricamente bordado en hilo de oro fino, ambos del siglo XVIII.

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