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Análisis 'Moss'

  • PlayStation VR se convierte en la puerta de entrada a un maravilloso mundo de fábula

La primera ocasión en la que pusimos la vista en la simpática ratona Quill, ya nos ganó la mitad de la partida: nos enamoró perdidamente con su dulzura innata, su valiente apariencia y la elegancia que mostraban sus movimientos. Polyarc, el equipo de desarrollo ubicado en Seattle, destapa una joya en esta hermosa aventura de acción y rompecabezas, en virtud a la exploración de otras formas para aprovechar las experiencias que nos tienen reservadas las plataformas de realidad virtual, nuevas fórmulas que no se asientan en la recreación preciosista con vocación educativa o las experiencias en primera persona.

En Moss todo parece haberse concebido sin estridencias ni la intención de hacer demasiado ruido, de hecho, aunque la perspectiva adoptada por el jugador sea en tercera persona, la inmersión está garantizada por la dirección de arte y la composición de cada escena, además de una atmósfera que tan sólo puede superar la inclasificable personalidad de su protagonista Quill, una heroína muy particular… aunque nos despierte al principio de la aventura, pues el jugador también forma parte del cuento representado como un imponente espíritu benevolente.

Dentro de un mundo de fábula

Inmediatamente después de comenzar el juego nos encontramos en una majestuosa biblioteca. Allí, encerrado en un sólo volumen, apoyado con sumo cuidado nos espera un libro: Moss, ése es el nombre que está grabado en la portada del título, mientras que unos pequeños destellos de luz sugieren que comencemos a pasar las páginas. A través del mando de control podemos simular el movimiento de nuestras manos, y una vez tomada consciencia de esto, nos disponemos a abrir el gran tomo, que ante nuestros ojos abre la entrada a un épico imaginario rebosante de mitos y leyendas. Las primeras páginas del gran libro preparan el terreno para enfrentarnos a una historia de coraje y valor que se combina con retazos de tristeza y ternura.

En Moss conoceremos la historia de Quill (desafortunadamente sólo narrada en alemán, inglés y francés), una inquieta ratona que nunca ha salido de los límites de su aldea. Un día, explorando en el bosque, descubre una piedra que guarda una magia ancestral. Pero rápidamente se combinarán una serie de dramáticos acontecimientos causados por un lejano mal que intenta tomar posesión de la Reliquia de Cristal, el artefacto de poder del Rey de los Ratones. Con estos antecedentes, nuestra valiente ratoncilla se ve forzada a partir en un peligroso viaje para buscar a su tío Argus, desaparecido en misteriosas circunstancias.

La protagonista se ve ahora indefensa, en un entorno hostil a merced de monstruos y bestias, pero por suerte no se encuentra sola: allí estaremos nosotros desempeñando el papel de El lector, una entidad superior a la que Quill pide ayuda. Con este giro, el juego nos convierte en una parte activa de la historia, permitiéndonos actuar como una especie de espíritu guía que vigila este universo de cuento de hadas.

El papel de El lector

La participación del jugador en Moss es esencial para que Quill cumpla con su misión. Nuestra extensión en esta fábula se manifiesta a través de una esfera luminiscente que se sitúa en el medio de la pantalla, controlable moviendo el mando de control de PS4, con el cual podemos interactuar con todo lo que nos rodea. Al mismo tiempo, debemos mover a Quill con la palanca analógica, ayudándola a superar barrancos, escalar, resolver sencillos rompecabezas y eliminar amenazas, porque a pesar de lo que pueda parecer, esta ratona tiene mucho estilo con la espada, es ligera y capaz de maniobrar con destreza blandiendo su arma. El sistema de combate es sencillo, pero bastante rudimentario, con un botón para activar los movimientos de ataque y un mecanismo para esquivar velozmente. Los combates prácticamente se resuelven a base de movimientos deliberadamente elementales, pues las deliciosas animaciones de Quill y las situaciones a las que se enfrenta en combate tienen mucho jugo.

Tráiler 'Moss'

La situación cambia con los rompecabezas dinámicos que marcan el avance de la aventura, pues aquí el jugador toma parte activa manipulando, por ejemplo, un obstáculo que obstruye el paso de Quill, o bien adecuando el camino cuando el personaje se encuentra demasiado lejos para llegar a una plataforma. Esto gradualmente aumenta la necesidad de coordinar los movimientos de la ratona con los del escenario, puesto que los rompecabezas dinámicos se van complicando con el progreso de la aventura. Por suerte, la estructura de niveles propone mecanismos de resolución muy diversos, aunque prácticamente repite conceptos conocidos, como mover bloques, estatuas o situar enemigos sobre trampillas que activan mecanismos.

A pesar de tratarse de una aventura en tercera persona, Moss ha demostrado ser mucho más inmersivo que la mayoría de títulos de corte subjetivo. El juego de Polyarc es un pequeño oasis que se mueve entre el naturalismo y la épica de espadas clásica, donde cada escenario tridimensional evoca un cuento de hadas y nos traslada hasta un terreno en el que podemos explorar a fondo, simplemente, asomando la cabeza para buscar pistas, coleccionables en una esquina oculta o detrás de una piedra, porque gráficamente ofrece escenarios repletos de detalles con una exquisita composición. Observar cada rincón del escenario es una delicia y más si tenemos en cuenta que no hay espacio para marearse, incluso en sesiones largas, pues la cámara fija no impone movimientos extremos. La guinda del pastel la pone una banda sonora maravillosa, que evoca mágicas noches de cuentos y leyendas.

Conclusiones

Moss, distribuido para PlayStation VR, es un juego precioso en su exquisita simplicidad, una obra que, desde sus inicios, abraza los conceptos y pretextos de una adorable fábula que ha sido adecuada a un marco visual y narrativo de nuevo cuño, que estimula la parte lúdica y pone a prueba nuestro intelecto en maravillosos entornos surgidos de un universo que desprende un magnetismo fuera de lo normal.

Sin lugar a dudas, es el juego pequeño más grande de toda la familia PlayStation, la experiencia para realidad virtual más encantadora que hemos jugado. No obstante, a pesar de la belleza escénica, los rompecabezas y los duelos a espada, es inevitable dejar de prestar atención a la pequeña Quill, uno de los personajes más potentes que ha dado el panorama virtual en años. Las animaciones y sus movimientos desprenden una naturalidad que llega a parecer innata en el personaje, que además cuenta con una marcada personalidad. La pequeña no deja de prestar atención al jugador en toda la aventura, comunicándose mediante señas, gestos y guiños. Sin conocer mucho sobre sus antecedentes, ni cruzar media palabra con ella, este tipo de personajes son capaces de crear grandes niveles de empatía casi de inmediato, por eso, continuamente el jugador está pendiente de curar sus heridas tras librar un combate o de rascarle la nariz cuando ha superado un obstáculo para darle un pequeño abrazo.

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