LA TRIBUNA DE OCTUBRE

Fortalecer el sistema andaluz de universidades

Antonio Ramírez de Arellano

Rector de la Universidad de Sevilla

En la reciente inauguración del curso académico en la Universidad de Sevilla pedí a mis compañeros rectores que siguiéramos trabajando juntos para fortalecer el sistema universitario andaluz. Un sistema que atiende a más de 250.000 estudiantes, genera 30.000 empleos directos y ofrece unos resultados crecientes de investigación y transferencia tecnológica.

Las universidades públicas de Andalucía hemos configurado, en coordinación con la Junta, un sistema homogéneo, cooperativo y modélico. La autonomía de cada una de las diez universidades y la defensa de nuestras propias singularidades no ha impedido que formemos un bloque compacto, al servicio exclusivo de la sociedad andaluza. Además, las universidades públicas constituimos la base del sistema andaluz de conocimiento, sobre cuyo eje gravita la recuperación económica y el crecimiento sostenible.

Cuestiones como el acceso a la universidad previsto en la Lomce, la posible convivencia de grados de diferente duración, la renovación de nuestros recursos humanos, la investigación y el modelo de financiación deben contribuir a la cohesión de la universidad pública en Andalucía. Si la iniciativa —dije en el citado discurso y reitero en este artículo— no partiese de la Junta, deberíamos ser las universidades quienes promovamos la continuidad de los valores que hasta ahora nos han presidido, en beneficio de los andaluces.

En esta misma línea de fortalecimiento del sistema, los rectores hemos solicitado al Gobierno de la Comunidad una activa participación de las universidades andaluzas en el nuevo Plan de Investigación, Desarrollo e Innovación de Andalucía (Paidi).

El sistema de ciencia y tecnología de Andalucía no puede seguir sin un Plan de apoyo a la I+D+I. El nuevo Paidi debe regirse por los paradigmas actuales de la investigación e innovación: competitividad, excelencia e internacionalización. Y, como consecuencia de ello, contar con líneas de financiación específicas para los campus de excelencia.

Hemos insistido en que el nuevo Paidi contenga un compromiso claro del sistema andaluz de ciencia y tecnología con el entorno económico, social y cultural. Se trata de reforzar las conexiones con el tejido productivo de la Comunidad, contribuyendo a su proyección internacional y al fomento de la innovación.

Al mismo tiempo, habría que realizar un intenso esfuerzo integrador de todos los saberes para que el nuevo Plan Andaluz de Investigación conectase con el Horizonte 2020, que es el programa europeo de financiación de I+D+I para los próximos seis años. Los casi 80.000 millones de euros que se ponen en liza en Europa serán la principal fuente de financiación de la investigación, ahora que los gobiernos han disminuido sus programas.

Conectado con el H2020 está la Estrategia de Innovación RIS3 para la especialización inteligente de todas las regiones europeas. En España muchas veces hemos utilizado los fondos europeos para “necesidades urgentes” independientemente de los objetivos reales de los fondos. Lo que le pedimos al gobierno de Andalucía es que aborde la RIS3 como un auténtico plan estratégico de investigación especializada.

Para lograr estos objetivos es imprescindible que reforcemos el tejido investigador, mediante una política de recursos humanos coherente con las aspiraciones de desarrollo e innovación de Andalucía. Una política que contemple la captación de talento y la formación de excelencia en el sistema andaluz. Una política que retire los obstáculos que impiden actualmente la renovación de las plantillas en las universidades. Una política que aborde la estabilización del talento captado a través de los programas Ramón y Cajal o Juan de la Cierva, y en general del personal de excelencia formado en las universidades.

Hemos recibido promesas en este sentido y lo agradecemos. Pero, evidentemente, estas promesas hay que materializarlas en el más corto plazo de tiempo posible. 

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