LA TRIBUNA DE OCTUBRE

No se puede hacer más con menos dinero

José Ángel Narváez, rector de la Universidad de Málaga.

José Ángel Narváez, rector de la Universidad de Málaga.

La Universidad de Málaga, como todas las instituciones públicas de educación superior de Andalucía y España, tiene un objetivo fijo y claro en la difusión de la cultura y el conocimiento. Son sus formas más visibles de cara a la sociedad a la que se debe. A tal fin, y apoyados en la calidad del profesorado, así como en el personal de administración y servicios, técnicos y profesionales que prueban día a día su entrega para que nuestra comunidad universitaria esté altamente reconocida, hemos iniciado el presente curso académico 2016/2017 con la esperanza puesta en ir desarrollando una mejor educación superior. Formar profesionales capacitados, que al mismo tiempo sean ciudadanos comprometidos con su sociedad y con la libertad, es nuestra mayor preocupación.

Tenemos otra tarea asignada y en la que creo firmemente. La Universidad debe ser una herramienta útil para transformar la sociedad, para buscar respuestas a las grandes interrogantes del mundo actual, para aportar soluciones a los problemas de la comunidad donde está insertada, para generar y transmitir conocimiento. Son cosas sabidas, repetidas, pero que no es baladí recordar justamente cuando se comienza un nuevo curso. Y en medio de un ecología del desasosiego general en el que vivimos en nuestro país, y aun en el mundo, que está instalado en la incertidumbre. En nuestro entorno hay que destacar el acceso a los estudios superiores por parte de los estudiantes, que culminan su educación básica y media. La ruptura de la igualdad en el acceso por méritos, competencias y capacidad se ha roto. Las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Educación no han llegado aún a un consenso que garantice la libre movilidad de los estudiantes entre las universidades públicas de nuestro país. Ante esto, vamos a garantizar el compromiso de las Universidades Públicas andaluzas por mantener para el próximo curso una prueba de acceso común para nuestra Comunidad. Vamos a garantizar así los derechos fundamentales de nuestros futuros estudiantes. Y esto lo puedo decir aquí apoyado en la colaboración de la Consejería de Economía e Innovación, desde donde estoy seguro tendremos la colaboración, para que a todos los alumnos andaluces se le pueda garantizar el ingreso en igualdad de condiciones al Sistema Universitario Público de España.

Recordaba yo en el discurso de la inauguración del curso académico, hace pocas semanas, que la ni Universidad ni la investigación aparecen en el debate político actual, tan preocupado por otras causas de la supervivencia diaria. Y citaba a George Steiner, quien nos dejó escrito que lo que no se nombra no existe. Al hilo de esa reflexión siempre digo que invertir en educación e investigación es invertir en futuro. Actualmente en España tal inversión no se aproxima a la media europea. Y subrayo que en algunos países de nuestro entorno se han incrementado tales inversiones aun en medio de la crisis. Claro, que no es solamente poner dinero, invertir. Es también una cuestión de proyectos y estrategias, de entender y diseñar qué modelos de universidades públicas necesita nuestro país. Por tanto, creo firmemente en que es la hora de realizar un gran pacto por la educación en general, por la universitaria y por la investigación, para que podamos diseñar y fortalecer un sistema que sea de verdadera utilidad para el futuro de nuestra sociedad. Eso es impostergable.

Es falso que las sociedades más prósperas tengan mejor educación, al contrario, son las sociedades más y mejor educadas las que son más prósperas. Por eso, la formación universitaria es fundamental para afrontar los retos del futuro, sólo la mejora de la educación de los jóvenes nos ayudará a salir adelante para hacer una sociedad más sostenible, más democrática, más justa, más solidaria y más fuerte. Pero dado el panorama deficitario de la financiación Autonómica a las Universidades andaluzas hay que decir que no se puede hacer más con menos dinero. Por eso, al hilo de nuestras posiciones en diversos rankings mundiales, creo que es injusto que se mida a las universidades andaluzas en función de baremos varios sin tener en cuenta su financiación e ingresos, a todas luces precarios e insuficientes. Nuestro objetivo es que con los aportes financieros adecuados seamos una mejor universidad y, en consecuencia, que tales mejores resultados se vean reflejados en tales clasificaciones.

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