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Patrimonio

Casa Palacio del Pumarejo: un BIC marcado por los desperfectos

  • Un informe recomienda mejorar la cimentación de los muros, sustituir los forjados y resolver las humedades que afectan a la cubierta y la fachada.

La Casa Palacio del Pumarejo necesita una rehabilitación integral que los vecinos llevan años demandando. Lo corrobora un estudio encargado por la Gerencia de Urbanismo sobre el estado actual de las estructuras, cimentación y subsuelo de este inmueble del siglo XVIII. Mejorar la cimentación de los muros, sustituir los forjados, repasar los apuntalamientos o resolver las humedades son algunas de las recomendaciones.

El trabajo realizado por expertos en el edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) hace 14 años ha servido para advertir que los muros están en buen estado salvo casos puntuales en los que se propone una mejora de la cimentación. En el documento se aconseja la sustitución parcial o total de los forjados debido a los problemas que genera su composición de madera o metal, y la realización de un repaso generalizado del sistema de apuntalamiento existente desde hace varios años en esta casa palacio. Sobre el saneamiento precisa la necesidad de llevar a cabo un desatasco o la sustitución de algún tramo.

Durante los cinco meses que ha durado la elaboración del estudio (la inversión llegó a los 30.000 euros) se ha recogido también que es necesario sustituir o rehabilitar los distintos elementos de madera repartidos por el inmueble que se encuentran en mal estado, se deben resolver las humedades por filtración que afectan a la cubierta, la fachada y las carpinterías exteriores, y se propone la rehabilitación o sustitución de los elementos metálicos (especialmente los entrevigados) que puedan estar deteriorados. Sobre la cimentación, los técnicos entienden que ha cumplido en buena medida con su cometido. Un estudio geotécnico realizado por la Gerencia para analizar las características del subsuelo arroja como resultado que, pese a que el suelo es muy heterogéneo, la cimentación del edificio ha tenido un buen comportamiento a lo largo de su historia, de modo que no sería necesario un recalce de esta cimentación si no se aumenta el peso de los elementos constructivos.

Una imagen del interior Una imagen del interior

Una imagen del interior

Este estudio, que cumple los acuerdos con Participa Sevilla e Izquierda Unida, servirá de base tanto para el proyecto de medidas inmediatas redactado por Urbanismo que actualmente se encuentra en contratación para su licitación inminente con un presupuesto de ejecución de 85.000 euros como para la redacción de la rehabilitación de este histórico edificio.

El Ayuntamiento es dueño del inmueble desde 2009, pero ha incumplido hasta ahora su deber de conservación de este monumento y ha clausurado la mayor parte de sus viviendas y estancias. Ese mismo año redactó un proyecto de rehabilitación integral, que fue aprobado incluso por la comisión de Cultura de la Junta de Andalucía. Eran necesarios 5,6 millones para los trabajos, aunque las obras nunca llegaron a hacerse.

Durante la espera, las afecciones se han agravado. En vista de que la rehabilitación integral no llegaba, los vecinos promovieron a través de los presupuestos participativos una serie de obras menores para mejorar la habitabilidad de los residentes. Entre las actuaciones de urgencia que había que acometer estaba la impermeabilización de las cubiertas, la instalación de un sistema provisional de agua (hay muchas fugas denunciadas incluso por Emasesa) y una nueva instalación eléctrica. En 2012 el Consistorio se pone manos a la obra y realiza algunas actuaciones, como la impermeabilización de la cubierta. En ese momento, los técnicos analizan el estado del inmueble y clausuran varias zonas, invitando a los vecinos a marcharse ante la falta de seguridad.

El edificio acoge un activo colectivo de movimientos vecinales, sociales, culturales y de pensamiento que se financia con la autogestión: crearon la moneda social puma (equivale a 1 euro) que funciona en todo el casco norte y lo que se recauda en sus talleres, mercados y fiestas tradicionales se reinvierte en financiar las actividades e instalaciones del edificio. No recibe subvenciones ni ayudas públicas. Este colectivo ciudadano reclama al Ayuntamiento que no sólo proteja la arquitectura de este singular edificio, sino sus usos y singularidades, como recoge el decreto por el que fue nombrado Bien de Interés Cultural. La repercusión de esta casa palacio llegó hasta la Comisión Europea, que colgó en su web oficial un vídeo de 15 minutos del emprendimiento social que acoge el inmueble, e investigadores de Australia, Francia, Italia, Alemania y Portugal se han interesado en estudiarla y en vincularse a ella como ejemplo de cohesión social que no se ve en el mundo desarrollado. Además, el edificio aparece en una decena de tesis y trabajos universitarios nacionales.

Los arquitectos Ventura Galera y José Ignacio González dirigieron hace un par de años la recuperación de este monumento tras recaudar 20.000 euros por la vía del crowdfunding. El patio principal se ha adecentado con el asesoramiento del museo de la cal viva de Morón para no alterar su protección. Sin embargo, la recuperación por parte de los vecinos ha frenado su deterioro en una mínima parte, ya que la casa tiene 3.000 metros cuadrados.

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