plaza nueva

"Uruñuela era un poco Rajoy, no se inmutaba mucho"

  • Vicente Cuesta Sanz. Estuvo en el gobierno municipal con Luis Uruñuela y en la oposición con Alejandro Rojas-Marcos. De la promoción más mediática, fue expedientado en el mítico 68 y acabó la carrera de Arquitectura en Madrid

Vicente Sanz, en la terraza del bar Europa.

Vicente Sanz, en la terraza del bar Europa. / belén vargas

De los cuatro arquitectos, uno por partido, que entraron en el Ayuntamiento de 1979, a Vicente Sanz (Sevilla, 1943) le tocaron los Bomberos.

-¿Dejó la política?

-Me he jubilado de la política, de la arquitectura y de casi todo.

-¿También del andalucismo?

-Me queda un andalucismo ingenuo que me lleva a conseguir un vino excelente de Ronda que hace un bodeguero alemán.

-¿Le ha sorprendido la espantá de Ortiz Nuevo en la Bienal?

-Le habrán apretado las clavijas y él aguanta poco.

-A sus compañeros de oficio Pérez Escolano y Queraltó les dieron Urbanismo y Obras Públicas. ¿Bomberos era poca cosa?

-No niego que me hubiera encantado hacerme cargo de Urbanismo, pero los pactos son los pactos.

"A los bomberos les cogí mucho cariño. Son una gente muy exagerada y emotiva por su profesión"

-Alguna vez ha dicho que Cerdá, el que diseñó Barcelona, habló de Urbanismo por primera vez...

-Pero no era lo que hoy se entiendo por Urbanismo, que es una lotería del suelo. Las ciudades eran más pequeñas y se trataba de embellecerlas y organizarlas.

-¿Qué tal con los bomberos?

-Les cogí mucho cariño. Son gente muy exagerada y muy emotiva por su profesión. Me tocó una huelga de bomberos que se arregló en un día. Sus medios eran arcaicos, pero sus condiciones muy buenas. Trabajaban un día sí y dos no, 24 horas. Quisimos quitárselas y no hubo manera. Mi otra relación con ellos es que Guillermo Gutiérrez me encargó como arquitecto un parque de Bomberos.

-Uruñuela se empaparía de arquitectura con tanto arquitecto.

-Lo pasó fatal. Lo que pasa es que es un poco Rajoy, no se inmutaba mucho, pero lo pasó francamente mal. Entre Rodríguez Almodóvar y los arquitectos... y Pepe Villa con su control de natalidad.

-¿Qué balance hace?

-Fue una suerte haberlo vivido. Pedí excedencia en el Colegio de Arquitectos. En el Ayuntamiento cobraba la mitad. Víctor (Pérez Escolano) se quejaba mucho de lo que estaba perdiendo. Yo no me quejaba, me quejo ahora. Yo había sacado las oposiciones a secretario técnico del Colegio el mismo día del golpe de Pinochet.

-¿Por qué volvió en 1990?

-Entré por Antonio Ortega, que se fue a la Junta. En esa oposición había gente brillante, que trabajaba. Ahora sólo se ve al alcalde, que es como un jefe de gobierno. Los concejales tienen poco peso, parece que los eligen por sorteo.

-¿Último trabajo de arquitecto?

-Treinta viviendas en Vejer de la Frontera, donde mi padre estuvo destinado de guardia civil.

-¿Vivió en un cuartel?

-No, porque mi padre se dedicaba a labores de contraespionaje y de servicio secreto. Cuando nací, tenía relaciones con los alemanes.

-Es de la promoción de los Monchi y Vázquez Consuegra...

-Cuando nos expedientaron a Aurelio del Pozo, José Ramón Sierra y a mí y nos tuvimos que ir a Madrid, Antonio Cruz y Antonio Ortiz vinieron con nosotros y la Escuela de Madrid era mejor que la de Sevilla. Fuimos a un colegio mayor fantástico por el que pasaron Santos Juliá, que ya había colgado los hábitos, y Pepe Bono.

-¿Había arquitectos-estrella?

-Cruz y Ortiz no son arquitectos-estrella, o lo son a pesar de ellos. Guillermo sí es un farolero. Yo me he hartado de trabajar en los pueblos y lo que les envidio a los Monchi es que han tenido la opción de seleccionar su trabajo.

-¿Quién le hizo andalucista?

-Juan Carlos Aguilar, al que propuse como asesor jurídico del Colegio y llevó mi defensa ante el Supremo. Me llamó Clavero, que era rector, y me ofreció volver de profesor a la Escuela de Arquitectura. Mi suerte fue que la mili pude hacerla en Madrid en 1969 y terminar la carrera. La hice en la División Acorazada Brunete. Vi un par de veces a Milans del Bosch.

"Ahora sólo se ve al alcalde, es como un jefe de Gobierno. A los concejales parece que los eligen por sorteo"

-¿Profesores que le marcan?

-Por genio, Sainz de Oiza. Por trabajador, Javier Lahuerta, que era del Opus y daba Estructuras.

-¿Arquitectos en familia?

-Sólo la chica, Mercedes. Es arquitecta y las está pasando canutas. Vicente lleva casi veinte años en Berkeley, allí trabaja su mujer americana. Fernando hizo Farmacia pero no ejerce. Hizo un máster en Estados Unidos y allí conoció a su mujer, alemana. Me han regalado cuatro nietos maravillosos.

-¿A Cataluña ha ido por placer o por trabajo?

-Por las dos cosas. Se le puede aplicar la leyenda de Machado sobre Sevilla. Barcelona sin catalanes es una maravilla de ciudad. Los catalanes son inasequibles al desaliento y en el 96 organizaron un congreso de la UIA (Unión Internacional de Arquitectos). He ido a dos congresos, uno en Barcelona y otro en El Cairo.

-¿Ahora es dueño del tiempo?

-Tengo una serenidad que no he tenido en mi vida. He sido siempre muy nervioso y muy agresivo, y soy una balsa de aceite.

Aquellos tiempos...

"Uruñuela era un poco Rajoy, no se inmutaba mucho" "Uruñuela era un poco Rajoy, no se inmutaba mucho"

"Uruñuela era un poco Rajoy, no se inmutaba mucho"

Bastidores. Vicente Sanz, detrás a la izquierda, durante la muestra sobre la Encarnación que inauguraron el anterior alcalde, Sánchez Monteseirín, y el anterior decano, Ángel Díaz del Río.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios