Sus dos hermanos mayores fueron a Madrid a ver la final de Copa que ganó el Betis hace cuarenta años al Athletic. Diez años después, Pablo Ollero (Sevilla, 1963) llegó al Ayuntamiento para vivir la caída del muro de Torneo como metáfora del de Berlín.

-Su hermano fue presidente del Betis. Sus primos, uno senador y catedrático, otro capataz de costaleros. ¿Ser concejal es poca cosa en la familia?

-Ser concejal es una cosa muy importante, puedes participar en mejorar la ciudad. El referente más importante en política de mi familia es mi tío Carlos, hermano de mi padre. Fue senador por designación real, el único que le ganó a Fraga unas oposiciones.

-¿Quién le llama para ir en la lista electoral?

-Debió ser Sebastián Chaves o Julián Álvarez. Me llamarían porque estaba en el Cadus con la reforma de los estatutos de la Universidad. Coincidí con Luis Pizarro, que entró el mismo año.

-La cosecha de Alberto Jiménez-Becerril o Jaime Bretón...

-Ellos eran gente de partido y Luis y yo veníamos de la calle. Los partidos son organizaciones muy cerradas que desconfían de la gente que viene de fuera.

-¿No encajó en la política o fue al revés?

-Eso es como echarle la culpa al novio o a la novia. Puede que tuviera poca cintura.

-Vivió el regreso del PA al Ayuntamiento...

-Alejandro reaparece en Torreblanca, donde fue concejal en la época de Franco. La del 87 fue una campaña espectacular. Ya no se hacen campañas así, creo que sólo las hizo él. Esa forma de hacer la política sí me gustaba.

-En mitad del mandato, cae el muro de Berlín...

-Y Sevilla estaba preparando la Expo. El Plan de 1987 fue un plan importantísimo, mucho más importante que el de ahora. El de entonces produjo una transformación notable de la ciudad; el de ahora todavía no lo hemos notado. Se acabó con el viario del ferrocarril en la ciudad, que era una frontera. Queda sólo el que separa el Polígono Sur del resto del sector Sur: Bami, Palmera, Reina Mercedes.

-Una frontera social.

-Bami tiene una infraestructura enorme, con el García Morato, Corea como se le decía. Y al otro lado está la Sevilla real. Las dos son Sevilla, la gente se cree que esa Sevilla marginal es más pequeña de lo que realmente es.

-¿Le dio rabia vivir la oposición del 87 y no disfrutar el gobierno del 91?

-Ni Alejandro ni el PA volvieron a contar conmigo.

-El Betis del 77 ganó la Copa, jugó la Recopa y bajó a Segunda en 1978. ¿El PA de Alejandro también convivió con esas travesías del desierto?

-Más bien lo veo al revés: el cainismo interno del PA se está introduciendo en el Betis.

-Se especializó en Derecho Urbanístico...

-Urbanismo ahora hay poco, lo que hay es disciplina urbanística. Estoy con los Cuéllar, Miguel y Adolfo, en el Sevilla 1-Betis 2, como le llamamos.

-Coincidió con Adolfo Cuéllar padre en el Ayuntamiento de 1987...

-No se ha vuelto a ver una Corporación con personalidades tan potentes. Manuel del Valle, al que ven como poquita cosa, pero es un tipo con mucho fuste, Paco Moreno, Soledad Becerril, Alejandro, Adolfo Cuéllar.

-Parece lo del anuncio: Busque, compare...

-Curiosamente, Cuéllar y Del Valle son dos tipos muy sevillanos, con la retranca y la inteligencia del sevillano serio. Nos hemos creído la imagen que han hecho del sevillano.

-¿En el Betis milita o simpatiza?

-Este año, si hay sitio, igual consigo un abono para el Gol Sur. Soy accionista. Compré una acción estando en el paro, diez mil pesetas en el año 91 no eran moco de pavo. Soy miembro de la peña Fantaguzzi, que nos reunimos en el Rinconcillo. Luis Bolaños, exportador de naranjas, es el presidente vitalicio y nuestras respectivas son de familias muy sevillistas. La fundamos el mismo día que el Sevilla jugó la primera final de la Uefa. Había que hacer algo o nos echaban de la ciudad.

-¿Un recuerdo de aquella final del 25 de junio de 1977?

-La de Iríbar y Esnaola en el desenlace final. La gente no se da cuenta de cómo hemos cambiado los españoles.

-¿Sigue siendo andalucista?

-Es que el andalucismo yo no tengo muy claro qué es lo que es. Parece que para ser andalucista hay que ser de ultraizquierda.