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Empresa suministradora de sillas

Juan José Quidiello: Dieciséis mil sillas para los abonados

  • Desde hace ochenta años esta empresa trianera es una de las suministradoras de sillas para la Carrera Oficial.

Quidiello se dedica a surtir de sillas a la Carrera Oficial desde hace más de ochenta años. Acaban de cumplir un siglo de vida y Juan José es la tercera generación de la familia que está al frente de la empresa. Vive en la trianera calle San Jacinto, tiene 45 años, está casado y tiene tres hijas. Este año serán unas dieciséis mil sillas las que saldrán del almacén para que los abonados puedan ver cómodamente los desfiles procesionales. El germen lo puso su abuelo en un caserón de la calle Castilla, dónde, entre otras cosas, “se dedicaba a fabricar sillas para alquilarlas”. Si antiguamente la mayoría de las sillas que se alquilaban eran de enea     -prácticamente sólo quedan ya en los palcos- en la actualidad se han sustituido por las de tijera completamente de madera, “más del 85 por ciento de las sillas son de tijera, la enea se está perdiendo, aunque es una silla preciosa, pero es bastante más cara para transportar e incómoda de guardar”, indica.

El suministro se empieza a hacer el Miércoles de Pasión hasta la víspera del Domingo de Ramos, “que es cuando me puedo quedar tranquilo y relajado al terminar el trabajo”. Está muy orgulloso de que en la empresa, “que es pequeña y meramente familiar”, trabajen los hijos o sobrinos de operarios que estuvieron antiguamente, “lo que hace que prácticamente seamos familia de toda la vida”. A partir de ese día Juan José se dispone a ver las cofradías con sus tres hijas, con las que sale de nazareno en la O. No suele repetir los escenarios para ver las procesiones, aunque reconoce que de un tiempo a esta parte está volviendo a los sitios a los que iba antiguamente “para enseñarle esa misma Semana Santa a mi familia, como por ejemplo la Plaza de la Alianza, escenario ideal para ver San Bernardo”. Después de pasar la semana relajado y con la satisfacción del deber cumplido, le queda “recogía”. Se ponen manos a la obra nada más que pasa la Soledad por la Campana y hasta el año que viene cuando estas sillas vuelvan a salir del almacén para contemplar, una año más como en los últimos 100, la Pasión según Sevilla.

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