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SANIDAD

Una vacuna para el debate

  • Los expertos discrepan sobre la eficacia y oportunidad de inmunizar a la población adolescente para prevenir el cáncer de cuello de útero. Andalucía ha iniciado ya la vacunación, cuyo coste inicial supera los 12 millones

Una vacuna que erradique el cáncer de cuello de útero bien merece un monumento. Ya lo tiene. Está en los Jardines del Turia de Valencia y su construcción formó parte de una campaña (www.formapartedelahistoria.com) desarrollada hace unos meses por seis sociedades científicas españolas a favor de dicha vacuna. De hecho, en el cáncer de cuello de útero ha pasado de ser un tumor poco conocido a ser tema de conversación en las tertulias de madres de adolescentes. A la mayoría de las familias les basta con saber que hay un remedio que puede prevenir una enfermedad que mata a dos mujeres al día en España. El hecho de que esté financiado por la Junta de Andalucía es una razón más para creer en su bondad.

La medida ha levantado expectación entre el sector femenino y los ginecólogos están recibiendo en las últimas semanas muchas consultas de mujeres mayores de 14 años que preguntan sobre la oportunidad de inmunizarse. La vacuna es más eficaz aplicada en la adolescencia, antes de iniciar las relaciones sexuales. Por este matiz se ha incorporado esta vacuna de manera gratuita en el calendario pediátrico. En las mujeres de más edad, que no estén infectadas previamente por el virus, la eficacia baja considerablemente, según confirman los propios especialistas de la Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia (SAGO). Uno de ellos, Fermín Criado, matiza que la edad es algo secundario, pues lo importante es que la mujer no esté infectada, y coincide en la necesidad de acudir al ginecólogo para recibir consejo. Unos 450 euros y la recomendación médica es suficiente para acceder a esta nueva inmunización. De hecho, una mayoría de ginecólogos aconsejan la inyección.

Pero voces críticas recuerdan hay cuestiones sin resolver acerca de cuánto dura su protección, si será necesaria una dosis de recuerdo o, lo que es más importante, cómo afectará a la inmunidad natural del organismo. “Hasta dentro de 30 años no tendremos respuesta”, advierte el profesor José María Bedoya, catedrático de Ginecología de la Universidad de Sevilla. La mayor incidencia de este cáncer está entre los 40 y 50 años; si al vacuna se aplica a niñas que tienen 10 y 14 es necesario esperar un mínimo de 25 para ver los efectos.

Hace meses que un grupo de especialistas en salud pública, capitaneados por Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de la Universidad de Alicante, firmaron una declaración para exigir una moratoria en la aplicación de dicha vacuna. Más de 6.500 personas se han adherido al manifiesto (www.caps.pangea.org/declaracion/), entre ellas, numerosos profesionales andaluces vinculados a la Administración sanitaria autonómica y organismos dependientes de ella. En resumen, no están en contra, sus argumentos apuntan que no hay motivos para correr y apuestan por un debate reposado. ¿Cuánta evidencia se necesita para considerar que se puede vacunar a la población sin problema? Quienes critican la premura de la vacunación advierten que los ensayos clínicos sólo llevan 4 ó 5 años de seguimiento. “Y no existe una situación de epidemia de cáncer de cuello uterino en España”, reitera Leonor Taboada, directora de la revista Mujeres y Salud editada por el Centro de Análisis de Programas Sanitarios, uno de los promotores del manifiesto.

Según los expertos, la evolución de la enfermedad es lenta y se tardará en conocer la eficacia de la vacuna que, por otro lado, no es efectiva contra todos los serotipos cancerígenos y, sobre todo, hay otros métodos, como los programas de cribado, que son válidos, que no deben abandonarse y que evitarían el alto coste de la medida. Según la declaración, cuando se empiecen a prevenir los primeros casos de cáncer de cuello uterino en España, dentro de 30 años, el Sistema Nacional de Salud se habrá gastado unos 4.000 millones de euros; prevenir una sola muerte por cáncer de cérvix habrá costado alrededor de ocho millones de euros, sin ahorrar nada del actual sistema de detección precoz mediante citología, que sigue siendo recomendado incluso aún estando vacunada. En Andalucía se diagnostican al año unos 300 casos de cáncer de útero y en España la cifra asciende a 2.000, una de las más bajas de Europa. Otra situación es la de los países menos desarrollados, por eso organizaciones como la de Bill y Melinda Gates están centrando sus esfuerzos en que la terapia esté disponible a bajo precio en los países de África y Latinoamérica, con una incidencia mayor.

La principal crítica tiene que ver con el coste económico de la vacunación. Los detractores consideran que detrás de esta iniciativa hay una campaña publicitaria orquestada por la industria farmacéutica. La Junta invertirá algo más de 12 millones de euros para administrar a 45.500 niñas andaluzas de 14 años la primera dosis de la vacuna, luego son necesarias otras dos a los tres y seis meses. “En el momento que se consigue que una comunidad haga público que va a financiar la vacunación es muy difícil que se produzca un debate pausado y racional. ¿Qué comunidad resistirá ante tantas presiones diciendo ‘yo me espero’?”, plantea Taboada. La primera comunidad en sumarse a la medida fue La Rioja , con una población adolescente muy reducida. La campaña de vacunación avanza y el debate tampoco se detiene.

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