No por esperada dejó de ser dolorosa la decisión de no salir en la Hermandad de San Bernardo. Fue una resolución "dura pero fácil de tomar por la seguridad de las previsiones", según explicó el hermano mayor Antonio Rodríguez Hidalgo. Cuando la junta de gobierno se reunió en cabildo extraordinario a las 13:15, todas las personas que se encontraban en el interior de la parroquia de San Bernardo ya tenían hecho el cuerpo a que este año el Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio se quedarían en casa. Esa percepción fue ratificada tras la vuelta a su templo de la vecina hermandad de la Sed tras su frustrada salida. En el altar mayor muchas personas no podían ocultar sus lágrimas incluso antes de dar oficialidad al asunto. Alfonso Moya, acólito del paso de Cristo, lloraba desconsolado sobre la mesa de altar. Una joven nazarena, Inés, que este año hubiera realizado su quinta salida, permanecía totalmente abatida ante las puertas por la que instantes más tarde saldría el hermano mayor a confirmar los peores presagios: "Nos han dado unas probabilidades de lluvia de más del 80%, es una decisión muy dolorosa, pero se impone la prudencia y la cordura. El cabildo, atendiendo las indicaciones de Meteorología, ha decidido no efectuar la estación de penitencia este año".

Tras esta decisión, más lágrimas. Inés lloraba aún más desconsolada, Alfonso se lamentaba por quedarse en casa como hace tres años... Se rezaron cinco Padres Nuestros, Aves Marías y Glorias y dos saetas pusieron el punto final a la frustrada estación de penitencia del 2008. Una vez rezadas las preces, los hermanos y devotos de San Bernardo se desquitaron tomando un refrigerio en la casa de hermandad de la corporación.