Juicio de la "perrera de los horrores"

Los peritos creen que animales exterminados habrían sufrido si hubo mala práctica

  • "Un padecimiento extremo, asfixia y parálisis muscular y respiratoria", es el resultado cuando la aplicación no cumple la cantidad recomendada

Sala del juicio

Sala del juicio / J. Albiñana (Málaga)

Los peritos de la acusación del caso del supuesto "exterminio" de más de 2.000 animales en la protectora Parque Animal de Torremolinos han afirmado que los perros y gatos habrían sufrido dolor en caso de que no se hiciera la correcta aplicación de las dosis de Dolethal, usada para la eutanasia.

"Un padecimiento extremo, asfixia y parálisis muscular y respiratoria" es el resultado de una mala práctica cuando la aplicación no cumple la cantidad recomendada para ser eutanásica ni se realiza la inyección por vía intravenosa, según ha destacado hoy uno de los peritos durante la tercera sesión del juicio.

Esa tesis ha sido compartida por el resto de peritos de la acusación, que han coincidido en que en ningún caso debería inyectarse la sustancia por vía muscular, que a la vía cardiaca solo debe recurrirse cuando sea necesario y que en cualquiera de los supuestos la aplicación debería realizarla un veterinario.

Tanto los que han realizado el peritaje por parte de la acusación como por la defensa han asegurado este jueves, en la tercera sesión de la vista oral, que los efectos que pueda tener la vía intramuscular son "impredecibles".

El perito de la defensa ha enfatizado que en el supuesto de que se aplique una dosis menor a la recomendada, el efecto es anestésico; aunque después ha reconocido que puede inyectarse una cantidad menor a la aconsejada y tener una consecuencia letal.

Por su parte, los peritos agentes de la Guardia Civil del departamento de Química han afirmado que de los 14 cadáveres de animales de los que se han analizado muestras de sangre e hígados, 13 dieron positivo en Dolethal, mientras que en uno de ellos se percibía la sustancia, pero en cantidad menor.

La presidenta de la protectora, cuyo nombre corresponde a las iniciales C.M., acusada en esta causa, que se enfrenta a cuatro años de cárcel por delito continuado de maltrato animal e intrusismo profesional y delito continuado de falsedad en documento oficial, ha sido increpada al salir de los juzgados.

Junto a ella también se sienta en el banquillo un trabajador de la protectora como supuesto cooperador necesario, que ayer negó los hechos al igual que la presidenta.

La causa se retomará el próximo 9 de diciembre con la declaración de más peritos de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, lo que dará paso a las conclusiones.

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