MARÍA JOSÉ DEL JESUS

Algoritmos genéticos dilucidan el rumbo de la bolsa

  • La ingeniera de la Universidad de Jaén ha dirigido ocho proyectos y captado más de 700.000 euros en proyectos que desarrollan algoritmos que imitan la genética o las neuronas para resolver problemas complejos · Reclama atención a la pérdida de alumnas en las ingenierías.

María José del Jesus, ingeniera de la Universidad de Jaén y vicerrectora de TIC e Infraestructuras.

La profesora de la Universidad de Jaén María José del Jesus ha liderado ocho proyectos de investigación con los que ha captado más de 700.000 euros en un área tan masculinizada como la computación y en un segmento tan emergente como el big data o explotación masiva de datos. El último, para el que el Ministerio de Economía y Competitividad le ha aprobado un presupuesto de 125.000 euros hace apenas unas semanas, plantea explorar modelos de ciencias de datos para resolver problemas complejos en asuntos tan dispares como las energías renovables, la gestión empresarial, la medicina o la biotecnología.

Su trabajo científico consiste en esencia en desarrollar algoritmos para manejar cantidades ingentes de datos de modo que pueda extraer información hasta hace poco impensable. Recurre, por ejemplo, a algoritmos genéticos, inspirados en la evolución biológica, neuronales, porque imitan el comportamiento del cerebro humano, o basados en la lógica difusa para desarrollar aplicaciones prácticas para resolver problemas reales en ámbitos tan diversos como la medicina, línea de investigación que desarrolla junto a hospitales, en el área de la biotecnología, campo en el que trabaja con grupos británicos, o en el mercado bursátil o financiero.

La investigadora más citada de la Universidad de Jaén es profesora titular acreditada a catedrática, vicerrectora de TIC e Infraestructuras y dirige el grupo Sistemas Inteligentes y Minería de Datos, compuesto por diez personas. Ha dirigido ocho tesis y mantiene colaboraciones científicas con las universidades de Dormund (Alemania), y Leicester, Montfort y Bolton (Reino Unido). Su currículum incluye más de un centenar de artículos científicos, de los que la mitad han sido publicados en las principales revistas indexadas de su área científica. Uno de ellos recibió una distinción precisamente por su alto índice de citas y otros dos han recibido reconocimientos en su área científica.

Afirma que las trabas de género nunca las ha sufrido ni observado en su área científica. “He sido afortunada. Nunca me he encontrado ningún obstáculo que me hiciera un poco más difícil seguir o promocionarme. Estoy en un ámbito privilegiado”, afirma, a pesar de que aún ahora forma parte de esa minoría de mujeres con presencia en el área de conocimiento de las ingenierías. Cuando llegó a su departamento había tres mujeres. “En mi convocatoria entramos tres más”. Todavía hoy de un total de 50 profesores, únicamente ocho son mujeres.

Un poco después de la entrevista telefónica aportó un episodio significativo. Recordaba una entrevista motivada por el Día de la Mujer para divulgar el trabajo de varias investigadoras. Sin embargo, después únicamente se publicaron las referencias a la discriminación y no las relativas a la actividad universitaria y científica. “Por primera vez y afortunadamente la única me sentí discriminada al ver que en páginas anteriores a compañeros de mi universidad les hacían entrevistas en las que se interesaban por su trabajo”. “Estoy convencida de que el día en que hagamos a las mujeres las mismas preguntas que al resto de trabajadores será una muestra inequívoca de que hemos superado el problema”.

Por otra parte, se muestra preocupada por la subrepresentación actual de las mujeres en el campo de las ingenierías y especialmente las expectativas de futuro porque observa que el número de alumnas cae inexplicablemente en las carreras técnicas. “No sé cuál es la razón, pero ahora hay aún menos chicas que estudian ingenierías. Tenemos que reflexionar, ver qué ocurre y hacer mejor labor de divulgación porque este es un trabajo con todos los elementos para que sea atractivo”, recalca.

Aunque advierte que el fenómeno no es nuevo y se produce también en otros países, le preocupa este retroceso en un escenario general de retraimiento del número de matrículas en ingenierías. “Los motivos son complejos pero todo parece indicar que es necesario realizar campañas de acercamiento de los chicos y chicas a la realidad de la ingeniería, insistiendo especialmente en su proyección social. Hay que hacer pedagogía para que se visualice que lo se hace en ingeniería ayuda a mejorar, revierte en la sociedad y en el individuo. Es conveniente extender esta información a los padres, madres y personal docente de niveles formativos previos” por su influencia en las decisiones que toman los alumnos al elegir opciones universitarias. 

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