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El Imibic, refugio de la ciencia

  • Con una inversión cercana a los 12 millones de euros, el Imibic de Córdoba reúne a 31 grupos de investigación que alertan del perjuicio que acarrearán los recortes a la hora de contratar a jóvenes científicos.

Que la investigación pasa por uno de sus peores momentos a cuenta de los recortes es una evidencia palpable. Sin embargo, en el Instituto de Investigación Biomédica de Córdoba (Imibic) Maimónides los efectos de estos ajustes presupuestarios -tal y como defiende el Gobierno central- no es que pasen desapercibidos, que también, pero la actividad de los investigadores continúa. El centro, ubicado en la parte posterior del Hospital Reina Sofía, se ha convertido en el epicentro de la investigación científica y poco a poco ha comenzado a dar conocer todo lo que se cuece en él. Sin duda, una medida para poder visibilizar el mundo de la ciencia que se hace en Córdoba y sus logros que, en demasiadas ocasiones, no se exterioriza y se constriñe a su propio sector.

En el Imibic se dan cita 31 grupos que se centran en cinco programas de trabajo; todo ellos advierten del peligro de los recortes a la hora de poder contratar a personal cualificado para llevar a cabo sus proyectos. Uno de estos programas es el de envejecimiento y fragilidad, que se basa en el conocimiento de las bases moleculares y patogénicas del proceso de envejecimiento, su relación con la calidad de vida y la búsqueda de nuevas estrategias para el cuidado de los pacientes. El segundo programa de trabajo estudia las enfermedades endocrinas y metabólicas, mientras que el tercero se centra en las enfermedades infecciosas e inmunológicas. El cáncer es la línea principal de trabajo del cuarto programa del instituto, mientras que las enfermedades crónicas e inflamatorias integran el último eje sobre el que asienta el centro que dirige el catedrático de Medicina de la Universidad de Córdoba (UCO) y jefe de servicio de Medicina Interna del Reina Sofía, Francisco Pérez Jiménez.

Fue en abril de 2008 cuando el instituto se puso en marcha y no será hasta febrero del año que viene cuando finalmente el edificio que ocupa sea una realidad, tras una inversión cercana a los 12 millones de euros. La que fuera consejera de Salud María Jesús Montero fue la que puso la primera piedra del edificio que no ha estado exento algún que otro retraso por el hallazgo de un yacimiento arqueológico.

A pesar de todo ello, Pérez Jiménez subraya la importancia del Imibic y explica que ha servido para reunir en un mismo espacio a todos los investigadores. El centro, asegura, "convierte al vecino y la competencia en un compañero". "Es un cambio total de mentalidad, ya que se colabora", considera y añade que sólo el hecho de que los científicos trabajen en el mismo edificio hace posible que la producción "aumente en un 20%". La clave, continúa, "es la unión y la cooperación". Y es que, las instalaciones se conciben como un espacio científico multidisciplinar en el que trabajan de manera conjunta científicos procedentes del ámbito universitario y sanitario -de la UCO, el Hospital Reina Sofía y Atención Primaria- para la mejora de la salud de los ciudadanos.

Desde que en 2008 se iniciaran los trámites de creación del Imibic hasta hace poco más de dos años, el centro ha pasado por la fase de "organización y elaboración del plan estratégico", detalla el doctor, quien avanza que la fase actual se centra en la dotación del equipamiento del inmueble. Pérez Jiménez defiende también que el Imibic es "un oasis para la ciencia". "Dentro del hundimiento de la ciencia, aquí estamos teniendo dinero incluso para contratar a jóvenes", incide. En este punto, el catedrático aboga por fomentar la savia nueva de la ciencia despertando "su interés y curiosidad en la Universidad" y lamenta que no salgan nuevas vocaciones en este sector. El problema, argumenta, es que los jóvenes que concluyen sus estudios de Medicina "prefieren irse a ver en enfermos en un hospital comarcal que quedarse en una situación más inestable".

Y es que la vida del investigador es más que dura y necesita de una financiación constante, difícil de conseguir y ahora más que nunca dada la actual situación financiera. Prueba de ello son los casos de jóvenes científicos que han tenido que emigrar fuera de España. A pesar de ello, los científicos del Imibic han duplicado en un año los fondos correspondientes a proyectos de investigación y en 2012 obtuvieron casi cinco millones de euros, el doble que el ejercicio anterior. También el año pasado el centro consiguió 33 nuevos proyectos de investigación, 125 ensayos clínicos y estudios observacionales (un 50% más respecto a 2011) y, además, se registraron 32 convenios de colaboración y contratos con empresas. Otro de los datos que pone de manifiesto el éxito de este centro de investigación, cuyo gran precursor fue el ex vicerrector de Política Científica de la Universidad de Córdoba Enrique Aguilar Benítez de Lugo, es la solicitud de siete proyectos de carácter internacional. Por ello, Pérez Jiménez defiende la idea de que en época de crisis "hay que poner los cimientos fuertes para que época de bonanza salgan los proyectos". Otro de los retos a alcanzar en los próximos años que señala el catedrático es el de "conseguir que el Imibic sea independiente y no cueste nada", es decir, que consiga financiarse por sí mismo. En el caso de las investigaciones, el Imibic continuará con las áreas de trabajo citadas, aunque Pérez Jiménez avanza que también habrá que optar por nuevos "focos de interés que no se han estudiado, como las enfermedades raras". 

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