Universidad de Granada

Publicar primero, patentar después... En Estados Unidos

  • La estrategia para registrar descubrimientos e innovaciones cambia para aprovechar las oportunidades que brindan países fuera de Europa para proteger inventos a pesar de que hayan sido divulgados en revistas científicas · La Universidad de Granada tiene 250 patentes en vigor, de ellas una treintena en explotación.

La Universidad de Granada ha puesto en marcha nuevas estrategias para solicitar las patentes de los resultados obtenidos por sus investigadores. Las memorias se redactan y se presentan ya mayoritariamente en inglés con el objetivo de su internacionalización y, más concretamente, con la mirada puesta en EE UU y otros países de fuera de Europa, donde se pueden solicitar patentes sobre descubrimientos ya publicados. Las patentes son una de las herramientas más importantes para la protección de los resultados de la investigación, la comercialización de sus resultados y la obtención de más fondos para el estudio. De ahí que la Universidad de Granada ponga mucho empeño desde hace años en concienciar a los investigadores sobre la necesidad de realizar estos trámites. Pero el problema es que la normativa española y europea limita la obtención de esas patentes si los resultados de esas investigaciones ya han sido publicados, habitualmente en revistas científicas.

Entre los investigadores en general está muy arraigada la práctica de publicar inmediatamente el resultado de sus investigaciones y esto no es siempre compatible con la obtención de patentes. De hecho, sólo pueden ser objeto de este título de propiedad industrial aquellas invenciones que no hayan sido dadas a conocer con anterioridad a la fecha de solicitud del título de patente, salvo en países como Estados Unidos. Este es el motivo del desigual interés del cuerpo científico por las patentes.

Registrar una invención reporta pocos méritos académicos, salvo que se consiga una licencia de explotación. Los investigadores se esfuerzan por publicar en revistas especializadas que sí cuentan, por ejemplo, para acreditar sexenios exigidos para reducir las horas de clase en beneficio de la actividad científica e, incluso, para mejorar los ingresos económicos. Pero la normativa al respecto no es uniforme en todo el mundo. La regla de que una vez que un invento se publica ya no se puede patentar no se aplica tan radicalmente en Estados Unidos, Japón o Argentina, por ejemplo. Estos países permiten patentar innovaciones publicadas en un artículo siempre que no haya transcurrido más de un año.

La Universidad de Granada está "implementando nuevas estrategias para solicitar patentes", sobre todo desde la entrada en vigor del Tratado del Derecho de Patentes en 2013. Entre esas recientes opciones está la de redactar y presentar las memorias directamente en inglés y "la solicitud de patentes sobre resultados ya publicados y con alto potencial de comercialización pensando únicamente en su extensión a Estados Unidos y otros países con período de gracia", según se expone en la memoria de gestión de la institución académica . En realidad lo que se hace es presentar en España una solicitud que, como ha sido publicada previamente, no prosperará en este país, pero el procedimiento permite abrir la puerta a su extensión a otros países, como Estados Unidos -donde sí puede salir adelante- si en el siguiente año se detectara interés por parte de alguna empresa.

En la actualidad, la Universidad de Granada tiene 250 patentes en vigor, de las cuales hay una treintena en explotación. Durante el año pasado se solicitaron 32 nuevas patentes. Ya se puede ver esa tendencia a la internacionalización, pues se hicieron 17 solicitudes de patente internacional (PCT) y se presentaron tres de patente europea, dos de ellas triádicas (Japón, EE UU...), y extensiones a China, Canadá, Rusia, Brasil, Australia, México y Corea del Sur. 

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