UNIVERSIDAD DE GRANADA

Universitarios y parados recuperan el barranco del río Beiro para huertos

  • El proyecto de agricultura ecológica promovido en una de las periferias urbanas más degradadas de la ciudad acomete una segunda fase con la articulación de métodos de venta directa

Expertos de la Universidad de Granada trabajan con la Asociación de Parados Casería de Montijo en la recuperación del río Beiro, situado junto al Campus de la Cartuja, y la creación de huertos urbanos en lo que hasta 2011 solo era una de las zonas más degradadas de la periferia urbana. Ahora, además, tratan de organizar canales cortos de comercialización para las cosechas de hortalizas y verduras ecológicas que cultivan.

La singularidad de esta iniciativa reside en que conjuga la labor científica al uso con la acción social. Alberto Matarán, ambientólogo y profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Granada, concibe la investigación como un proceso de participación. Desde 2009 dirige el proyecto Planpaís, orientado a la integración del paisaje en la planificación urbanística, pero teniendo también en cuenta el paisanaje. Esta necesidad de hablar con la gente y oír lo que dice fue el impulso que lo condujo hasta la Casería de Montijo, un barrio de la zona norte de Granada, situado junto al Campus de la Cartuja, multiétnico y multireligioso, golpeado por la crisis y especialmente por la falta de empleo en el sector de la construcción.

Allí ha desarrollado proyectos de innovación docente, financiados por la Universidad de Granada, y allí también es donde han colaborado en la recuperación de una zona pública degradada. La Asociación de Parados de la Casería de Montijo inició hace dos años el adecentamiento de las riberas del río Beiro. Se retiraron basuras, se limpió el cauce y se desbrozó el matorral. Se construyeron los huertos, pero también los caminos de acceso y hasta los linderos de las parcelas. El equipo universitario ha trabajado en la organización y estructura de los huertos, en la creación de talleres formativos para los nuevos agricultores, en la certificación de la calidad de las aguas y la divulgación de la iniciativa.

El año pasado se recogió la primera cosecha y ahora está a punto la segunda. En este momento Alberto Matarás y su equipo buscan vías de comercialización corta, en las que no haya más de un intermediario entre el productor y el consumidor “porque también es importante la rentabilidad de la agricultura”, explica.

A finales de junio celebraron un encuentro bajo el título El futuro está a la huerta de la esquina en la sede de la asociación para buscar fórmulas de comercialización directa de las hortalizas de la Casería de Montijo y poner en contacto a productores y consumidores. Se trata de crear grupos de consumo, organizaciones de venta de puerta a puerta, plataformas de internet y cualquier otra fórmula que garantice la soberanía alimentaria. A medio plazo el objetivo es crear un ecomercado como el que celebran el primer sábado de cada mes en el Palacio de Congresos de Granada con producción ecológica procedente de la periferia sur de la ciudad. “Los ecomercados incrementan hasta un 30% el comercio local de los alrededores y regeneran los espacios”, defiende Alberto Matarás.  

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