UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

La ciencia... De repente

  • La institución crea su primer plan de divulgación científica que arranca con un programa para llevar a la calle el conocimiento con explicaciones de apenas un minuto · Incluye también un programa sobre ciencia ficción y charlas científico literarias.

Quizá un buen día cualquier persona que esté tomando un café en la capital cordobesa o esté realizando sus compras en un plaza de abastos se tope con la ciencia de repente, así en plan sorpresa. Son los minutos científicos que ha puesto en marcha la Universidad de Córdoba (UCO) dentro de la programación incluida en el primer Plan anual de divulgación científica de la institución académica. Por eso en cualquier instante un científico explicará en apenas 60 segundos temas tan diversos como por qué se alargan los días o cómo vive un geranio, entre otros.

La iniciativa persigue, cómo no, despertar nuevas vocaciones científicas y dar a conocer el trabajo de los investigadores de Córdoba. El vicerrector de Política Científica de la institución académica, Justo Castaño, explica que este plan incluye la creación de una unidad de divulgación científica y que se puso en marcha porque “es imprescindible dar a conocer a la sociedad los avances que se realizan a través de la investigación científica”. Sin embargo, ésta no es la única razón por la que , a su juicio, “quien hace cosas y no las explica es como si no las hiciera”. “Es un deber que tenemos con la sociedad”, subraya y añade que con este tipo de iniciativas “queremos que la ciencia inunde la calle”. Castaño reconoce también que “hasta ahora se estaban haciendo actividades en la mayoría de los casos sobre la base del voluntarismo y del trabajo desinteresado de los investigadores”, un aspecto que se mejorará con la creación de esta unidad, que por el momento es una de las primeras que se pone en marcha en una universidad andaluza.

Con ello, la ciencia aparecerá en el lugar más insospechado de la ciudad. Para Castaño, llevar la calle a la ciencia “no es un extremo” y como ejemplo alude a las representaciones teatrales en la calle o las actuaciones musicales de promoción. “Es un pulso, una necesidad de comunicar y trasladar la ciencia”, apunta. Castaño, que también es catedrático de Biología Celular, insiste en la necesidad de desarrollar este tipo de iniciativas, un aspecto en que “también hay que innovar”.

La unidad de divulgación científica de la Universidad de Córdoba incluye también visitas a los colegios de primaria, donde una investigadora explicará desde “los microrganismos, a las mezclas”, avanza.

El plan, además, prevé el desarrollo de una canal específico de comunicación científica y la celebración de la segunda edición de las jornadas denominadas DivulgA3. Más allá de los papers.

Otro de los retos de este singular plan es el de intentar recuperar uno de los géneros literarios más populares: la ciencia ficción, en la que se unen los dos grandes saberes universitarios: las ciencias y las letras, y utilizar las segundas para acercar conceptos científicos al gran público. Se trata del programa Cienciaficcionados. Para ello, se organizarán tres charlas científico-literarias y una lectura dramatizada en un local de ocio del centro de la capital cordobesa. En ella, un científico de la Universidad de Córdoba comentará la novela elegida y los conceptos científicos más importantes contenidos en ella, siempre de forma divulgativa. La charla se planteará como un diálogo entre el ponente y una entrevistadora que promoverá el debate con el público. La primera de ellas tuvo lugar el pasado mes de enero. En ella, el catedrático de Genética Manuel Ruiz Rubio conversó con la periodista Marta Jiménez sobre el contenido científico de una de las primeras novelas de ciencia ficción: Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley. Ambos hicieron un recorrido sobre algunos de los conceptos que utilizó la escritora londinense para contar una de las historias más conocidas de la literatura universal. La historia de un científico obsesionado con crear vida en un tiempo en el que los experimentos del abuelo paterno de Charles Darwin, Erasmus Darwin, eran bastante conocidos y reforzaban una vieja teoría (Galvanismo) sobre la posibilidad de reanimar seres muertos mediante la electricidad.

El ciclo Cienciaficcionados, que pasa por su segunda edición este año, continuará este mismo mes con un coloquio sobre la novela 1984, de George Orwell  y en marzo con Solaris, de  Stanisław Lem. El ciclo se cerrará el próximo mes de marzo con una lectura dramatizada y una adaptación teatral de las tres obras. 

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