Carmen Tarradas, Directora de la OTRI de la Universidad de Córdoba.

"Es necesario más apoyo institucional para la transferencia"

  • Espíritu crítico, mente ordenada, curiosidad y generosidad son, según Carmen Tarradas, los fundamentos vitales de un investigador · Afirma que una universidad que no investiga es una escuela taller y subraya que las Oficinas de transferencia de los resultados de la investigación (OTRI), pese a que son las unidades que generan ingresos a las universidades ni siquiera tienen plantillas propias "en condiciones".

Licenciada en Ciencias Biológicas y doctora en Veterinaria. En la actualidad, Carmen Tarradas es profesora titular del Departamento de Sanidad Animal de la Universidad de Córdoba (UCO) y dirige la Oficina de Transferencia de Resultados de la Investigación (OTRI). Aconseja a quien se dedique al mundo de la investigación tener un “espíritu crítico, la mente ordenada, tener mucha curiosidad por la vida y mucha generosidad”.

-¿Por qué decidió dedicarse al mundo de la ciencia?

-Estudie Biología y luego hice Veterinaria. Desde que estudié Biología me gustó el tema de la investigación y laboratorios. Cuando terminé aquella época era peor que esta. Por eso, no me asusto de las épocas de crisis porque cuando terminé Biología no había trabajo ninguno. Viendo ese panorama me metí en Veterinaria y luego empecé la carrera docente.

-¿Qué tiene la ciencia para que atrape?

-Lo que me gusta es el misterio, intentar entender las cosas, preguntarme todas las noches esto por qué es. Siempre lo digo, cuando estás dentro de un trabajo de investigación, lo importante es acostarse pensando en el trabajo, es cuando surgen las mejores ideas. A todos los compañeros de mi grupo les digo: acuéstate soñando con el trabajo, en algo que no te salga, y al final sale. Las cosas no surgen por causalidad, sino cuando se piensan mucho. Lo de Fleming de la penincilina surgió porque estuvo muchas horas en el laboratorio, aunque siempre puede haber alguna casualidad. Pero la casualidad no existe, existe el trabajo continuo.

-Ha dicho que no le asusta la crisis y la actual está causando muchos estragos en el mundo de la ciencia, ¿por qué no tiene miedo?

-No me asusta la crisis porque ya ha habido otras épocas muy malas. Desde mi punto de vista, creo que la actual ha afectado a una ciencia que ya había empezado a despuntar. En la anterior crisis, no había levantado y no hubo esta caída en bloque. Desde 2006 habíamos empezado a despegar, teníamos cada vez más contratos, más financiación para la investigación y, ahora, de repente todo cae.

-¿Cuándo se verán las consecuencias?

-Yo no tengo una bolita de cristal pero ya se está viendo como no se hacen contratos. Para mí, lo más importante es el personal. Sin recursos humanos, no se puede hacer nada y se está viendo a gente que no se le puede renovar el contrato.

-¿Cual es la situación de la investigación en las universidades andaluzas?

-Conozco muy bien la situación y hay algunas universidades que están muy mal. La de Córdoba se encuentra en un término medio y creo que vamos a salir. Pero no soy vidente, no tengo los conocimientos ni la base de lo que es la situación económica de nuestra universidad. Pero como grupo de investigación, creo que son ciclos. Esto es un ciclo que está ocupando mucho y mucha gente se quedará en el camino, pero espero que se apueste de nuevo por la investigación.

-Antes de la crisis llegaba mucha financiación, ¿era demasiada?

-No, los grupos han buscado siempre los recursos. Ahora, como no busques los recursos, es muy difícil tener financiación. La financiación pública no va a desaparecer nunca, lo que pasa es que ha disminuido, pero están el programa Horizonte 2020, los contratos de artículo 83, los convocatorias de proyectos colaborativos. Por eso, los grupos tienen que dirigirse hacia donde está la financiación ahora mismo.

-¿Cree necesario que las empresas privadas financien proyectos de investigación?

-Debe serlo, las empresas son las que tienen que ser, de alguna forma, el motor de la economía.

-Pero eso sería una investigación a la carta...

-No, sería investigación a demanda. Los contratos que se hacen de artículo 83 son, por ejemplo, investigación a demanda; no hay que olvidar eso. Lo que quiere la empresa es que le soluciones el problema y para eso está la universidad. No tenemos que rasgarnos las vestiduras. La empresa tiene que demandar. Evidentemente, esa investigación es de la empresa y luego se llegan a acuerdos de colaboración en cuanto a la protección de las patentes.

-Andalucía no ocupa los primeros puestos en cuanto al número de patentes. ¿Qué se puede hacer para intentar corregir esta tendencia?

-Sería necesario más apoyo institucional para la transferencia. Se hace mucho, pero es necesario un apoyo institucional, un apoyo de la universidad.

-En el seno de las universidades ha surgido una lucha por la concesión de sexenios, ¿a qué cree que se debe?

-Vamos a poner las cosas claras. Los sexenios son una forma de premiar económicamente y, desde el punto de vista del currículum, a los investigadores que tienen los trabajos más punteros. Se pusieron en marcha porque en las universidades españolas se cobraba por debajo de otras universidades de otros países. Surgió al igual que los tramos autonómicos en Andalucía, porque estábamos por debajo de todos. Una forma de incentivar a la buena investigación es premiarla. El problema fueron los primeros, que la gente no sabía cuáles eran las reglas del juego.

-El premio Nobel de Medicina Randy Schekman ha criticado la selección de artículos publicados en tres revistas científicas de gran impacto. A sus críticas se han sumado numerosos científicos, ¿dónde radica la importancia de publicar para un investigador?

-Publicar es necesario. Una universidad que no investigue y en la que no se haga transferencia, ni de alguna forma se genere conocimiento, es una escuela-taller, con todos mis respetos hacia ellas. Pero en la universidad tienes que tener docencia, investigación y, cuánto más mejor, e intentar hacer transferencia. La buena investigación se puede medir con los índices de impacto en la JCR o bien aquellas áreas que no están incluidas en ella, como humanidades, que tiene sus propias líneas de medida. También ha sido bueno que en los últimos años se han incluido en los sexenios las patentes concedidas, eso ha sido un buen despegue.

-Desde octubre de 2010 hasta febrero del presente año ha sido Coordinadora de la ROA (Red Otri de Andalucía), ¿con qué se queda de su labor?

-Me quedo con haber conocido a una gente fantástica, trabajadora, que sabe y lucha por la transferencia y que lleva muchos años apostando por ella y muchas veces no están todo lo respaldados que debieran. Las OTRI no están financiadas, tenemos que buscar el dinero. En Córdoba se crearon dos plazas y está bien, pero hay algunas que no tienen a nadie.

-¿Qué necesitan las OTRI ahora?

-Lo mismo que se apuesta por cualquier servicio, como un secretario de estudios propios, ¿por qué la OTRI, que es la que retorna el dinero a la universidad no tiene una plantilla de gente en condiciones? 


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