La Voz Invitada de Andrés García Lorca

A vuelta con los pantanos: "Hay que lograr el trasvase de cuencas"

  • “La estructura de grandes construcciones hidráulicas es fundamental en Andalucía”

Embalse del Bembézar.

Embalse del Bembézar.

Hace unos días un periódico nacional destacaba la noticia sobre la intención de eliminar algunos pantanos de la geografía española, en aras a devolver a los ríos sus caudales correspondientes y con ello cumplir la directiva europea en orden favorecer los ecosistemas fluviales y ajustarlos a sus modelos de origen hidrológico. Argumentaba el rotativo que, España era el 5º país del mundo en número de pantanos y el 1º de la Unión Europea, como si eso fuera un argumento para valorar una situación como la que corresponde a España.

Vaya por delante, que las directivas europeas aplicadas a la gestión del medio ambiente fallan estrepitosamente por la propia diversidad geomorfológica, climática y paisajística del territorio europeo, entendiendo por esta última la expresión de la relación del hombre con el medio natural en el que habita. En el caso de las aplicaciones de la PAC he podido comprobar en Inglaterra y en España, por citar dos países muy diferentes, los efectos perversos de las ayudas cuando no están contextualizadas con las características medioambientales y los sistemas locales de producción como se hemos evidenciado científicamente un grupo de trabajo.

En otros casos de análisis sobre la situación de las presas, se habla de que la vida útil de una presa se estima como máximo de 100 años, pero la evidencia empírica demuestra que presas con más de cien años están en pleno funcionamiento y no presentan signos de riesgo de colapso; claro que todo depende del mantenimiento de la misma y del entorno donde se ubican, pero siempre es mejor mantener que volver a construir, a menos que lo construido tenga defectos graves , como en el caso del pantano de Puentes en Lorca que en 350 años se ha construido cuatro veces, pero la necesidad aprieta.

En España existía una larga tradición en orden a construir pantanos desde la época romana, continuándose durante siglos estas obras de infraestructura por la necesidad de suministrar agua a poblaciones y a la agricultura, en algunos casos con una tozudez encomiable, pese a que los condicionantes geomorfológicos del terreno no lo aconsejasen.

Pero la mayoría de las presas construidas en España han respondido a sus características funcionales. Es significativo que el mayor esfuerzo constructivo en España se realizó entre 1933 y 1970 y son un claro símbolo de un precedente inmediato que tiene su origen fuera de España.

La utilización de la gran fuerza hidráulica para hacer frente a los problemas de desarrollo socioeconómico tiene su exponente en la llamada política del New Deal del Presidente Roosevelt (1933/38) generando varias alternativa para hacer frente a la crisis de 1929 en Estados Unidos y según el modelo económico keynesiano; una de las medidas fue la famosa TVA (Tennessee Valley Authority) que gestó un plan de aprovechamiento del valle del río Tennessee, buscando generar empleo, dotar de energía eléctrica en abundancia y de agua para la transformación de los usos del suelo de extensas zonas áridas y semiáridas en los Estados Unidos.

Muy tempranamente, Francia, como potencia colonial, realizó así mismo una política de gran hidráulica en Marruecos para el desarrollo agrícola de su zona central, con el fin de asegurar el abastecimiento de recursos alimenticios a la metrópoli y generar más presencia y control en el comercio internacional. España buscó su desarrollo también en estos modelos que fueron cercenados por la Guerra Civil.

Como hemos señalado será con el Franquismo cuando se desarrolle un plan definido a escala nacional de presas con destino a la producción de energía hidráulica, dotación de agua para regadíos o incluso para la prevención de riesgo de avenidas e inundaciones cuando las características de los sistemas hidrográficos así lo requerían.

La política hidrológica hizo cambiar la realidad socioeconómica de España propiciando grandes transformaciones agrarias y nuevos modelos de ocupación territorial.

El caso de Andalucía

En el caso de Andalucía, la estructura y distribución del esquema de las grandes construcciones hidráulicas, son imprescindibles para el mantenimiento del modelo territorial y no cabe ni pensar en un posible desmantelamiento de presas, aunque si es necesario un plan de mantenimiento y restauración de las mismas que permitan mejorar sus capacidades.

“Presas con más de 100 años están en pleno funcionamiento y sin riesgo de colapso”

Junto a ello hay que lograr vertebrar un sistema de conexiones interterritoriales que faciliten el trasvase de cuencas para optimizar la distribución y alcance de los recursos hídricos almacenados o susceptibles de almacenar.

Es cierto que, el sistema de presas en España necesita una revisión en orden a regular y potenciar los ecosistemas fluviales, siendo necesario realizar actuaciones puntuales para no interrumpir determinados procesos biológicos, pero ello no implica prescindir de presas en la red de pantanos.

La tendencia del modelo climático nos obliga precisamente a mejorar esta realidad de la estructura de la red de pantanos, para paliar los efectos las irregularidad anual e interanual de las precipitaciones y su torrencialidad, que caracteriza al modelo de clima mediterráneo y al previsible cambio climático.

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