Investigadores de la Universidad de Almería han desarrollado una aplicación para ‘smartphone’ capaz de medir el deterioro que sufren los calabacines en las cámaras frigoríficas durante su transporte, según informan desde la Fundación Descubre.

Aunque parezca mentir, en la actualidad esa medida se hace “a ojo”. Un experto evalúa de forma visual el deterioro que sufren los calabacines entre un rango de 0 (nada afectado) a 6 (muy afectado). En función de esta valoración que depende del observador y, por lo tanto, subjetiva, los distribuidores deciden cómo incluirlo en la cadena de distribución o desechar el producto.

Con la aplicación se evalúa de forma objetiva y precisa, y calcula el porcentaje de superficie dañada del calabacín. Los algoritmos desarrollados por los expertos a partir de fotografías tomadas desde distintos ángulos del producto ofrecen, además, la valoración de diferentes variedades, lo que supone una mayor exactitud en los resultados.

Imagen de la aplicación.

Con la aplicación los productores pueden conocer antes del transporte qué condiciones soportará la mercancía y cómo será su estado al llegar a destino, con lo que se puede planificar mejor la exportación. Así, podrán decidir el tiempo que pueden compartir con el traslado junto a otras hortalizas o qué productos pueden ser compañeros de viaje sin que se vean perjudicados.

Los investigadores pretenden extender la aplicación a otros productos hortofrutícolas de la huerta almeriense, tales como las berenjenas, aunque en este caso, esta hortaliza en concreto presenta una dificultad añadida al no mostrar las consecuencias de una baja temperatura en el exterior, sino que es internamente donde se producen las lesiones.

Las investigaciones se han desarrollado con fondos propios del grupo de investigación ‘Electrónica, comunicaciones y Telemedicina’ de la Universidad de Almería y la colaboración de empresas del sector hortofrutícola del campo almeriense.