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Reconocimiento facial para las catas de aceite

  • El proyecto Olivemotion usa un software para identificar las microexpresiones de los catadores.

Modelo de reconocimiento facial.

Modelo de reconocimiento facial.

El aceite de oliva virgen es el único alimento en el mundo que requiere legalmente de una valoración organoléptica, además de una serie de análisis de calidad físico-química, para poder clasificarlo en una de las tres categorías comerciales que existen: virgen extra, virgen o virgen lampante.

Esta catalogación sensorial, que se realiza mediante el método oficial del Panel Test, se rige según unas reglas muy estrictas establecidas por el Consejo Oleícola Internacional y la Unión Europea, que conllevan el uso de un panel de catadores que determina la presencia o no de frutado de aceituna y/o defectos, indicando cuáles son y su intensidad. Esta prueba es obligatoria según establece el Reglamento de la Comisión Europea relativo a las características de los aceites de oliva y de los aceites de orujo de oliva.

El uso de este Panel tiene como fin sustituir un juicio individual por el criterio de un grupo de catadores entrenados previamente siguiendo la normativa. Sin embargo, en la práctica, al Panel Test se le achacan una serie de problemas de variabilidad en los resultados, especialmente en los aceites “conflictivos” o que se encuentran en el límite sensorial entre dos categorías, que puede llegar a crear inseguridad jurídica a los industriales e incertidumbre entre los consumidores.

Con el objetivo de dar respuesta a esta situación nace el proyecto “Olivemotion”, financiado a través de la línea de ayudas 2018 a Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEIs) del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio (Mincotur). A través de esta investigación que nacía en el mes de septiembre, Citoliva, la Agrupación Empresarial Innovadora (AEI) Inoleo y la empresa Emotion Research Lab (ERL), han creado el primer método de reconocimiento facial de emociones para la clasificación de aceites de oliva vírgenes, que permitiría conocer la respuesta emocional e inconsciente del catador ante una muestra de aceite.

El proceso de captación de los datos emocionales de los catadores ha sido realizado por Citoliva. Con un software de reconocimiento facial de emociones y visión artificial, desarrollado por Emotion Research Lab (ERL), y a través de una cámara, bien sea del ordenador o del móvil, que graba la imagen de la cara, han conseguido transformar en microexpresiones los movimientos musculares que se generan en el rostro de los catadores al analizar el aceite, y éstas a su vez las han interpretado en emociones principales y secundarias, detectando así el agrado o desagrado o la activación emocional producida por diferentes sabores y texturas. El software detecta como emociones básicas la felicidad, sorpresa, enfado, desagrado, miedo, tristeza y neutralidad (ausencia de emociones), además de un abanico de más de 100 emociones secundarias como, por ejemplo: aburrimiento, molestia, agrado, curiosidad, etc.

Para este estudio, el Panel Test de Citoliva ha llevado a cabo el análisis de una amplia selección de muestras de aceites vírgenes realizada previamente por el centro tecnológico, cuyos resultados han sido contrastados con los obtenidos por el software de reconocimiento facial, con el fin de obtener los modelos sensoriales que ha utilizado este nuevo método para reproducir el perfil sensorial de los aceites vírgenes y clasificarlos, y que han ayudado a entender mejor el comportamiento y la fidelidad entre la respuesta verbal y emocional de los catadores, dando una objetividad del catador respaldada con tecnología.

Conclusiones

Las conclusiones de estos resultados nos indican que la herramienta desarrollada por Emotion Research Lab resultaría idónea para la metodología planteada en este estudio.

Por tanto, esta metodología que supone un paso adelante en la comprensión de los sentimientos de los catadores en tiempo real, ofrecería a la industria oleícola una herramienta complementaria al Panel Test para la clasificación de muestras de aceites de oliva vírgenes, que podría en un futuro reducir la inseguridad en la comercialización del aceite y aumentar la confianza del consumidor.

Y es que con el desarrollo y puesta en marcha de esta nueva herramienta de clasificación de aceite de oliva virgen complementario al controvertido panel test se conseguirá mejorar la competitividad del sector oleícola, generar confianza en el consumidor, facilitando la comercialización de aceite de oliva virgen, a la vez que podría reducir en el futuro la exposición de las empresas productoras o envasadoras a los riesgos penales y de imagen en el mercado como consecuencia de una clasificación errónea y generar confianza entre las empresas y el entorno.

Este hecho resulta vital, dado el peso de nuestro sector en el sistema agroalimentario español y la importancia que España, como primer productor, comercializador y exportador mundial de aceites de oliva, da a la calidad, como uno de los pilares básicos para el desarrollo de este sector, con lo que tenemos una enorme responsabilidad como país de defender, cuidar y promover la calidad de este producto.

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