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Andalucía

Juanma Moreno hace reformas en San Telmo

  • Ni Elías Bendodo ni Juan Bravo seguirán en el Gobierno en la próxima legislatura, Feijóo se los lleva por distintos motivos

Feijóo, Juanma Moreno y Díaz Ayuso, este domingo en Sevilla.

Feijóo, Juanma Moreno y Díaz Ayuso, este domingo en Sevilla. / EFE

Ni Juan Bravo ni Elías Bendodo estarán en el próximo Gobierno andaluz, después de las autonómicas. Alberto Núñez Feijóo se los lleva a Madrid, aunque por distintos motivos.

Bendodo es un animal político del que todo partido está necesitado. Tiene vocación, olfato, amplio conocimiento de la organización y es trabajador, un tipo listo que tampoco estaba en el PP para ser la eterna sombra de Juanma Moreno, aunque le ha ayudado con una lealtad sin mácula durante estos años de Gobierno. Elías y Juanma se entienden muy bien, y lo seguirán haciendo, pero uno en Génova y otro, en San Telmo. El consejero de Presidencia y portavoz aún le queda la organización de la campaña electoral de las andaluzas, que es una primera prueba para medir si el centrismo de Feijóo también sirve para dejar congelado a Vox.

Bendodo querrá seguir siendo consejero de la Presidencia hasta las próximas elecciones generales, pero Moreno no cuenta con él para el próximo Gobierno andaluz. Habrá sus tensiones, pero no llegarán a nada grave, Bendodo es correoso, no rompe. Andalucía gana con él en Génova. Otra cosa será el reparto de funciones entre él, como coordinador general, y Cuca Gamarra, secretaria general.

Juan Bravo es distinto. El consejero de Hacienda era un hombre de Pablo Casado que Juanma Moreno asumió en su Ejecutivo por petición del ex líder del PP. Venía de ser diputado nacional por Ceuta, y allí quisieron enviarlo desde el PP andaluz, de vuelta a la ciudad autónoma para sustituir, cuando tocase, al presidente Vivas. Bravo es un liberal, inspector de Hacienda, con amplios conocimientos de la administración. A Feijóo le viene bien, pero el cargo de vicesecretario en Madrid hará que, finalmente, tampoco esté en el próximo Gobierno de Juanma Moreno. Puede ser portavoz económico del PP en la oposición o ministro de Hacienda.

Juanma Moreno no es un bambi, como tampoco lo fue José Luis Rodríguez Zapatero. Aún no come carne cruda para desayunar, porque en la mesa es muy vegetariano. Pero el colmillo le brilla.

A su alcalde de Carmona, Juan Ávila, que puso la cara por él en el congreso del PP de Sevilla contra Virginia Pérez lo mete en la dirección de Feijóo. Y a Beltrán Pérez, que quiso seguir en el Ayuntamiento de Sevilla, en contra de las ambiciones de Casado, que prefería a José Luis Sanz, lo hace regresar a la política y lo envía a la junta directiva nacional. Eso es un órgano enorme con escasas funciones, pero Beltrán entra por designación de Feijóo. Vitola de pata negra.

En esta junta también entran Marifrán Carazo, consejera de Fomento y posible candidata a la Alcaldía de Granada, y el parlametario José Ramón Carmona. A este antequerano hay que seguirlo. Al matrimonio, porque están casados, y residen, como pueden, entre Granada, Sevilla y Antequera.

Si Moreno logra volver a ser presidente, tendrá que buscar dos portavoces. Bendodo, que lo es ahora del Gobierno andaluz, y José Antonio Nieto, que lo es en el Parlamento, pero que, difícilmente, seguirá en ese puesto. Quizás sí de consejero, todo depende de cuánto le brille al Califa de San Telmo el diente.  

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