Campaña electoral en Andalucía

Elecciones Andalucía: El PP se pone en estado de alerta por Vox

  • Pablo Casado radicaliza el mensaje sobre la inmigración y apela al voto útil de su electorado tradicional

  • A los candidatos le quedan cinco días de campaña, este lunes se celebra el último debate en TVE

  • Una victoria relativa de Ciudadanos sobre el PP puede precipitar la convocatoria de elecciones generales

Pablo Casado, en un acto con mujeres en Úbeda

Pablo Casado, en un acto con mujeres en Úbeda / José Manuel Pedrosa / Efe

Puede nombrar a Vox, pero no lo puede decir más claro. Pablo Casado ha alertado al electorado tradicional del PP para que se dejen de "experimentos". Una de las novedades de estas elecciones andaluzas es la posible entrada de Vox en el Parlamento, hay sondeos que otorgan esta probabilidad, pero ésta es una opción tan abierta que no se comprobará hasta que se hayan contado los últimos votos la noche del 2-D. El diablo está en los restos. De eso es de lo que viene alertando Casado, que, por si acaso, ha extremado su discurso, con advertencias inéditas hasta ahora en el PP sobre los migrantes musulmanes.

El diablo está en los restos

Pablo Casado no cita a Vox, se niega a nombrar a partidos que no tienen representación parlamentaria. Este domingo ha estado en Úbeda. Aunque Vox no consiga representación, le restará miles de votos al PP y, como explica Casado en sus mítines, son papeletas muy valiosas que terminarán por restarles escaños a Juanma Moreno, para dárselos a cualquier otro partido. Podemos, por ejemplo. Es eso: el diablo está en los restos, ese extraño comportamiento con el que la ley D'Hont adjudica el último escaño en cada provincia. Por eso, apela al "voto útil". El PP va acuartelado en estas elecciones, ha decidido multiplicarse en cuatro caravanas, pero lo que realmente proyecta es un partido acosado desde Ciudadanos, por el centro, y por Vox, desde la extrema derecha.

Esto nunca le había ocurrido al PP, pastor de los votos de toda la derecha española desde que se extinguió el epílogo del suarismo que fue el CDS. Ahora, no sólo tiene como competidor a Ciudadanos, sino también a la formación de Santiago Abascal, nacido de las propias filas populares. 

Frases palmarias

Pablo Casado ha radicalizado el mensaje en esta campaña electoral. Si equipo lo niega, pero las frases son palmarias. El sábado pasado, en Granada, cargó contra la inmigración musulmana. Luego lo matizará, pero sostuvo que a España se viene a cumplir con las costumbres occidentales, "no a matar carneros en las casas". Aquí somos más de la matanza del cerdo, animal diferenciador de la España cristiana frente a la mora. Tampoco se viene "a practicar la ablación de clítoris", costumbre ésta de algunos territorios africanos.

Susana Díaz ha replicado en Granada este domingo que el PP "está blanqueando" a la extrema derecha y Teresa Rodríguez, desde Cádiz, le ha respondido que él debe respetar las "costumbres locales".

Es costumbre local, según Teresa Rodríguez, ayudar a los inmigrantes. En ninguna encuestas de las que se hace en Andalucía figura la inmigración como el primer o segundo problema de los andaluces; la cara de este fenómeno es otra bien distintas. Una veintena de chavales muertos en la playa de los Caños, otro que llega a la del Palmar y relata que todos sus compañeros murieron en la travesía. Esa es la cara del fenómeno, pero la inmigración es un asunto de percepción, como la seguridad ciudadana y el miedo es libre, aunque también se puede atizar.

Si Ciudadanos logra adelantar al PP, sucederán muchas cosas a partir del próximo domingo. A Juanma Moreno le será muy difícil mantenerse en el cargo, el partido está cogido con pinzas en Andalucía desde las pasadas primarias y habrá quien promueve su salida desde ese mismo día. Pero Pablo Casado se ha implicado mucho en estas elecciones.

No sólo es que esté haciendo campaña, sino que decisiones como la de colocar a Juan Ignacio Zoido como número uno en Sevilla o al alcalde de Vejer en Cádiz corresponden a su equipo.

Pero hay más, un fracaso del PP en Andalucía dará razones a Pedro Sánchez para adelantar las elecciones generales. La legislatura ha embarrancado, no hay Presupuestos ni acuerdo para el Consejo General del Poder Judicial, va tan mal que hasta Pedro Sánchez se ha envuelto en la bandera de la reivindicación española de Gibraltar. Cuando un Gobierno recurre al Peñón, es que ya va muy tocado.

Si Ciudadanos es el primer partido de la oposición, el pacto con Susana Díaz quedará definitivamente enterrado. Sólo una carambola electoral podría hacer volver a los naranjas. Si las elecciones generales fueran en marzo, Marín podría volver a acercarse a Susana Díaz si, como consecuencia de esos comicios, Pedro Sánchez y Albert Rivera se necesitan.

A los candidatos le quedan cinco días de campaña electoral. Se calcula que hay un 20% de indecisos. Este lunes se celebra en Televisión Española el último de los debates. También es el último día en la que se pueden publicar encuestas.

Casi todos los sondeos reflejan la ventaja socialista sobre tres partidos de la oposición, que van a llegar muy igualados al 2 de diciembre. Susana Díaz desea dejarlos atrás, al menos a una distancia de diez puntos. Confía en que eso legitimaría su petición de que la dejen gobernar si no hay otra mayoría alternativa. A partir de este lunes, todos iremos un poco a tientas sobre lo que sucederá el domingo, los partidos seguirán haciendo sus encuestas, pero la credibilidad de lo que se cuenta de ellas es siempre dudosa. 

  

  

 

 

  

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