Bienal de Flamenco

La Bienal se despide abriéndose a nuevos espacios (geográficos y sonoros)

  • Los Tinglados del Puerto de Sevilla acogen este sábado la fiesta de despedida de la cita, con una propuesta en la que diferentes tendencias musicales se encuentran y fusionan con el flamenco

Un momento de la presentación del concierto final de la Bienal de Flamenco.

Un momento de la presentación del concierto final de la Bienal de Flamenco. / D. S.

El próximo sábado se celebra el último espectáculo de la presente edición de la Bienal de Flamenco. Será en los Tinglados del Puerto de Sevilla, en un espacio atípico, como también puede entenderse la propuesta, que congrega a más de una docena de creadores y formaciones, en un encuentro entre lenguajes, estilos y hasta generaciones, conformada por dúos y tríos. Queralt Lahoz & Cristian de Moret, Pony Bravo & Raúl Rodríguez, Emilia y Pablo & Anna Colom, La Plazuela & Aroa Palomo, Pájaro, Raúl Fernández & Tomás de Perrate, Space Surimi & Álvaro Romero, con el cierre a cargo de Dj RomeroMartín, son los nombres que componen este cartel.

En buena parte de sus expresiones, el flamenco surgió del encuentro, entre los cantos religiosos, la soledad de determinadas profesiones (panaderos, herreros, etc.) o el trasiego permanente de comerciantes, ganaderos, pastores, malabaristas y tahúres que iban de un lugar a otro, de feria en feria o de romería en romería, vendiendo sus productos y ofreciendo sus habilidades. En Utrera el gitano que había pasado por la feria de Mairena del Alcor, interpretaba a su manera lo que le había escuchado cantar a un panadero, que a su vez no hacía más que tratar de repetir lo que memorizó en una procesión, mientras no dejaban de sonar los grillos. En gran medida, un arte contaminado y contaminante, cruce de caminos, estación de paso de geografías, estilos, interpretaciones, tradiciones y evoluciones, personalismos y búsqueda de una identidad, en muchos casos de manera ocasional. Este rodar y rodar del flamenco, en ocasiones demasiado lento, pero a veces demasiado rápido, es lo que se podrá ver en los Tinglados del Puerto, a orillas del Guadalquivir, este próximo sábado en el concierto de despedida de la 22 Bienal de Flamenco de Sevilla.

La del sábado nace como una apuesta por la hibridación, la experimentación, también la diversión, coordinada por los responsables del Alhambra Monkey Week, que celebrará su próxima edición a finales de noviembre. En gran medida, esta "fiesta" de despedida de la Bienal puede entenderse como una entrega de testigo de la Bienal a un festival, Monkey Week, que siempre se ha caracterizado por sus propuestas innovadoras, y por incluir de manera permanente, desde sus inicios, al flamenco en su programación.

La directora general de cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Isabel Ojeda, adelantó algunos datos relativos a la asistencia de los espectáculos que hasta ahora han tenido lugar, destacando los aforos agotados "en todos los celebrados en San Luis, Hotel Triana, todos los del Teatro Central, y en esta misma semana Pastora Galván, Riqueni y Mayte Martín también han vendido todas las entradas". Ojeda finalizó su intervención destacando la ampliación de espacios, como "el parque de San Jerónimo, La Cartuja o Los Tinglados del Puerto, donde se va a llevar la fiesta de despedida que hoy presentamos".

Por su parte, el director de la Bienal, Chema Blanco, precisó que se trata de una "clausura a tres bandas, ya que el sábado contamos con una artista que se acerca al Flamenco (Luz Arcas & La Phármaco en Teatro Central), continuamos con Riqueni (en el Lope de Vega), que es el anclaje de la tradición y con Sevilla, y terminamos con esta fiesta". En relación al espectáculo escogido para la clausura, Blanco afirmó que "no le hubiera gustado hacer una Bienal más trasgresora, he hecho la que quería hacer, mostrando el presente, la tradición, y hacia donde se dirige el flamenco, dentro de las limitaciones lógicas". Blanco finalizó añadiendo "que me llena de satisfacción ver a los artistas felices sobre el escenario".

Pájaro: "Cuando escucho a mis vecinas cantar en la azotea, eso es flamenco. Está por todas partes"

Tali Carreto, en representación de Alhambra Monkey Week, comentó que "surge del guante que nos lanzó el director de la Bienal, al invitarnos a formar parte y aportar nuestra visión, estableciendo vínculos". Para Carreto, el hecho de que el espectáculo se celebre en Los Tinglados "nos condujo al leiv motiv de que lo que pretendemos, que son los cantes de ida y vuelta, fusionando a artistas de diferentes estilos, que se encontrarán en un punto". Detalló Tali Carreto que tras la selección de participantes, "nuestra función ha sido la de ponerlos en contacto y lanzarles el reto, por lo que ellos son los grandes protagonistas, y los que llevan semanas preparando un espectáculo que va a ser único, y que esperamos que no se quede aquí y que cuente con segundas y terceras oportunidades".

Tomás de Perrate, uno de los grandes protagonistas de esta Bienal, por su número de participaciones y versatilidad, comentó, a modo de broma, que "después de tantas bailaoras y bailaores nerviosos y tanto crítico escéptico, voy a expandirme en esta fiesta de clausura". En referencia a su destacada presencia en la Bienal (con seis participaciones), Perrate explicó que "se cumplen 20 años del Giraldillo Revelación al Cante, que me concedieron, y he estado en todas las ediciones desde entonces, pero aún me sigo sintiendo aprendiz, ya que a quien acompaño lo entiendo como un profesor". En cuanto a su participación en esta fiesta de clausura, el cantaor señaló que "yo entiendo el flamenco como un mestizaje, como un proyecto de investigación, por eso es una pamplina situarse en un postura cerrada con respecto a la pureza". Para Andrés Herrera ‘Pájaro’, la expresión más rock de la cita del sábado, "el flamenco se encuentra en muchos lugares, cuando voy a la azotea escucho a mis vecinas cantar, y eso es flamenco". Añadió que para él acompañar a Perrate es "una maravilla, ya que se trata de un cantaor comodín, que es capaz de alimentarse de otros géneros y estilos". Por su parte, Pablo Peña, de la banda Pony Bravo, no dudó en reconocer que "nunca nos hemos sentido flamencos, ni controlamos su técnica, pero siempre lo hemos tenido, desde la distancia, como un pilar creativo, y curiosamente, hemos pasado de renegar del flamenco en nuestra juventud a descubrirlo en la madurez, algo muy habitual en muchos artistas de nuestra generación". Fusión de estilos, del rock al jazz, pasando por la electrónica, con el flamenco como punto de encuentro, para despedir la Bienal de 2022, la denominada de "la alegría".

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