Agua

Cajamar reivindica la superficie de regadío para generar riqueza

  • Las provincias que más población pierden son las que menos superficie de regadío tienen

Roberto García Torrente habla de agua

Roberto García Torrente habla de agua / Diario de Almería (Almería)

Los datos de pluvimetría media en España y países del entorno no alertan de grandes diferencias, salvo en algunos Estados como Francia, así si en nuestro país de fija en 636 litros en los Países Bajos son apenas 150 litros más. La gran variación se marca dentro de la propia España, por un lado, mientras la media en Galicia es de 1.323 litros en Almería es de 200; por comparar con un territorio más cercano como la sierra de Grazalema se registran unos 1.600 litros. De ahí la necesidad de gestionar bien los recursos hídricos en la provincia almeriense, que cuenta con una gran ventaja: la superficie destinada a regadío. En esta línea, Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, exponía, en el marco del Foro Internacional de Emprendimiento y Agua organizado por Cajamar y la Fundación Incyde en Almería, que uno de los aspectos que tienen en común las seis provincias que más han reducido su población en los últimos años (Huesca, Zamora, Palencia, Ávila, Cuenca y Ourense) es que son las que menos superficie destinada a regadío tienen en España. Y es que la superficie de regadío cultivada genera riqueza, como ejemplo la industria auxiliar que se ha generado en Almería entorno a la agricultura, lo que contribuye también a fijar la población y es un factor de desarrollo. “Pero al hablar de regadío también hay diferencias según el cultivo, por ejemplo para producir un kilo de tomate se necesitan aproximadamente en torno a 30 litros de agua, mientras que para producir un kilo de arroz se necesitan 1.250 litros de agua, de maíz 650 litros, de cítricos 160 litros y en olivar unos 300 litros para un kilo de aceite”. Por ello hay que elegir bien.

García Torrente señala como soluciones para mejorar la disponibilidad de agua el almacenarla cuando hay, utilizar fuentes no convencionales como aguas residuales a través de su regeneración o la desalación y los intercambios de trasvases - “hay muchos trasvases que están funcionando sin ningún problema”-. También apunta a la necesidad de seguir trabajando en la mejora de la gestión de los acuíferos, sobre todo, en zonas donde una gran parte del regadío depende de ellos, y también a la modernización de los regadíos, así con la aplicación de agricultura de precisión para evitar pérdidas de agua. El responsable de Cajamar insistió en: “Hay que gestionar el agua siempre como si estuviéramos en época de sequía”.

Finalmente, García Torrente se refiere a la sensibilidad que la cooperativa de crédito siempre ha tenido en relación con el agua y su compromiso por mejorar la disponibilidad de la misma, por lo que apoyan iniciativas encaminadas a ello. En este sentido, Cajamar trabaja en estos momentos en la incubadora de alta tecnología en cuestión de agua. Aunque su ubicación física será la Estación Experimental de Cajamar en las Palmerillas, el objetivo es que sea global por lo que habrá parte que sea virtual.

Y es que como dice García Torrente, el agua es una gran oportunidad de negocio, “al hablar de agua parece que es un recurso que se nos va a acabar, pero el agua no se genera y destruye, sólo se transporta. Lo que puede pasar es que en un sitio haya más falta de agua porque hagamos más uso de ella pero en otro sitio pasará lo contrario”.

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